La victoria no puede esperar
Isidre Esteve, m¨¢ximo aspirante espa?ol en motos, y Marc Coma s¨®lo temen las tormentas de arena, que hacen perder las referencias
En su historial figuran un cuarto puesto (2001) y un quinto (2002) en el Rally Dakar. A sus 32 a?os, Isidre Esteve atesora algo indispensable para optar al triunfo final: experiencia. Sabe lo que es navegar en las peores condiciones y conoce los secretos del desierto. Es el m¨¢s notable candidato espa?ol a la victoria en motos tras el pase de Nani Roma, el vigente campe¨®n, a los coches y el desgraciado fallecimiento del franc¨¦s Richard Sainct en el Rally de los Faraones. Marc Coma y ¨¦l son los dos pilotos en los que conf¨ªa el equipo oficial KTM Repsol para llegar a la capital senegalesa en lo m¨¢s alto del podio.
"Tras la victoria de Roma, todos nos exigen que ganemos", asegura Esteve, nacido en la Seu d'Urgell. "No es nada f¨¢cil, pero hemos trabajado muy bien con el equipo y en la carrera debe salir lo que sabemos hacer. Si no hay imprevistos, estoy convencido de que conseguiremos un buen resultado". No se atreve a hablar de la victoria. Hay otros pilotos que est¨¢n en el p¨®ker de aspirantes: Cyril Despres, Fabrizio Meoni, Alfie Cox y el mismo Coma.
No es una afirmaci¨®n gratuita. En los grandes raids que se han disputado este a?o, Esteve ha ganado en Marruecos y en Dubai mientras que Coma concluy¨® el segundo en Marruecos y en T¨²nez y gan¨® en el Bajo Arag¨®n. "Ahora todo es muy distinto", rememora Esteve, que debut¨® en el Dakar en 1998; "entonces ¨ªbamos con mucha ilusi¨®n, pero sin medios. Me apoyaba un grupo de 20 peque?os empresarios de Lleida y el objetivo era llegar a Dakar. As¨ª justificaban su viaje. Ahora, en cambio, estoy en la mejor estructura oficial. Lo tenemos todo: mochileros de lujo [Giovanni Sala y Jordi Dur¨¢n], mec¨¢nicos, camiones de apoyo, las mejores motos y la ayuda de expertos como Jordi Arcarons".
Desde que en 2000 la marca alemana BMW abandon¨® su proyecto en el Dakar tras la segunda victoria consecutiva de Sainct, KTM se convirti¨® en la mejor moto para afrontar el desierto: ha ganado las cuatro ¨²ltimas ediciones con Meoni (2001 y 2002), Sainct (2003) y Roma (2004). "La moto es fundamental", asegura Arcarons, el hombre que marca la estrategia del equipo; "sin embargo, con eso no basta. Para ganar hace falta, adem¨¢s de ser un gran piloto, tener unas dotes de orientaci¨®n y navegaci¨®n que no todo el mundo posee. En eso hemos estado trabajando. Y ahora tanto Isidre
como Marc saben ir solos, siguiendo su libro de ruta. Hay muy pocos pilotos capaces de hacer eso. Se cuentan con los dedos de una mano. Y son los que ganan. Los dem¨¢s siguen roderas o necesitan ver a alguien para saber por d¨®nde van".
Arcarons, con 16 participaciones y cuatro segundos puestos, afirma que el ganador del Dakar no es el m¨¢s r¨¢pido, sino el que sabe encontrar el mejor equilibrio entre la velocidad justa para salvaguardar su moto y para no perderse. "Hay que ser r¨¢pido. Pero a veces hay que ser conservador, esperando el momento para lanzar el ataque", explica; "hay pilotos que salen atacando, pero se descartan a s¨ª mismos. Eso le ocurri¨® a Roma varias veces hasta que fue el n¨²mero uno sin necesidad de ir siempre con el gas a tope: supo ir solo con su libro y no necesit¨® seguir y atrapar a otros. ?sta debe ser la filosof¨ªa".
La navegaci¨®n se complica porque cada vez hay menos puntos de referencia para los pilotos. "Debemos valernos con el libro de ruta, con un tripmaster [marca los kil¨®metros corridos], un repetidor [br¨²jula digital v¨ªa sat¨¦lite] y un GPS restringido que s¨®lo te indica la direcci¨®n recta hasta los controles de paso", asegura Coma, que, a los 28 a?os, lleva ya tres rallies; "en una etapa de 300 kil¨®metros pueden darte ocho puntos de referencia del GPS".
Lo m¨¢s terrible es encontrarse con una tormenta de arena porque se pierden todas las referencias. "Puedes tener un piloto a 150 metros y no verlo. Desaparecen las monta?as, las dunas, las ruinas, las piedras que est¨¢n indicadas en el libro de ruta... Est¨¢s t¨² solo", relata Esteve. Una tormenta de arena obliga a disminuir la velocidad hasta los 130 kil¨®metros por hora cuando la m¨¢xima es de 190. Es uno de los inconvenientes del Dakar que deber¨¢n salvar Esteve y Coma para lograr su gran objetivo: un triunfo que no puede esperar.
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