Espect¨¢culo y risas

Para quienes deseen saber en qu¨¦ par¨¢metros se movi¨® el pop de los ochenta, el lado m¨¢s colorista y pro amateur de la movida, las canciones m¨¢s na¨ªf y guatequeras, los madrile?os L Kan han de ser ya una referencia obligatoria. As¨ª lo vieron tambi¨¦n los espectadores que abarrotaron el local de la capital en el que el cuarteto present¨® su tercer disco, Discazo, perfecta continuaci¨®n de aquellas dos p¨ªldoras de colores que fueron Supersenserio y Cosas que miden poco, sus dos primeros ¨¢lbumes.

Para cualquiera introducido en el modo de hacer lkaniano, era f¨¢cil prever que el espect¨¢culo visual y las risas c¨®mplices habr¨ªan de ser los elementos fundamentales de una presentaci¨®n en la que el grupo decidi¨® aprovechar todos los espacios muertos de la sala para ocuparlos con sus m¨²sicos. Y eso que son s¨®lo cuatro. Dos de ellos, disfrazados de empleados de mudanzas, los instrumentistas. Los otros dos, chico y chica, vocalistas enloquecidos e incapaces de estarse quietos un segundo. En especial la chica, O Kan -?o tal vez B Kan?-, quien ten¨ªa una enorme caja de disfraces con los que fue cambiando de atuendo casi en cada canci¨®n.

Disfraces

Comenz¨® el grupo interpretando Nanana Nanana con los dos vocalistas disfrazados de cowboys de mentirijillas. Acto seguido se invit¨® a un sujeto que cumpl¨ªa a?os a que compartiera con el grupo el tema Todo por placer y, de paso, a dejarse estrellar una tarta en la cara, acto que encaj¨® con deportividad y hasta de buena gana. El grupo fue alternando canciones antiguas, como La + fan¨¦, (This is not) Modern talking, Humor idiota o la genial Gayhetera, con la que cerraron su noche triunfal, con canciones nuevas y no exentas de ingenio: Aburrida de estar salida, Mi relaci¨®n con Francia, Mi cociente es diferente o Te prefiero sucio. En todas ellas los cantantes fueron asumiendo disfraces y personalidades que har¨ªan las delicias de los amantes del cine del primer Almod¨®var o del d¨²o Ayuso&Sabroso. Aunque, si hay que destacar especialmente alguna, desde luego Quiero ser siniestra, donde riman sin ning¨²n tipo de contemplaci¨®n "mamarracha" con "cucaracha". Ah¨ª es nada.

Fue un divertido concierto que, sin duda, podr¨ªa ser la tortura perfecta para todos aquellos que se toman excesivamente en serio la m¨²sica pop o van a un concierto a darse un ba?o de virtuosismo instrumental. Menos mal que no todos lo ven as¨ª, en blanco y negro, y que quedan grupos como L Kan.