Urnas como bombas
Nos presentan el caso de Irak como el de la democracia de las urnas y el orden de un Gobierno y un Parlamento contra el terrorismo, las bombas, la incertidumbre. Colaboramos todos a esta deformaci¨®n: pero no es justa. El terrorismo tiene una definici¨®n propia por los m¨¦todos que emplea, pero no por los motivos, la pol¨ªtica o la reacci¨®n que lo causan. Es tan condenable como las guerras; mata civiles, como todas las guerras. Las consideradas legales causaban a principios de siglo un 20% de v¨ªctimas civiles; las actuales, un 80%. Se debe a un nuevo estilo de matar: las armas disparadas a distancia, la "destrucci¨®n masiva", la presi¨®n sobre el civil capaz de influir hacia la paz sobre sus jefes para no sufrir m¨¢s por la bomba y el hambre. La idea viene desde la Biblia, y desde las leyendas espa?olas de Numancia o Sagunto: su plena realizaci¨®n es actual, cient¨ªfica y t¨¦cnica. En el sentido ¨¦tico, no hay diferencia moral entre las matanzas de Sharon y las de iraqu¨ªes contra colaboracionistas; ni con Rumsfeld, cuyos soldados han matado a 15.000 o 20.000 iraqu¨ªes. Las urnas electorales van a caer sobre el pa¨ªs, ya, como bombas: son las consecuencias de una ocupaci¨®n arbitraria, como todas; la ocupaci¨®n continuar¨¢ tras el resultado, y el Gobierno elegido ser¨¢ un fantoche m¨¢s, como lo fueron los que coloc¨® el nazismo en las tierras devastadas antes por su Ej¨¦rcito. Lo que se pretende con estas elecciones es cargar la responsabilidad sobre los agredidos, y preparar su retirada, sus gastos y su desgaste ante sus ciudadanos y el mundo, por quienes desarrollaron la guerra.
Aparte de las cuestiones morales y ¨¦ticas que se puedan plantear, hay una imposibilidad material de vencer militarmente sobre el mundo isl¨¢mico y el ¨¢rabe. Las urnas de Irak, como las de Afganist¨¢n -aunque haya consideraciones de juristas f¨¢ciles acerca de las legalidades y diferencias-, son una continuaci¨®n de las bombas y un adelanto de la prolongaci¨®n de la larga y ancha guerra. Como la moral es siempre acomodaticia, y depende de las adhesiones y las necesidades de cada moralista, se podr¨¢n juzgar las cosas como se quiera. Yo las veo como un paso atr¨¢s, incluso muy atr¨¢s, en la asunci¨®n de las civilizaciones a las que hab¨ªamos llegado.
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