Un pol¨ªtico franco y directo
Traian Basescu es acusado de populista por sus rivales y visto como un hombre que no se muerde la lengua por sus partidarios
Marino mercante de 53 a?os, el presidente electo de Rumania, Traian Basescu, es un pol¨ªtico centrista, franco y directo, al que sus oponentes acusan de populista y sus partidarios de no moderse la lengua. Cuando fue elegido alcalde de Bucarest en 2000, una de sus primeras medidas fue eliminar a los miles de perros callejeros que invad¨ªan la capital rumana. Su respuesta ante las protestas de Brigitte Bardot define muy bien su estilo: "Fui elegido por los habitantes de Bucarest, no por sus perros".
Reelegido en junio al frente de la alcald¨ªa de la capital rumana, la retirada en septiembre por motivos de salud del candidato Theodor Stolojan puso a Basescu al frente de la alianza opositora de centro-derecha Justicia y Verdad (DA, S¨ª, en rumano) y tuvo apenas dos meses para darse a conocer en todo el pa¨ªs. Basescu reflejaba en su rostro el agotamiento de esa campa?a fren¨¦tica cuando fue entrevistado en la sede de DA, en el barrio diplom¨¢tico de Bucarest, a finales de noviembre. En aquella conversaci¨®n demostr¨® el estilo que, al final, le ha llevado a la jefatura del Estado de Rumania. "El Gobierno es profundamente corrupto y gobern¨® para sus clientes, no para los 22 millones de rumanos", dijo en dos ocasiones y utiliz¨® la munici¨®n con la que ha acabado por derrotar a los socialdem¨®cratas: los desmanes del Ejecutivo ponen en peligro el ingreso del pa¨ªs en la UE, consciente de que m¨¢s de el 70% de sus habitantes ven en la entrada en la Uni¨®n la ¨²nica soluci¨®n a sus problemas end¨¦micos de pobreza y corrupci¨®n.
Integraci¨®n en la UE
Anunci¨® entonces que pretend¨ªa cambiar la pol¨ªtica fiscal, subir las baj¨ªsimas pensiones, luchar contra la pobreza y, ante todo, contra la corrupci¨®n, considerada por Bruselas como el principal problema para la integraci¨®n rumana en la UE.
Basescu, casado y padre de dos hijas, es uno de los pocos pol¨ªticos rumanos que no form¨® parte de los c¨ªrculos de poder bajo la dictadura de Nicolae Ceaucescu -estaba embarcado, en el sentido literal-, lo que le ha permitido ser especialmente duro en sus ataques contra los socialdem¨®cratas y, sobre todo, contra el presidente saliente, Ion Iliescu, y el derrotado primer ministro, Adrian Nastase. Ambos ocuparon cargos durante los a?os de Ceaucescu. Esta ausencia de pasado y su centrismo le han permitido ganar muchos apoyos entre las clases urbanas de Rumania. Como se?al¨® la analista Sorana Parvulescu, miembro de una coalici¨®n de ONG que lanz¨® una sonada campa?a contra la corrupci¨®n durante la carrera electoral: "Ya sabemos lo que ha hecho el partido en el poder, de los dem¨¢s conocemos lo que dicen que van a hacer. Esperamos que Basescu consiga controlar su propio partido para atajar la corrupci¨®n en las altas esferas y lograr la independencia de la justicia".
Entr¨® en pol¨ªtica en 1990 como ministro de Transportes del primer Gobierno de la transici¨®n, dirigido por Petre Roman. Como alcalde de Bucarest, una urbe de dos millones de habitantes que ha sufrido varios terromotos, el peor de todos los destrozos provocados por los delirios del s¨¢trapa Ceaucescu, su principal objetivo fue la modernizaci¨®n y el lavado de cara de la ciudad. Como presidente pretende lograr la integraci¨®n en Europa sin retrasos. Tendr¨¢ dificultades, por su afici¨®n a los excesos verbales, para cumplir sin problemas con el papel de mediador y ¨¢rbrito que le otorga la Constituci¨®n rumana: no dud¨® en pedir la anulaci¨®n de la primera vuelta de las elecciones por fraude, aunque los comicios recibieron la luz verde de la OSCE y la UE, y marc¨® toda la campa?a electoral con acusaciones a diestro y siniestro. Tambi¨¦n mostr¨® una gran valent¨ªa cuando dijo que legalizar¨¢ los matrimonios homosexuales, desatando una enorme pol¨¦mica en un pa¨ªs donde la Iglesia ortodoxa tiene mucha fuerza, y se neg¨® a retirar la afirmaci¨®n a pesar de que pod¨ªa costarle muchos votos entre el electorado m¨¢s conservador.
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