Ranieri acent¨²a la v¨ªa italiana
Un Valencia sin apenas f¨²tbol supera a un Mallorca muy blando en las dos ¨¢reas
En tiempos de tinieblas, el Valencia ha apostado por la v¨ªa italiana: m¨¢xima efectividad, m¨ªnimo juego. Bueno, se dice m¨ªnimo con un enorme esfuerzo de generosidad. De dos c¨®rners sac¨® el cuadro de Ranieri una victoria que aprovech¨®, eso s¨ª, la tremenda inocencia del Mallorca, muy blando en las dos ¨¢reas. De nada le sirvi¨® al conjunto de C¨²per cargar con el peso del encuentro. De nada tener m¨¢s ocasiones y m¨¢s f¨²tbol que su adversario. El Valencia sac¨® petr¨®leo de su fortaleza a¨¦rea y, c¨®mo no, del protagonismo de Sissoko, un gigante en el centro del campo que acab¨® saliendo en camilla tras una brutal entrada de Farin¨®s, fruto de la desesperaci¨®n del ex valencianista. Adem¨¢s del resultado, Mestalla celebr¨® el regreso de Fabio Aurelio, el fin¨ªsimo zurdo brasile?o, despu¨¦s de casi de dos a?os torturado por las lesiones. Y s¨®lo al final, con el choque decidido, Ranieri dio paso a Aimar y a Fabio para que el p¨²blico saboreara levemente el partido, que hab¨ªa sido un pe?azo hasta ese momento.
VALENCIA 2 - MALLORCA 0
Valencia: Ca?izares; Curro Torres, David Navarro, Caneira, Carboni (Rufete, m. 46), Moretti; Xisco (Fabio Aurelio, m. 75), Sissoko, Baraja; Fiore (Aimar, m. 72); y Corradi.
Mallorca: Westerveld; Cort¨¦s, Fernando Ni?o, Ramis, Tuni; Jorge L¨®pez (Carmona, m. 78), Pereyra, Farin¨®s, Arango; Luis Garc¨ªa (Campano, m. 84) y Delibasic.
Goles: 1-0. M. 30. Moretti remata un saque de esquina. 2-0. M. 63. Rufete saca un c¨®rner, David Navarro cabecea en el segundo palo y Baraja marca a placer en el centro.
?rbitro: Moreno Delgado. Amonest¨® a Arango, Farin¨®s y Corradi.
Unos 48.000 espectadores en Mestalla.
Porque antes, el t¨¦cnico italiano jug¨® a ser Picasso y pint¨® un equipo desconcertante en la alineaci¨®n: tres centrales atr¨¢s, Carboni como interior izquierdo en el centro del campo, Xisco como extremo derecho, Fiore no se sabe d¨®nde... Todo muy extra?o y confuso, aumentando la indefinici¨®n que viene acompa?ando al Valencia desde hace semanas. Y denotando un gran miedo de Ranieri a quien fuera su sucesor en el banquillo valencianista hace cinco a?os, H¨¦ctor C¨²per. El campe¨®n de la Liga y de la Copa de la UEFA estuvo a expensas del pen¨²ltimo de la competici¨®n. Y la gente, a los 10 minutos, se puso a silbar.
C¨²per opt¨®, en cambio, por alinear a cada uno en su sitio. Un 4-4-2 de toda la vida que le permiti¨® jugar como si estuviera en su casa. Y con varios valencianistas (Farin¨®s y Jorge L¨®pez) ansiosos por reivindicarse. Sobre todo Jorge L¨®pez, a quien Ranieri descart¨® el pasado verano alegando que no lo ve¨ªa de interior derecho, sino como media punta y para ese puesto ten¨ªa demasiada gente. No tuvo su d¨ªa, sin embargo, Jorge L¨®pez, ni tampoco Farin¨®s, que acab¨® el encuentro abucheado por la que fue su propia afici¨®n durante su aparici¨®n en el f¨²tbol profesional. Su entrada a Sissoko no tiene justificaci¨®n.
Dio pena ver al Valencia (qui¨¦n te ha visto y qui¨¦n te ve), pero un gol de cabeza de Moretti tras un c¨®rner de Fiore calm¨® los ¨¢nimos de sus seguidores, que entendieron cu¨¢l era la propuesta de su entrenador: la v¨ªa italiana. De entre la nada, Mestalla busc¨® una tabla d¨®nde agarrarse y la encontr¨® en un joven africano de 19 a?os: Sissoko, cuyo despliegue f¨ªsico empieza a ser acompa?ado de una t¨¦cnica cada vez m¨¢s decente. Como en esa volea dificil¨ªsima, desde m¨¢s de 20 metros, que roz¨® el poste derecho de Westerveld. Da la impresi¨®n de que el Valencia ha mejorado mucho f¨ªsicamente desde que el chico entr¨® en la alineaci¨®n, hace tres jornadas, y es f¨¢cil comprender porqu¨¦: porque ¨¦l solo barre toda la l¨ªnea de medios. Gracias a sus largas y afiladas piernas, depurados instrumentos en la tarea de recuperar el bal¨®n.
Ranieri cedi¨® a la l¨®gica en el descanso y, con la entrada de Rufete, situ¨® a cada pieza donde le corresponde. Y no es que fuera para tirar cohetes, pero algo de mejora s¨ª hubo. E incluso alguna llegada en profundidad por la banda, un lujo en este periodo de escasez. Al Mallorca le sobr¨® inocencia en las ocasiones que tuvo para aprovecharse de la crisis de su rival. Luis Garc¨ªa, por ejemplo, le rob¨® la cartera a Baraja, pero se diluy¨® ante Caneira. Y firm¨® la capitulaci¨®n del Mallorca, que poco despu¨¦s sufri¨® otra vez su debilidad a¨¦rea: David Navarro cabece¨® atr¨¢s desde el segundo palo y Baraja s¨®lo hubo de empujar a gol. Entonces s¨ª, con todo a favor, Ranieri empez¨® a soltar lastre, entraron Aimar y Fabio Aurelio y el p¨²blico se puso a disfrutar. Del regate de Aimar, del toque de Fabio Aurelio y de la clase de Baraja, que, por fin, encontr¨® alguien con quien combinar.
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