El ministro del Interior brit¨¢nico dimite por abuso de poder
Blair pierde uno de sus apoyos m¨¢s valiosos
David Blunkett, ministro del Interior y uno de los pesos pesados del Gobierno de Tony Blair, present¨® ayer su dimisi¨®n, que le fue aceptada. La dimisi¨®n de Blunkett, que llevaba una cartera esencial para el programa electoral laborista, se ha producido a tan s¨®lo cinco meses vista de la fecha m¨¢s probable para las elecciones generales, el 5 de mayo pr¨®ximo. Su posici¨®n se hab¨ªa hecho insostenible al saber que se hab¨ªan descubierto pruebas de que s¨ª se aceler¨® desde su oficina la tramitaci¨®n de un visado para la ni?era de su entonces amante.
La dimisi¨®n de David Blunkett supone un serio contratiempo para el primer ministro Blair. No s¨®lo porque era un buen aliado para contrarrestar a otros pesos pesados dentro del Gabinete, como el poderoso Gordon Brown o el astuto Jack Straw, sino porque sobre sus espaldas reposaban el 60% de las iniciativas legislativas de los pr¨®ximos meses en la que es una de las espinas dorsales de la campa?a electoral laborista: la seguridad ciudadana.
Downing Street confirm¨® anoche que el futuro ministro de Interior ser¨¢ Charles Clarke, hasta ahora titular de Educaci¨®n y antes presidente del Partido Laborista, y quiz¨¢s uno de los hombres m¨¢s leales que le quedan a Blair en el Gabinete. Ruth Kelly pasar¨ªa a Educaci¨®n. En la primera legislatura, el primer ministro perdi¨® al leal pero pol¨ªticamente d¨¦bil Peter Mandelson y en la actual a otras figuras pr¨®ximas pero de mucha menor relevancia que Blunkett, como Stephen Byers, Estelle Morris y Alan Milburn, aunque este ¨²ltimo ha vuelto al Gabinete por la puerta de atr¨¢s. Otras bajas han sido menos amistosas, como las de Robin Cook y Clare Short.
La ca¨ªda de Blunkett es consecuencia directa de las denuncias lanzadas contra ¨¦l por su amante durante tres a?os, Kimberly Queen, casada con el editor John Queen. La pareja rompi¨® en agosto pasado, tras hacerse p¨²blico su romance, y la ruptura acab¨® en los tribunales al reclamar Blunkett la paternidad de un hijo de dos a?os de Kimberly y del que est¨¢ a punto de dar a luz.
Ella filtr¨® entonces el dato de que el ministro intervino en la tramitaci¨®n de un visado para su ni?era filipina de entonces, Leoncia Casalme. El ministro, que siempre ha negado que ordenara acelerar ese visado, fue informado el martes de que se hab¨ªa encontrado un fax y un intercambio de correos electr¨®nicos entre su oficina y la direcci¨®n nacional de Inmigraci¨®n relacionados con esos papeles. Aunque Blunkett insisti¨® ayer que no tiene conciencia de haber intervenido, admiti¨® en su carta de dimisi¨®n que "cualquier percepci¨®n de que se haya acelerado la tramitaci¨®n me obliga a aceptar las responsabilidades".
En su carta de dimisi¨®n y en varias entrevistas muy emotivas, Blunkett, un invidente de origen obrero que pas¨® extraordinarias penalidades en la infancia pero consigui¨® estudiar por su empe?o en prosperar a pesar de todas las dificultades, sostiene que "nada de esto hubiera ocurrido si en septiembre hubiera decidido renunciar a mi hijo". Pero, aunque se lamenta de que "estas semanas han sido las peores de mi vida", no se arrepiente de haber acudido a los tribunales para reclamar la paternidad: "No podr¨ªa vivir conmigo mismo o creer que he hecho lo mejor por ¨¦l a largo plazo si hubiera abandonado mi relaci¨®n con ¨¦l".
Blunkett, considerado un halc¨®n por la dureza de sus pol¨ªticas al frente de Interior, descubri¨® ayer su lado emotivo. "No estoy enfadado. Estoy terriblemente herido", reconoci¨® este hombre que fue abandonado por su primera mujer hace 17 a?os, la misma noche en que gan¨® por primera vez su acta de diputado. "Malinterpret¨¦ lo que ocurr¨ªa", admiti¨® ayer al referirse a su amante, a la que esperaba haber conservado como su compa?era para toda la vida.
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