Felicidades por la parte que te toca... de caos
En estas entra?ables fiestas navide?as, el avezado publicista de la campa?a de la Copa del Am¨¦rica nos ha regalado la vista con un fant¨¢stico anuncio. Tras el "Viento en popa a toda vela" del desconocido Espronceda, el creativo ha a?adido una guinda de su propia cosecha: "Felicidades por la parte que te toca". Estamos, por tanto -siempre seg¨²n nuestro conspicuo personaje- en tiempos de loter¨ªa, y todav¨ªa resuena en mis o¨ªdos la estridente proclama del feriante de turno que se daba bombo con aquello de "a todo el mundo toca, al que no un pito, una pelota".
Como es obvio, el optimista mensaje va dirigido s¨®lo a los abor¨ªgenes de la muy nuestra y querida ciudad de Valencia, a los que nos ha tocado la fortuna con su varita m¨¢gica. De este juego quedan fuera los afortunados supervivientes hipot¨¦rmicos de las pateras, las v¨ªctimas del ¨²ltimo y terrible maremoto del Sudeste asi¨¢tico, los afectados por la pandemia del sida en ?frica y un largo y penoso etc¨¦tera. Pero, aunque no fuera ¨¦sta la intenci¨®n del publicista, quedan tambi¨¦n fuera del sorteo un porcentaje no despreciable de residentes en nuestro arbitrario t¨¦rmino municipal. Comprendo que en ¨¦ste tipo de publicidad hay que propagar la idea de "comunidad", pero ni hacienda somos todos ni todos los valencianos participan del sorteo prometido. Si a ustedes les parece lo dejamos en el 20%, es decir, la minucia de 150.000 ciudadanos atrapados en la marginalidad. Felicitar a estos hijos de la miseria "por la parte que les ha tocado" resulta un tanto macabro.
Sutilezas aparte, no estar¨ªa de m¨¢s enterarse de cu¨¢l es esa dichosa parte. Hoy, me siento m¨¢s perro verde que de costumbre as¨ª que puestos a decir lo que nos ha tocado, yo dir¨ªa que nos ha tocado una parte del caos. El t¨¦rmino puede parecer un tanto alarmista si nos atenemos a la definici¨®n del diccionario (caos: confusi¨®n y desorden total), pero bien miradas las cosas no me parece especialmente exagerado el ep¨ªteto. Juzguen ustedes mismos.
Echemos mano de la semi¨®tica e igualemos Copa de Am¨¦rica a Grandes Proyectos. Confusi¨®n y desorden total por doquier. En algunos casos, la culpa la tiene aquel que habla ingl¨¦s como los ¨¢ngeles por haber perdido est¨²pidamente las elecciones. Luego todo son problemas. Tanto en la Copa del Am¨¦rica como en el Parque Central la estrategia estaba clara: no poner un duro -porque no lo tienen- y financiar ambos eventos echando mano de las plusval¨ªas inmobiliarias. Una marina porte?a por aqu¨ª, unos edificios por all¨¢ y... hakuna matata. Pero ahora, el gobierno de Madrid, que "casualmente" es parte implicada en ambos temas, quiere "estudiar" los proyectos y "sugerir" modificaciones. Menudo l¨ªo. Menos mal que el 2007 est¨¢ a la vuelta de la esquina y pronto saldremos de dudas. Ya saben lo que reza el dicho popular: si tiene barba San Ant¨®n y si no, la Pur¨ªsima Concepci¨®n.
Si, al menos, "todo lo dem¨¢s" estuviera claro, estos dos hermosos interrogantes quedar¨ªan hasta cierto punto desle¨ªdos, y la sensaci¨®n de caos ser¨ªa menor. Pero nuestro gobierno no necesita la ayuda de Madrid para complicarnos el futuro. Montan un concurso restringido de ideas sobre el futuro PAI del Grao, consiguen la presencia de figuras de relumbr¨®n y ?zas!, se presenta Nouvel sin que -al parecer- nadie le haya llamado y, off de record y fuera de concurso, nos ofrece la soluci¨®n a nuestros males pertrechado de una bonita campa?a de marketing, actuando como sacerdotisa Mayren Beneyto, Jim¨¦nez de la Iglesia como core¨®grafo y el prestigioso soci¨®logo Iribas como garante de cientificidad. Y Rita poniendo cara de circunstancias, templando gaitas y repitiendo que hay que o¨ªr a todo el mundo. ?Menudo papel¨®n!
Con tanta emoci¨®n, la revisi¨®n del Plan General y el espinoso tema de l'Horta han pasado a segundo plano, pero ello no significa que sepamos a qu¨¦ jugar. M¨¢s inc¨®gnitas. Tampoco parece que en la desdichada e innecesaria prolongaci¨®n de Blasco Ib¨¢?ez haya decisi¨®n definitiva, y nuestra autoridad portuaria sigue sin conseguir explicarnos qu¨¦ tipo de puerto nos depara el futuro y a qu¨¦ precio. Pedir informaci¨®n m¨¢s precisa, veraz, sosegada y sopesada puede parecer un lujo asi¨¢tico, pero es el primer pelda?o de la escalera que conduce del caos y la incertidumbre a la legibilidad del puzzle.
Por ejemplo, podr¨ªan dejarse de pantomimas y reconocer que los rascacielos de Calatrava quedan bien para hacerse la foto pero no son, ni de lejos, la soluci¨®n para la deuda de Cacsa. No creo que haya ning¨²n promotor suicida que se embarque, pero de iniciarse esa nueva locura el pozo de la deuda se har¨¢ m¨¢s ancho y profundo. Y encima a la ciudad no le hace ninguna falta, salvo estudio de demanda de viviendas y oficinas que demuestre lo contrario. Puestos a practicar la humildad y sentar las bases de la sensatez, ser¨ªa tambi¨¦n de agradecer que nuestro Ayuntamiento (y de paso la Generalitat) explicara por qu¨¦ hemos llegado a la fant¨¢stica situaci¨®n financiera en la que nos hallamos, que ha obligado a "pedir permiso" a Madrid para endeudarse un poquito m¨¢s con motivo del 2007. Esa parte seguro que nos toca. A nosotros y a nuestros hijos.
Por pedir que no quede. Si ustedes me lo permiten, pienso pedir que me expliquen en qu¨¦ c¨®digo ¨¦tico han bebido los firmantes del "gran pacto" de Mestalla. El cinismo no tiene l¨ªmites, pero "vender" con gran satisfacci¨®n un acuerdo que otorga un aprovechamiento del 1,82 y no sonrojarse exige mucha autodisciplina. Conviene recordar que el est¨¢ndar recomendado de 75 viviendas por hect¨¢rea se corresponde con un aprovechamiento del 0,75 si las viviendas tienen 100 metros cuadrados construidos. En ning¨²n pa¨ªs civilizado y en ning¨²n ayuntamiento en el que el inter¨¦s p¨²blico no se prostituya cabe este peque?o desliz. En lugar de justificar la barbarie acudiendo al "¨ªndice medio" del distrito (lleno de ilegalidades como, por poner un ejemplo notable, el pasaje Bartual Moret), ser¨ªa l¨®gico no densificar a¨²n m¨¢s la zona. El Valencia C.F. es una sociedad privada, y su necesidad de reducir la deuda no es algo que pueda calificarse de "inter¨¦s general" ni que pueda solucionarse a costa de la calidad de vida de los ciudadanos. Aunque no dudo que la edificaci¨®n de los 88.702 metros pactados y la construcci¨®n del nuevo estadio son una buena noticia para el sector, por la parte que les toca .Aqu¨ª si que acert¨® el publicista.
Entre incertidumbres, indefiniciones e irresponsabilidades, la parte que nos toca y el caos convergen en contenido. S¨®lo nos queda el consuelo de recurrir a la mitolog¨ªa y recordar que el caos era el estado de confusi¨®n de los elementos que preced¨ªa a la organizaci¨®n del mundo. Ojal¨¢.
Josep Sorribes es profesor de Econom¨ªa Regional y Urbana de la Universidad de Valencia.
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