En clave provisional
Fallecido Arafat, los palestinos acuden a las urnas el pr¨®ximo domingo para la dif¨ªcil tarea de elegir a su sucesor al frente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Arafat, con sus enormes errores y sus grandes aciertos, es irrepetible. Aunque previsiblemente gane el poco popular pero sensato Abu Mazen (Mahmud Abbas), el resultado s¨®lo ser¨¢ provisional. Con suerte, voluntad y un poco de ayuda exterior, al nuevo presidente, que tendr¨¢ la legitimidad de las urnas pero carecer¨¢ del apoyo de los corazones, le dar¨¢ tiempo a reformar la ANP, limpiar algo la corrupci¨®n, retomar el crecimiento econ¨®mico (para lo que necesitar¨¢ apoyo europeo) y volver a encauzar el proceso de paz. La clave, sin embargo, no la tendr¨¢ ¨¦l, sino, entre los palestinos, los grupos terroristas. Una bomba puede hacer volar cualquier buen prop¨®sito.
El sentido de provisionalidad no se da s¨®lo en el campo palestino. Tambi¨¦n en el israel¨ª. Pese al Gobierno de unidad del Likud con los laboristas, el Ejecutivo israel¨ª est¨¢ sumamente debilitado. Los laboristas no parecen capaces de poder influir demasiado en un cambio del Likud, pese a la transformaci¨®n que algunos ven en Sharon. Si Israel va a elecciones anticipadas -de incierto resultado-, todo se paralizar¨¢. En este campo, el detonante pol¨ªtico est¨¢ en manos de los colonos y su actitud ante la eventual desocupaci¨®n de los asentamientos en la franja de Gaza.
Aunque es sabido que lo provisional tiende a menudo a convertirse en permanente, Abu Mazen ser¨¢ una etapa. Para ma?ana o pasado ma?ana, muchos ojos est¨¢n puestos en Marwan Barguti, recluso en una c¨¢rcel israel¨ª, que finalmente decidi¨® no presentarse para no causar mayores problemas, pero que es uno de los pocos l¨ªderes con apoyo generalizado, y que puede frenar al grupo integrista Ham¨¢s. En esta necesaria renovaci¨®n generacional, otras opciones son Mohamed Dahlan y el otro Barguti, Mustaf¨¢, un m¨¦dico que se presenta a las presidenciales m¨¢s con ¨¢nimo de darse a conocer que de ganar, pero que ha venido haciendo un trabajo de base como tercera v¨ªa durante los ¨²ltimos a?os.
Los palestinos han de percatarse de que muchas cosas han cambiado. El recurso al levantamiento violento de la segunda Intifada ha sido un fracaso pues no ha hecho sino empeorar las cosas. Seg¨²n los datos de la organizaci¨®n B'Tselem, desde el 29 de septiembre de 2000 hasta el pasado 27 de diciembre han muerto en la Intifada 3.977 personas (m¨¢s de la mitad cuando no participaban en hostilidades; 3.174 palestinos y 803 israel¨ªes, y un total de 182 menores). La Intifada y la demograf¨ªa han llevado a que la soluci¨®n basada en dos Estados pierde fuerza y apoyo en Israel.
Retomar la senda de la paz exige dar esperanza a todos. La Hoja de Ruta contemplaba la soluci¨®n de dos Estados en dos a?os. Bush, con Blair a su vera, apoy¨® la idea, pero en cuatro a?os, un abrir y cerrar de ojos en esta regi¨®n, aunque un tiempo insoportablemente largo para crear esa esperanza entre los palestinos. Washington, cuya nueva implicaci¨®n en el proceso puede ser la moneda de cambio para que los europeos se impliquen m¨¢s en Irak (y ¨¦ste ser¨¢ un eje de la visita el 22 de febrero de Bush a Bruselas) quiere, como los israel¨ªes, ver qu¨¦ pasa antes en las elecciones del domingo; comprobar si los nuevos responsables palestinos controlan la seguridad e impiden los atentados terroristas; y observar qu¨¦ pasa con la retirada israel¨ª de Gaza y en las elecciones a la Asamblea palestina. A las presidenciales, Ham¨¢s no se presenta. A las legislativas, previsiblemente s¨ª. En la primera ronda de las municipales -las primeras desde 1975- Ham¨¢s ha entrado fuerte con un 35,6% de los votos. No sobrepasa a Fatah, pero se sit¨²a como una fuerza que no cabe ignorar y cuyo ¨¦xito se debe en buena parte a su pol¨ªtica social, llenando un vac¨ªo que correspond¨ªa a la Autoridad. Esta Palestina, aunque parezca lo contrario y pese a los encontronazos milenarios, no era un problema religioso. Pero con el crecimiento de los fundamentalistas isl¨¢micos (y otros), la religi¨®n ha entrado en el conflicto, de una forma nada provisional. aortega@elpais.es
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