Veguer¨ªes
Lo que s¨ª ya parece viejo en Espa?a, seguramente, son las provincias, y el ¨²nico freno serio a su licenciamiento es la existencia de las diputaciones, una instituci¨®n un tanto residual. Porque las funciones que desempe?an las provincias son perfectamente relevables. Por ejemplo, el ser circunscripci¨®n electoral. Parecer¨ªa mucho m¨¢s l¨®gico, tras veintis¨¦is a?os de Constituci¨®n, que esas demarcaciones fueran auton¨®micas. M¨¢xime en un sistema como el nuestro que es una gran partitocracia y donde existen tantos diputados cuneros. La circunscripci¨®n electoral auton¨®mica ser¨ªa, adem¨¢s, mucho m¨¢s justa, pues no tiene mucho sentido que Catalu?a, por ejemplo, con casi siete millones de habitantes, posea 16 senadores (al margen de los de procedencia auton¨®mica) y Castilla-Le¨®n, con dos millones y medio de habitantes lleve 36 representantes a la C¨¢mara alta.
Las restantes tareas que todav¨ªa se acompasan al molde provincial son f¨¢cilmente desplegables en otros ¨¢mbitos territoriales, tanto las que gestiona la cada vez m¨¢s reducida Administraci¨®n estatal como la de Justicia, y no digamos la labor auton¨®mica. En Catalu?a van a crear siete veguer¨ªes para acercar m¨¢s la Administraci¨®n a los ciudadanos. Siete "provincias" auton¨®micas. En la Comunidad Valenciana tambi¨¦n podr¨ªan nuestros pol¨ªticos estudiar esa iniciativa. Es cierto que nuestro mapa, tan alargado y estrecho, permite menos juego, pero es evidente que existe una gran descompensaci¨®n demogr¨¢fica entre las tres provincias valencianas, am¨¦n de otras diferencias territoriales. Por tentar una humilde propuesta, cabr¨ªa dibujar un mapa nuevo de la Comunidad en el que podr¨ªa haber una veguer¨ªa en el Bajo Segura, con capital en Orihuela, otra en Alicante y una tercera en X¨¢tiva (que fue breve capital de provincia en el XIX), abarcadora del sur de Valencia y del norte de Alicante. Luego quedar¨ªa Valencia, claro, Castell¨®n y tal vez Vinar¨°s, para el norte fronterizo del antiguo reino del Pa¨ªs Valenciano. Es una idea que no gustar¨¢ nada a los se?ores Ripoll, Giner y Fabra, obviamente, pero tambi¨¦n parece una idea con futuro.
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