Sin princesa, pero con estrella inesperada: un ni?o italiano
La princesa Magdalena de Suecia, que debi¨® haber sido "la reina de la fiesta" por su belleza y su reconocida elegancia, se vio afectada por una s¨²bita subida de fiebre y fue obligada a guardar cama privando as¨ª de su esperada presencia a los casi 1.500 asistentes a la ceremonia de entrega de los Nobel 2004.
Hubo, en cambio, una presencia inesperada, que si bien no sustituy¨® la ausencia de aquella, tiene connotaciones dignas de destacar. Se trata del ni?o italiano Alessandro Pitruzzelli, de 12 a?os que, inspir¨¢ndose en las descripciones de los Premios Nobel y su creador que les hab¨ªa hecho su maestra, decidi¨® escribirle una carta al rey Carlos Gustavo. "Querido rey sueco", le dec¨ªa, "mi maestra nos ha contado sobre Alfred Nobel y yo sue?o con que alg¨²n d¨ªa pueda obtener el premio". "Me gustar¨ªa encontrarme con usted para desafiarlo a una partida de ajedrez". Para su sorpresa, Alessandro recibi¨® d¨ªas despu¨¦s una respuesta, carta y foto del rey autografiada. El ni?o escribi¨® una nueva carta en la que declaraba que era tiempo de que se instituyera un Premio Nobel para ni?os (que hubieran hecho "algo grande en beneficio del mundo").
La historia ya hab¨ªa trascendido a la prensa italiana y cuando Alessandro acudi¨® a Bolonia con motivo del Festival Infantil de la Canci¨®n, para recibir un premio por su idea, acontecimiento que lleg¨® a millones de televidentes, encontr¨® al embajador sueco, Staffan Wrigstad, que para su enorme sorpresa invit¨® a Alessandro a que viajara Estocolmo acompa?ado de su familia.
Orgullo y sue?o
El padre del ni?o, Salvatore, trabajador de la construcci¨®n, desbordaba de orgullo. Pero le preocupaba el hecho de que no ten¨ªa el frac que es obligatorio en las ceremonias del Nobel. Planteado el problema y en la b¨²squeda de soluciones, se lleg¨® a un acuerdo. Salvatore s¨®lo necesitar¨ªa llevar un traje oscuro para "estar presentable". La voluntad de un rey no pod¨ªa ser contravenida y, desde ayer, Alessandro y familia, mamma Carmela, el peque?o fratello Mirko, adem¨¢s del padre se encuentran en Estocolmo, sumergidos en la oscuridad pero sobre todo en las brumas de un sue?o que no terminan de creer.
Los d¨ªas siguientes ser¨¢n de entrevistas y disertaciones de los distintos cient¨ªficos premiados. Pero esta vez deber¨¢n competir que una estrella inesperada, que resulta ideal para los entrevistadores, ya que con la mayor naturalidad, declara, ante la pregunta que le formulan, que "tal vez alg¨²n d¨ªa pueda ser distinguido con el Nobel", pero que "no est¨¢ muy seguro de que ello pueda ocurrir".
Con sus gafas de intelectual prematuro y su desenvoltura de ni?o prodigio ante las c¨¢maras, Alessandro dejar¨¢ huella entre los suecos. Aunque no gane, de momento, el premio Nobel.
Babelia
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