El jefe paramilitar de Colombia pide perd¨®n y entrega sus armas
Desmovilizaci¨®n de 1.425 hombres de las Autodefensas Unidas
Salvatore Mancuso, un hombre fornido, hijo de inmigrantes italianos que asumi¨® las riendas de los paramilitares en Colombia desde la desaparici¨®n de Carlos Casta?o en abril pasado, entreg¨® ayer su pistola de 9 mil¨ªmetros al comisionado de paz Luis Carlos Restrepo. Luego lo hicieron el comandante Camilo y los 1.425 hombres con los que impuso su ley en estas tierras selv¨¢ticas, ricas en petr¨®leo, en la frontera con Venezuela.
El acto de desmovilizaci¨®n se realiz¨® ayer en una finca de esta aldea de Tib¨², de apenas una calle. Las carpas blancas colocadas en el campo para albergar a los desmovilizados daban la apariencia de un campo de refugiados.
Salvatore Mancuso se declara "dispuesto" a viajar a EE UU a explicar su conducta
Mancuso, vestido de uniforme militar impecable, pidi¨® en su discurso perd¨®n a Colombia, a sus hijos, a Estados Unidos y a las madres "a las que caus¨¦ tanto dolor". Para este hombre de 42 a?os, cuya extradici¨®n ha pedido EE UU, ya no hay peligro de que la guerrilla tome el poder, y espera que todos los responsables "por acci¨®n u omisi¨®n" de que la guerra en Colombia se haya eternizado asuman su responsabilidad ¨¦tica. "Sepulto al comandante y nace el hombre de la calle", que se dedicar¨¢ a la pol¨ªtica, dijo Mancuso, y sus palabras arrancaron aplausos entre los hombres de su tropa.
Mancuso se declar¨® "dispuesto" a viajar a EE UU a explicar su conducta, pero condicion¨® realizar esa comparecencia voluntaria "en el marco" de las negociaciones de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) con el Gobierno colombiano.
La desmovilizaci¨®n de ayer es la m¨¢s grande en la historia de Colombia y forma parte de la desarticulaci¨®n, a cuenta gotas, de estos grupos que combaten a la guerrilla por su cuenta, pactada dentro del proceso de paz iniciado con el Gobierno oficialmente en julio pasado.
El Bloque Catatumbo, al que pertencec¨ªa el comandante Camilo era, seg¨²n los expertos, uno de los m¨¢s poderosos y sanguinarios de los que conforman las AUC. El comandante Mauro, un ex militar, igual que Camilo y su segundo al mando, corrige la afirmaci¨®n con un "¨¦ramos el bloque m¨¢s combatiente". Se siente orgulloso de haber "cumplido su misi¨®n", aunque acepta que en la "guerra se comenten errores". El temor es que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN), que contin¨²an en la regi¨®n, le cobren ahora a la poblaci¨®n civil el haber convivido con su enemigo.
Aqu¨ª, en el llamado Campo Dos, los paramilitares contraguerrilla armaron en mayo de 1999 uno de sus campamentos para iniciar la avanzada de pacificaci¨®n del Catatumbo, que como todas sus acciones fue un ba?o de sangre.
En agosto pasado, el Tribunal Superior de Cundinamarca orden¨® al Ministerio de Defensa pagar una cifra millonaria a parte de las v¨ªctimas de las AUC, pues consider¨® que el Ej¨¦rcito colombiano no hizo nada para evitar una masacre, anunciada de antemano y con desfachatez por el entonces comandante paramilitar Carlos Casta?o. "Entr¨¦ con 205 hombres y entrego 1.425", dijo Camilo a los periodistas. Y explic¨® que este aumento de tropa se logr¨® gracias al impuesto de gramaje cobrado a los compradores de coca.
El Catatumbo lleg¨® a tener 30.000 hect¨¢reas de este cultivo ilegal. Seg¨²n Camilo, hoy hay apenas 3.800 hect¨¢reas.
La influencia del Bloque Catatumbo llega hasta C¨²cuta, la capital departamental. Los paramilitares controlaron all¨ª todos los negocios ilegales, incluido el contrabando de gasolina venezolana. Es tanto su poder que el alcalde fue detenido por apoyarlos.
"La desmovilizaci¨®n de Mancuso es el comienzo del fin de los grupos paramilitares", coment¨® a este peri¨®dico Juan Rubini, un administrador de origen italiano asesor del comandante. Mancuso, que ayer luci¨® por ¨²ltima vez un uniforme militar y llev¨® su pistola amarrada por encima de su rodilla derecha, dej¨® de tener mando sobre tropa, pero continuar¨¢ siendo el portavoz de los di¨¢logos con el Gobierno.
?l, Camilo, Mauro y 150 hombres de la tropa viajar¨¢n a Santa Fe de Ralito, el caser¨ªo de la zona Caribe que sirve de escenario de los di¨¢logos y donde se est¨¢n concentrando los paramilitares desmovilizados acusados de cr¨ªmenes graves en espera de un marco jur¨ªdico que les d¨¦ salida legal. La seguridad de Mancuso, a partir de ahora, estar¨¢ en manos de una empresa privada.
No se sabe a¨²n qui¨¦n reemplazar¨¢ a este hombre en el mando de las AUC.
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