Refugiados entre rebeldes
Los enfrentamientos entre la guerrilla separatista de Aceh y el Ej¨¦rcito indonesio se mantienen en medio de la crisis humana
Hace cuatro a?os, durante el Ramad¨¢n, un grupo de cinco guerrilleros del GAM (Movimiento para un Aceh Libre) sali¨® de la jungla y lleg¨® hasta Meureubo, una poblaci¨®n de cocoteros y campos de arroz de 2.000 habitantes, situada a tres kil¨®metros y medio de Meulaboh, en la costa oeste de la isla de Sumatra (Indonesia). Una vez all¨ª, se dirigieron al alcalde del pueblo, Marliansyah, de 45 a?os, y le exigieron que recolectara dinero entre los vecinos y que se lo entregara.
No era la primera vez que el movimiento separatista indonesio ped¨ªa a sus habitantes financiaci¨®n para la lucha que mantienen desde 1976 por la independencia de esta provincia del norte del pa¨ªs. A pesar de las amenazas, nunca pag¨® nadie, seg¨²n Marliansyah. Pero aquel d¨ªa de Ramad¨¢n el alcalde fue m¨¢s expeditivo, y propin¨® un fuerte pu?etazo a uno de los rebeldes armados, que regresaron a la jungla. La respuesta no se hizo esperar. "Esa misma noche, a las tres de la madrugada, una explosi¨®n destruy¨® mi coche y parte de mi casa", cuenta el l¨ªder del pueblo. "Nunca recib¨ª compensaci¨®n del Gobierno".
Tras el maremoto, que el pasado 26 de diciembre devast¨® decenas de poblaciones costeras de Aceh, dejando decenas de miles de muertos a lo largo del litoral, el GAM declar¨® una tregua unilateral en el conflicto con las Fuerzas Armadas indonesias. Pero las tropas gubernamentales han continuado sus acciones contra los insurgentes en la provincia, y los guerrilleros acusan a Yakarta de estar utilizando la cat¨¢strofe para incrementar la campa?a de represi¨®n y negar ayuda a cualquier sospechoso de simpatizar con el movimiento.
El Gobierno reconoce que ha enviado miles de militares a la provincia, pero asegura que ha sido para reemplazar a los m¨¢s de 1.000 polic¨ªas y soldados que fallecieron como consecuencia de las olas, y para garantizar la seguridad de los convoyes humanitarios. Seg¨²n el coronel Geerhan Lantara, responsable de las operaciones de ayuda en la regi¨®n oeste, el GAM ha intentado apoderarse de v¨ªveres destinados a la poblaci¨®n civil. "En Teunon [localidad a unos cincuenta kil¨®metros al norte de Meulaboh, camino de Banda Aceh (la capital provincial)], los rebeldes han prohibido a los habitantes que cojan el agua fresca que enviamos", dice.
La presencia militar en las calles de Meulaboh es evidente. Camiones cargados de soldados armados con fusiles han llegado a la ciudad. Lantara asegura que en el tsunami murieron m¨¢s de 250 militares en la regi¨®n, y que han recibido dos batallones de refuerzos (unos 1.500 soldados) con ingenieros.
"Hace tres a?os, una veintena de guerrilleros detuvo mi coche en Lamno, a 160 kil¨®metros de Meulaboh, camino de Banda Aceh, y me exigieron dinero. Les dije que estaban asesinando a su propio pueblo. Se pusieron furiosos y quer¨ªan matarme. Cuando pararon a otros coches, logr¨¦ escapar en el m¨ªo", a?ade Marliansyah.
Mientras da sorbos a un vaso de caf¨¦ bien dulce, este hombre de fuerte presencia asegura que en otros sitios la gente paga un "impuesto revolucionario". Y vecinos de Meureubo cuentan que, en algunas ocasiones, los separatistas han entrado dando tiros para demostrar su poder¨ªo a la poblaci¨®n. El alcalde habla al tiempo que supervisa la distribuci¨®n de ropa entre los habitantes de este poblado arrasado por las olas, en el que se acumulan los escombros, maderas y troncos de palmeras, mezclados con barro negro. Mucha gente ha perdido todo y ha sido recogida por familiares y amigos o se ha trasladado a los campos de desplazados. En la carretera, el terremoto ha dejado grietas de un palmo de ancho.
Se trata de la primera vez que Yakarta permite a los miembros de las organizaciones humanitarias y a la prensa entrar en esta provincia desde mayo de 2003, cuando puso fin a la tregua de seis meses en vigor y lanz¨® una fuerte ofensiva contra los rebeldes, que ha dejado miles de muertos en esta regi¨®n rica en gas y petr¨®leo. Yakarta ha rechazado levantar el estado de emergencia civil, seg¨²n Lantara, quien asegura que nunca ha o¨ªdo hablar de que el GAM haya declarado una tregua. "S¨®lo quieren que se levante el estado de emergencia para aprovechar la ocasi¨®n y amedrentar a la poblaci¨®n", afirma.
El coronel asegura que, desde que se produjo el desastre, han tenido algunos choques con los separatistas, y que, mientras en Meulaboh la seguridad est¨¢ garantizada, "fuera la situaci¨®n no es igual". La consecuencia es que dos semanas despu¨¦s de que ocurriera la cat¨¢strofe hay gente que a¨²n no ha recibido asistencia m¨¦dica. Las ONG est¨¢n conversando con los militares para llegar a esta poblaci¨®n con cl¨ªnicas m¨®viles, pero las negociaciones son complicadas. "De entrada, no nos dejan ir sin escolta militar", dice un miembro de una ONG.
Los independentistas reclaman la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum, bajo supervisi¨®n internacional. Pero el Gobierno indonesio lo ha rechazado, temeroso de que Aceh siga la senda de Timor del Este, que logr¨® la escisi¨®n en 1999, tras votar a favor de la independencia en un plebiscito organizado por la ONU.
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