Procaz

Con el descaro y la lengua suelta por montera, la cordobesa Raquel Riquelme present¨® su pop flamenquito, directamente heredero de Veneno y en clave ciertamente procaz. Presentaba su disco Vale, Montoya no soy..., con el que el grupo ha conseguido un razonable nivel de ventas y cierto revuelo medi¨¢tico. Una personalidad esc¨¦nica bien definida que brill¨® ante un p¨²blico c¨®mplice que disfrutaba de modo evidente ante los temas "de amor" del grupo: Nadie como t¨², Ay, chorizo, r¨®bame, Qu¨¦ gitano me he comprao o Rep¨ªteme la falseta. Espectadores que estaban esperando el momento cumbre de corear el mayor ¨¦xito comercial de Rakel Winchester, El mar¨ªo de la cannisera. Asistentes, en fin, a los que les parece bien el uso que la banda hace de la sinton¨ªa del programa Con las manos en la masa, de las divinas Vainica Doble, y hasta la transformaci¨®n en chirigota quincea?era -por el nivel de barbaridades- en que Rakel Winchester transforma el Ramito de violetas de Cecilia. Prejucios aparte, la cordobesa sale bien parada del reto esc¨¦nico de escandalizar con t¨¦rminos e imag¨¦nes no muy bien vistas seg¨²n el est¨¢ndar moral.