S¨®lo lo visible
En la era de Internet, la realidad global, el pensamiento ¨²nico y las noticias v¨ªa sat¨¦lite, lo que no es informaci¨®n no es nada y, por lo tanto, lo que no se ve no existe. Quiz¨¢ por eso el mundo se lleva las manos a la cabeza y se rasga la camisa cuando una ma?ana, de pronto, al abrir el diario o encender la televisi¨®n, ve las fotos de las torturas en las c¨¢rceles de Irak o las im¨¢genes de un soldado norteamericano que remata a un cautivo indefenso y, mientras est¨¢ alardeando con los colegas de su haza?a, se da cuenta de la presencia de un periodista, se vuelve hacia la c¨¢mara, p¨¢lido de miedo, y dice: "Lo siento, se?or, yo no sab¨ªa nada". En realidad ese muerto es s¨®lo otro muerto, uno m¨¢s entre miles, y esas torturas, abusos y crueldades no son sino lo ¨²nico que se puede esperar de una guerra, lo que todo el mundo imagina que los invasores le hacen a sus prisioneros. Pero, al parecer, si no hay pruebas, no hay dolor, ni injusticia, ni barbarie. Uno de los hermosos poemas in¨¦ditos que ha incluido el escritor Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald en su ¨²ltima antolog¨ªa, A?os y libros, editada para celebrar la recepci¨®n del Premio Reina Sof¨ªa de Poes¨ªa Iberoamericana, se llama Coartada y termina de este modo: "Todo es ya su reflejo. / ?Qui¨¦n se hizo pasar por qui¨¦n? / C¨®mplice de s¨ª mismo, / el que se mira inculpa a quien lo observa".
Ahora le ha tocado el turno al nivel intelectual de los alumnos espa?oles de educaci¨®n secundaria, que est¨¢ por debajo de debajo, si me permiten resumir de ese modo la situaci¨®n, en disciplinas b¨¢sicas para la formaci¨®n de cualquier persona que aspire a lograr alguna diferencia sintom¨¢tica entre ella y un saco de cemento, como lo son la lectura, las Matem¨¢ticas y las Ciencias, y que nos coloca en los ¨²ltimos puestos de la lista de indocumentados entre los 30 pa¨ªses que forman la OCDE. El informe sonrojante se ha hecho p¨²blico justo mientras nuestros estudiantes disfrutaban de un puente de cinco d¨ªas, que es el que va antes de la semana blanca, que es la que va tras las vacaciones de Navidad, que son las que anteceden a las de Semana Santa...
?De qu¨¦ es un s¨ªntoma el analfabetismo ilustrado de nuestros j¨®venes? Sin duda, habr¨¢ un problema de dinero, porque lo suele haber detr¨¢s de casi todo lo que no funciona, lo cual demuestra qu¨¦ raz¨®n ten¨ªa Woody Allen cuando afirm¨® que el dinero es mejor que la pobreza, aunque s¨®lo sea por razones econ¨®micas; y se sabe que la inversi¨®n educativa en nuestro pa¨ªs es pat¨¦tica: poco m¨¢s de 5.000 d¨®lares por alumno, cuando la media europea es de casi 7.000. Pero la cuesti¨®n presupuestaria es s¨®lo una parte del problema y, por lo tanto, s¨®lo puede ser una parte de la soluci¨®n. El aut¨¦ntico problema es mucho m¨¢s grande pero mucho m¨¢s sencillo de resolver: a nuestros pol¨ªticos les importa un r¨¢bano la educaci¨®n. En cuanto decidan que s¨ª les importa, asunto arreglado. Igual habr¨ªa que bajar la mayor¨ªa de edad hasta los doce a?os y as¨ª, cuando llegasen las elecciones, habr¨ªa que darles algo a los ni?os a cambio de sus votos.
Tomemos Madrid como ejemplo. ?Por qu¨¦ se han estado peleando hasta hace dos d¨ªas la Comunidad y el Ministerio de Cultura? Por poca cosa: la religi¨®n y unas cuantas siglas de m¨¢s o de menos. ?Alguien ha o¨ªdo, sin embargo, la palabra lectura en mitad de la batalla? Y eso que todo el mundo sabe que en este pa¨ªs la mayor¨ªa de los chavales preferir¨ªa meter los dedos en una pecera con pira?as antes que en un libro de Baroja. Y eso que todo el mundo deber¨ªa saber que la lectura es la cultura y todo lo dem¨¢s es un simple etc¨¦tera. Pero ?d¨®nde est¨¢n los libros en los planes de estudio? ?D¨®nde est¨¢n, por poner un ejemplo, los programas de televisi¨®n de las cadenas p¨²blicas, desde TVE a Telemadrid, que animen a la lectura a los j¨®venes y les ense?en que un libro es, ante todo, la frontera que separa a una persona completa de una persona parcial, alguien que debe conformarse con su propio tiempo y su propia vida? ?sa es la cuesti¨®n.
Ojal¨¢ que la educaci¨®n reciba muy pronto, ahora que el desastre se ha hecho visible, adem¨¢s de m¨¢s dinero, un poco de inter¨¦s real, no cosm¨¦tico, ni publicitario. La raz¨®n deber¨ªa ser evidente: crear lectores es lo contrario de destruir un pa¨ªs.
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