El hombre del cambio
Mahmud Abbas, alias Abu Mazen, de 62 a?os, es el segundo presidente de Palestina. Es el sucesor l¨®gico de Yasir Arafat porque a su legitimidad hist¨®rica, conseguida despu¨¦s de m¨¢s de 40 a?os de lucha junto con el grupo de dirigentes hist¨®ricos de la resistencia palestina, se le suma ahora la legitimidad democr¨¢tica otorgada por las urnas.
Su nombramiento de presidente le permitir¨¢ salir de una vez por todas de las sombras donde ha vivido durante cerca de cuatro d¨¦cadas. Primero, en la clandestinidad de los grupos estudiantiles de El Cairo de los a?os sesenta, cuando junto con Arafat cre¨® Al Fatah. Despu¨¦s, en el c¨ªrculo de conspiradores secretos de la c¨²pula palestina que estableci¨® en los a?os ochenta los primeros contactos con los sectores de la izquierda y pacifistas israel¨ªes, para a continuaci¨®n coordinar y dirigir el equipo que negoci¨® en los albores de la d¨¦cada de los noventa los acuerdos de Oslo, y acabar, a su regreso del exilio, en Ramala en las semipenumbras de la Administraci¨®n de la Autoridad Nacional Palestina.
Mahmud Abbas, especialista de las misiones secretas y conspirador permanente, se mueve con habilidad en los laberintos de Oriente Pr¨®ximo; no en vano es doctor en Historia por la Universidad de Damasco y licenciado en derecho por la facultad de leyes de El Cairo, pero tambi¨¦n conoce los recovecos del Kremlin e incluso la Casa Blanca, donde acudi¨® el 13 de septiembre cuando se firmaron los Acuerdos de Oslo y donde fue recibido en julio de hace tres a?os por el presidente George W. Bush.
En su biograf¨ªa pol¨ªtica hay, sin embargo, un s¨®lo momento en que los focos le iluminaron la cara: marzo de 2003. En esa fecha, el presidente Yasir Arafat decidi¨® nombrarlo primer ministro. Su designaci¨®n, fruto de las presiones de la comunidad internacional y especialmente de EE UU, acab¨® poco menos que en una tragedia. Cuatro meses despu¨¦s de que asumiera sus funciones se vio obligado a dimitir de su cargo, mientras millares de manifestantes le insultaban y amenazaban de muerte. Volvi¨® a la clandestinidad abandonado por todos. All¨ª ha estado consumi¨¦ndose en los ¨²ltimos meses.
La muerte de Yasir Arafat le ha devuelto la vida, coloc¨¢ndolo en la c¨²pula de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina, y ahora en la presidencia.
La historia acaba de darle a Abu Mazen una segunda oportunidad. Aunque carece de empat¨ªa y de habilidad para comunicarse con la gente, aseguran que ha desarrollado durante todos estos a?os un sentido pragm¨¢tico de la vida que le ha llevado a convertirse en un dirigente moderado dispuesto al di¨¢logo y a la negociaci¨®n. En un hombre de paz.
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