Rivero, en libertad
La liberaci¨®n del poeta cubano Ra¨²l Rivero, del opositor Oswaldo Alfonso Vald¨¦s y de varios otros de los 19 disidentes que hab¨ªan sido trasladados de la c¨¢rcel a un hospital, viene a aliviar la situaci¨®n de la oposici¨®n en Cuba, y da un cierto aval a la nueva pol¨ªtica del Gobierno de Zapatero hacia La Habana. Pero el gesto del r¨¦gimen, bajo la forma de una "licencia extrapenal" por motivos de salud, no proporciona todav¨ªa suficientes datos como para concluir que el r¨¦gimen castrista se abre o se suaviza. Entre otras cosas, porque quedan muchos presos del Grupo de los 75, encarcelados desde abril de 2003, de los que Rivero era el m¨¢s conocido y el que mayor solidaridad hab¨ªa suscitado.
El Gobierno de Zapatero ha reaccionado con cautela. La misma con que acogi¨® el anuncio de la reanudaci¨®n de las relaciones del Ejecutivo cubano con la Embajada de Espa?a cuatro d¨ªas antes, y despu¨¦s de su congelaci¨®n por el r¨¦gimen tras la decisi¨®n de la UE de invitar a los disidentes a las fiestas nacionales en las legaciones de los Veinticinco en La Habana.
Ra¨²l Rivero ha afirmado, justo al salir de la c¨¢rcel, que la nueva pol¨ªtica espa?ola es el camino adecuado. Pese a las furibundas cr¨ªticas del PP y de una parte de la disidencia interna, el Gobierno de Zapatero no andaba descabellado cuando plante¨® una modulaci¨®n de las medidas de protesta por la detenci¨®n de los 75 prisioneros. Su liberaci¨®n le viene al punto al ministro Moratinos, el d¨ªa en que debe explicar en el Parlamento su acusaci¨®n contra Aznar de que apoy¨® el golpe contra Ch¨¢vez en 2002. ?ste es un juego de ajedrez en tableros m¨²ltiples y es evidente que Castro ha querido mover ficha en el tablero de la pol¨ªtica interior espa?ola.
Cuba se halla, bajo el aparente inmovilismo, en un interesante momento de cambio. El r¨¦gimen acaba de recibir un bal¨®n de ox¨ªgeno de China, cuyo apoyo econ¨®mico no tiene nada que ver con el internacionalismo comunista, sino con la b¨²squeda por parte del gigante asi¨¢tico de materias primas y de nuevos mercados para fabricar, vender e invertir. Y el exilio cubano en Miami est¨¢ abri¨¦ndose a nuevas actitudes, como fomentar la oposici¨®n a Castro desde dentro de la isla o abogar por el fin del embargo de EE UU.
Espa?a espera que el levantamiento del castigo contra su embajada en La Habana se extienda al resto de los pa¨ªses de la UE, a la vez que los Veinticinco trabajan en una nueva posici¨®n ante Cuba. Por fuerza debe conducir a un di¨¢logo cr¨ªtico con el r¨¦gimen castrista y a preparar la transici¨®n a la democracia. Sin olvidar en ning¨²n momento, por supuesto, a los presos pol¨ªticos y a quienes sufren de una merma de sus libertades, que son todos los cubanos. Lo importante es no caer en ninguna trampa, para no estar al albur de las decisiones caprichosas y a veces terribles del r¨¦gimen cubano, y que las relaciones hispano-cubanas no separen a nuestro pa¨ªs del conjunto de la UE ni se puedan leer en clave antiamericana. Es una partida que debe jugarse en el tablero europeo y no meramente en el bilateral, y cuyo objetivo no es otro que conseguir que los cubanos gocen de la libertad y la prosperidad que gozamos los europeos.
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