?rabes y europeos edulcoran el plan de Bush para promover la democracia
El Foro del Porvenir re¨²ne a ministros del G-8 y de la Liga ?rabe
La monta?a se dispone a parir un rat¨®n. La ambiciosa iniciativa del presidente de EE UU, George Bush, de promover la democracia en el mundo ¨¢rabe va a quedar, por ahora, en un elenco de modestas medidas econ¨®micas y sociales. Los ¨¢rabes, e incluso los europeos, han contribuido a diluir el proyecto sobre el que una treintena de delegaciones debatir¨¢n hoy en Rabat. Espa?a no estar¨¢ representada en este Foro del Porvenir.
El evento lo presiden los jefes de la diplomacia estadounidense, Colin Powell, y marroqu¨ª, Mohamed Benaissa. Bush lanz¨® la idea en la cumbre del G-8 que reuni¨®, en junio, en Sea Island (Georgia), a los l¨ªderes de las ocho potencias m¨¢s industrializadas. La bautiz¨® Gran Medio Oriente y, tras obtener el respaldo de sus socios, envi¨® emisarios a explicar a los ¨¢rabes las reformas econ¨®micas, sociales y pol¨ªticas que pretend¨ªa fomentar en un arco de pa¨ªses que se extiende desde Mauritania a Pakist¨¢n. Se trataba, a grandes rasgos, de ampliar pac¨ªficamente al mundo musulm¨¢n la labor emprendida en Irak. Sud¨¢n no ha sido invitado e Ir¨¢n declin¨® el ofrecimiento.
Las reticencias de los ¨¢rabes, sobre todo de Egipto y de Arabia Saud¨ª, a que se les impusiese un modelo de corte occidental le obligaron a rebajar sus ambiciones. Francia tampoco se mostr¨® entusiasta porque, seg¨²n su presidente, Jacques Chirac, la iniciativa de EE UU corr¨ªa el riesgo de diferir a¨²n m¨¢s la principal prioridad: una soluci¨®n para Oriente Pr¨®ximo. Horas antes del inicio del foro, el ministro adjunto de Exteriores marroqu¨ª, Taieb Farsi-Fihri, insist¨ªa en que las reformas no pueden ser inducidas desde fuera, sino que "deben emanar de la propia regi¨®n teniendo en cuenta las necesidades, la especificidad y la evoluci¨®n econ¨®mica y social de cada pa¨ªs".
El G-8 tuvo en cuenta, en septiembre, estas objeciones y edulcor¨® el proyecto reducido ahora a una serie de medidas econ¨®micas. "Cada pa¨ªs", acab¨® reconociendo Powell, "debe ir a su ritmo, seguir su propio camino, pero nosotros podemos ayudarles a adentrarse por la senda".
El foro recomendar¨¢ hoy la creaci¨®n de un fondo de ayuda regional de 100 millones de d¨®lares, la puesta en marcha de centros de formaci¨®n para los j¨®venes, estimular los microcr¨¦ditos y la instauraci¨®n de un grupo de trabajo para atraer inversi¨®n. No est¨¢ claro qu¨¦ continuidad tendr¨¢n estos foros en los pr¨®ximos a?os. Si las elecciones de enero en Palestina y en Irak son satisfactorias, es posible que Bush ponga sobre el tapete una iniciativa m¨¢s atrevida, seg¨²n una fuente diplom¨¢tica de EE UU.
Marruecos fue designado, en septiembre, por EE UU para albergar esta reuni¨®n porque, junto con Bahrein y Jordania, es considerado un ejemplo a seguir. No en balde, Bush volvi¨® a felicitar, al final del Ramad¨¢n, al rey Mohamed VI por su "compromiso en favor de las reformas".
No habr¨¢ en Rabat una delegaci¨®n espa?ola. Espa?a no forma parte del G-8, aunque Turqu¨ªa, que tampoco pertenece, s¨ª ha sido invitada. El Departamento de Estado pidi¨®, en cambio, a Marruecos que cursase invitaciones para dos colaboradores del ex presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, pero por diversas razones, ninguno de ellos asistir¨¢. S¨ª estar¨¢n, sin embargo, Javier Solana, alto representante de la UE para la Pol¨ªtica Exterior, y Joaqu¨ªn Almunia, comisario europeo.
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