'Padre e hijos' trata con ternura e iron¨ªa las relaciones familiares

El actor franc¨¦s Philippe Noiret interpreta a un entra?able y algo caradura cabeza de familia en Padre e hijos, la primera pel¨ªcula del director teatral Michel Boujenah, que lleg¨® el pasado mi¨¦rcoles a las pantallas espa?olas. El personaje de Noiret, L¨¦o, tiene en sus manos una misi¨®n dif¨ªcil, por lo dem¨¢s nada fuera de lo com¨²n: desea por encima de todas las cosas reconciliar a sus tres hijos, todos ellos varones, peleados desde tiempo inmemorial por razones nimias.

Para lograrlo, este viudo algo ligero de cascos, se inventa una enfermedad muy seria y, mediante enga?os complementarios, consigue llevarse a los suyos de viaje a Canad¨¢, concretamente a la zona franc¨®fona de Qu¨¦bec, lo suficientemente lejos como para que ninguno tenga la tentaci¨®n de volver a casa al menor contratiempo.

"Antes, el padre presid¨ªa la mesa; ahora lo hace la televisi¨®n", dice el director

Narrada con ternura y cierta iron¨ªa, esta road movie no oculta tampoco una reflexi¨®n amarga sobre la fragilidad de las relaciones humanas.

Charles Berling (David), Bruno Putzulu (Max) y Pascal Elb¨¦ (Simon) -que recibi¨® el premio C¨¦sar como actor promesa del a?o, a pesar de haber comenzado su carrera en 1996 y tener ya nueve t¨ªtulos en su filmograf¨ªa como int¨¦rprete- son los actores que encarnan a los tres hijos del protagonista, que se reparten los papeles del ejecutivo triunfador, el parado de larga duraci¨®n y el vividor holgaz¨¢n, simp¨¢tico y despistado, respectivamente.

Pascal Elb¨¦ es adem¨¢s coguionista, junto a Michel Boujenah y Edmon Bensimon, de esta coproducci¨®n franco-canadiense, sobre un tema siempre tan espinoso como las relaciones personales.

"Es un problema ancestral. Pero hoy, en relaci¨®n con el pasado, el papel del padre ha cambiado. Antes, el padre presid¨ªa la mesa; ahora lo hace la televisi¨®n", reflexiona el director del filme. En su opini¨®n, el verdadero elemento contempor¨¢neo de su historia es "el abandono, la soledad, la separaci¨®n geogr¨¢fico-afectiva, que muchas veces es involuntaria". A Boujenah le interesa particularmente explorar el asunto de la incomunicaci¨®n y, en este sentido, considera que, en nuestra sociedad, el papel de los intelectuales y los artistas como l¨ªderes de opini¨®n est¨¢ sobrevalorado. Sus declaraciones, a?ade el director de la pel¨ªcula, sobre asuntos trascendentes, como la guerra de Irak, por ejemplo, se toman como dogmas, cuando en realidad, a su juicio, "s¨®lo son opiniones".

Los cuatro personajes principales de Padre e hijos tienen caracteres muy diferentes, pero les une una misma tendencia hacia los comportamientos ego¨ªstas. La convivencia a la que les obliga su viaje en coche por tierras canadienses hace aflorar los aspectos menos visibles de cada uno de ellos, aquellos rasgos de su vida que preferir¨ªan mantener ocultos. Y demuestra que, como dice el director el filme, "en el fondo todos est¨¢n perdidos, incluso el triunfador es en realidad un perdedor". Pero hay una evoluci¨®n esperanzada en sus conductas. En este sentido, el director asegura que "todas las historias son road movies, o por lo menos todas son viajes. Los personajes cambian, se transforman, crecen y entran en crisis", afirma Michel Boujenah.

En el esqueleto principal de la pel¨ªcula -con un final completamente abierto, porque la voluntad del director, seg¨²n asegura ¨¦l mismo, es no sentar c¨¢tedra sino dar elementos para la reflexi¨®n- se imbrican pinceladas de otras vidas, especialmente la de una madre y su hija en cuya casa se hospedan los viajeros y que compensan de alg¨²n modo la ausencia de una protagonista femenina.

El encuentro permite a Boujenah apuntar un elemento que le interesa especialmente: "Quise mostrar un momento de atracci¨®n f¨ªsica entre el hombre y la mujer mayores, que es algo que casi nunca se ve en el cine".

Sin embargo, no quiso desarrollar la aventura, porque, argumenta, "eso habr¨ªa sido otra pel¨ªcula; quiz¨¢ la haga alg¨²n d¨ªa, aunque deber¨¢ esperar". Por el momento, Boujenah est¨¢ trabajando con Pascal Elb¨¦ en el gui¨®n de un nuevo filme que ocurre por completo en una cocina, nada que ver pues con el rico y sobrecogedor paisaje que sirve como tel¨®n de fondo a Padre e hijos.