El triunfo sin lugar

En La hendidura, F. S. Fitzgerald descubre que "toda vida es un proceso de demolici¨®n". Lo escribi¨® en 1936, ahogado en alcohol, y cuando el mundo era ya un jarr¨®n de porcelana hecho trizas. "Si yo me rompiera, har¨ªa estallar el mundo conmigo", confiesa. Aquella identificaci¨®n petrificante, que ocurre en el borde de nosotros mismos en un vagar esquizoide entre el exterior y el interior, se vive hoy bajo una aguda forma de crujido, de dispersi¨®n de la unidad. El cuerpo -del individuo, social- ha perdido su medida y no es m¨¢s que un simulacro. S¨®lo vemos la superficie, con sus monstruos. Es La ciudad que desaparece, una psicodelia de f¨¢bricas abandonadas, edificios en ruina, calles agrietadas, charcos donde se miran, narcisistas, las calaveras de los edificios, coches y gr¨²as de desguace, grafitos -la escritura suspendida- sobre casas desoladas que emergen del anonimato en los barrios perif¨¦ricos de las metr¨®polis.

En el vest¨ªbulo de una de las salas de exposiciones de Caixaforum, la pareja de artistas Gianfranco Botto (1963) y Roberta Bruno (1966) ha creado un environment a modo de travelling donde se suceden las im¨¢genes de la demolici¨®n y la desmesura de las ruinas, s¨ªmbolo del espesor del presente o del devenir esquizofr¨¦nico. Se trata de fotograf¨ªas reales tomadas en decenas de ciudades, seleccionadas, recortadas, ampliadas y encoladas en paredes y suelo como un wallpaper gigantesco que provoca en el visitante una profunda sensaci¨®n de abandono y de estallido del fin, a modo de pel¨ªcula futurista. Blade Runner existe, es esa imagen-s¨ªmbolo de la insoportable piedad que producen los escombros. Botto & Bruno recorren con su c¨¢mara los m¨¢rgenes de la gran ciudad, documentan la desolaci¨®n, el abismo indiferenciado, en Tur¨ªn, Nueva York, Medell¨ªn, Londres, Busan. Despu¨¦s revisan las fotograf¨ªas y las recomponen manualmente en un puzle aleatorio. Finalmente ampl¨ªan el montaje obtenido y lo imprimen sobre papel y PVC -"nos gusta este material porque es como una piel sint¨¦tica y fr¨ªa", afirman- hasta configurar un paisaje que se desparrama por las paredes y el suelo. El suyo es un m¨¦todo artesanal, de tecnolog¨ªa dom¨¦stica, muy povera, una forma de rechazo de la homogeneizaci¨®n art¨ªstica que resulta del empleo de la alta tecnolog¨ªa y las autopistas de la informaci¨®n.

Es el primer proyecto del d¨²o turin¨¦s en Espa?a. Su primer "ambiente" se produjo en el marco de la 49? Bienal de Venecia, una avalancha de ruinas desencadenadas bajo un rojo cielo saturnal. La ciudad que ahora inventan para Barcelona juega con los elementos iconogr¨¢ficos que caracterizan la arquitectura modernista y hasta se funde con ella, con el marco de un cielo azul punteado por las dos torres y los grandes espacios di¨¢fanos que por un instante esquivan el presente para adoptar la desmesura del futuro en el no-lugar.

En la obra de Botto & Bruno no hay sitio para las singularidades, y si existieran, han cristalizado en detritus, sepultados a la vez por ruinas y accidentes. Antes, el futuro avisaba desde las p¨¢ginas de un libro o el cine era su c¨®mplice. Ahora est¨¢ cada vez m¨¢s cerca y lo peor es que es reconocible. La a-top¨ªa ha ganado, finalmente, a la utop¨ªa.