Son Seals, uno de los grandes del 'blues' urbano
Frank Son Seals, poderoso cantante y guitarrista de blues, falleci¨® el lunes en Chicago a los 62 a?os, a consecuencia de la diabetes, enfermedad que en 1999 le hizo perder una pierna y reducir sus giras dentro y fuera de Estados Unidos.
Desde principios de los a?os setenta, Seals fue uno de los grandes difusores del blues urbano m¨¢s pele¨®n, conectando incluso con el p¨²blico de las jam bands a trav¨¦s del grupo Phish, que grab¨® su Funky bitch y le acompa?¨® en su disco para la compa?¨ªa Telarc (Lettin' go, 2000) y en directo.
Nacido en Osceola (Arkansas) en 1942, era hijo de un m¨²sico que fue parte de los Rabbit Foot Minstrels, arcaicos entretenedores muy populares entre la comunidad afroamericana de los Estados sure?os. Su padre invirti¨® en un modesto local, el Dipsy Doodle, combinaci¨®n de timba y bar donde Son pudo escuchar a bluesmen que no pod¨ªan imaginar que su m¨²sica interesara m¨¢s all¨¢ de su p¨²blico natural.
Son tambi¨¦n trabaj¨® en los campos de algod¨®n -"dos d¨®lares y medio por d¨ªa de sufrimiento", sol¨ªa recordar- mientras se fogueaba como m¨²sico, primero a la bater¨ªa y luego con la guitarra, donde tuvo como profesores a Earl Hooker y Albert King, "que me ense?¨® mucho, aunque era zurdo y era dif¨ªcil de seguir". Su padre le explic¨® la principal lecci¨®n: "Si vas a dedicarte al blues, es mejor que lo hagas de coraz¨®n, ya que dinero no vas a conseguir mucho". Siguiendo la ruta tradicional del blues, Seals se traslad¨® a Chicago en 1971. All¨ª ejerci¨® de acompa?ante ocasional del armonicista Junior Wells y, especialmente, del feroz Hound Dog Taylor -que ten¨ªa una relaci¨®n violenta con su segundo guitarrista, Brewer Phillips-, y se introdujo en un ¨¢spero circuito cuyos clientes eran exigentes trabajadores de origen sure?o, que no quer¨ªan precisamente derramar l¨¢grimas.
En el Flamingo Club, una taberna del South Side, llam¨® la atenci¨®n de Bruce Iglauer, cuyo sello Alligator Records empezaba la tarea de grabar y lanzar a la olvidada generaci¨®n de bluesmen que hab¨ªa tomado el lugar de Muddy Waters, Howlin Wolf, Buddy Guy y dem¨¢s gigantes que hab¨ªan sido descubiertos por el p¨²blico blanco a trav¨¦s de las versiones de los Rolling Stones o Eric Clapton.
Iglauer supo que Seals compon¨ªa temas como Your love is like a cancer y sell¨® un pacto con un apret¨®n de manos: a trav¨¦s de Alligator, lanzar¨ªa seis discos de estudio m¨¢s dos explosivos directos, Live & burning y Spontaneous combustion, ambos registrados en locales de Chicago, una discograf¨ªa resumida en la antolog¨ªa Deluxe edition.
El reconocimiento llev¨® a Son Seals hasta lugares inesperados: toc¨® en la Casa Blanca, cuando estaba ocupada por otro nativo de Arkansas, Bill Clinton, y ambos pudieron compartir recuerdos y experiencias. Seals conservaba en su cara las huellas de una pelea con su esposa, que termin¨® cuando ella le dispar¨® a bocajarro.
La amputaci¨®n de su pierna izquierda no le llev¨® al retiro -deb¨ªa cuidar de sus 14 hijos-, pero le oblig¨® a tocar sentado. Los problemas de salud no disminuyeron su intensidad: dirig¨ªa a su banda con autoridad, combinando su punzante guitarra con el saxo y los teclados, cantando con ruda entrega.
Intimidante a primera vista, Son Seals era un amable caballero fuera del escenario, un veterano susurrante que bromeaba con sus rachas de mala suerte. Su blues ten¨ªa una funci¨®n sanadora: buscaba exorcizar las experiencias negativas y recargar la energ¨ªa vital.-
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