Enigma
La noticia del fallecimiento de Vicente Iborra Mart¨ªnez, fundador y primer presidente (1977) de la Confederaci¨®n Empresarial Valenciana (CEV) y de Cierval, nos ha sorprendido en estos inicios de 2005. Era un empresario valenciano que ejerc¨ªa y ostentaba poder. Vicente Iborra controlaba el poder valenciano. Inspir¨® la primera aproximaci¨®n organizada del mundo empresarial valenciano a Madrid, centro neur¨¢lgico del poder pol¨ªtico y econ¨®mico en Espa?a.
Un s¨ªntoma de lo poco que han pintado los empresarios valencianos en la capital del Estado y en el resto de Espa?a, es que en el libro El poder de los empresarios de Mercedes Cabrera y Fernando del Rey no consta ni una sola menci¨®n a Vicente Iborra. Su padre fue el primer director general de Comercio y creador, junto con Rafael Font de Mora (1934) del SOIVRE (Servicio de Inspecci¨®n de las Exportaciones) durante la II Rep¨²blica.
La carrera fulgurante de Vicente Iborra se trunc¨® el 19 de diciembre de 1985 cuando, mediante una denuncia an¨®nima, se descubrieron irregularidades en SAVE, empresa que se dedicaba a gestionar aparcamientos p¨²blicos. Vicente asumi¨® toda la responsabilidad como presidente y el asunto termin¨® en un largo proceso judicial, de cuya sentencia fue indultado por motivos de salud.
Han quedado sin explicar cu¨¢les fueron las circunstancias y los acontecimientos que ocasionaron aquel tremendo impacto que recibi¨® la sociedad valenciana con la salida de Vicente Iborra de la presidencia de la CEV. Fue el l¨ªder (1977-1985) de esta organizaci¨®n empresarial que hab¨ªa contribuido activamente a la fundaci¨®n de CEOE, junto con Fomento del Trabajo Nacional, m¨¢xima representaci¨®n empresarial de Catalu?a.
?C¨®mo es posible que le ocurriera a Vicente Iborra aquel c¨²mulo de desatinos sin posibilidad de escapatoria? Es cierto que a partir de 1985, con Luis Espinosa en la sala de m¨¢quinas de la CEV, donde desempe?¨® la secretar¨ªa general, el colectivo empresarial valenciano experiment¨® cambios sustanciales con respecto a la etapa de Enrique Sim¨®, Luis Carlier y Rita Barber¨¢. Las instalaciones fueron creciendo. La estructura de personal tambi¨¦n lo hizo y la confederaci¨®n pas¨® a una fase para conseguir protagonismo, notoriedad e influencia en los foros empresariales y pol¨ªticos.
Se trat¨® de transmitir cu¨¢les son los intereses de los empresarios y c¨®mo deber¨ªa acabar reflej¨¢ndose en los diferentes diarios oficiales donde se publica la legislaci¨®n vigente. En este nuevo proyecto Vicente Iborra se qued¨® al margen, impactado por las serias repercusiones del caso SAVE.
Muy pocas voces se manifestaron a favor del hombre y a su vez empresario, que pocos d¨ªas antes hab¨ªa intervenido en un acto masivo de CEOE, en el transcurso del cual manifest¨® en p¨²blico su posici¨®n radical en el cuestionamiento del papel del Estado para las empresas y para los ciudadanos.
Vicente Iborra contaba que hab¨ªa en Valencia una guada?a que recorr¨ªa el amanecer los campos y ciudades. El resultado era que la cabeza de quien descollaba ca¨ªa rodando. La suya fue desgajada del mundo empresarial con gran provecho para sus adversarios, no se sabe bien si econ¨®micos o pol¨ªticos.
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