Raz¨®n demogr¨¢fica y pensiones
La base que se presenta como incuestionable en todos los planteamientos sobre la necesidad de recortar y reformar las pensiones es siempre la cuesti¨®n demogr¨¢fica. En la actualidad se est¨¢ debatiendo el Plan de Previsi¨®n Social Complementaria para Euskadi y sigue en el caj¨®n, aparcada pero no retirada, la propuesta de revisi¨®n de la base de c¨¢lculo de la jubilaci¨®n a toda la vida laboral como mecanismo de garant¨ªa de una mayor proporcionalidad entre el esfuerzo contributivo y la cuant¨ªa de pensiones. La raz¨®n demogr¨¢fica justifica la mercantilizaci¨®n de una parte de nuestro sistema de pensiones. La pregunta es: ?Son incuestionables las cuestiones demogr¨¢ficas?
Es obvio que la poblaci¨®n va a envejecer, y que la prolongaci¨®n de la vida har¨¢ que la proporci¨®n de personas mayores aumente. Pero la magnitud y efectos de este proceso var¨ªan mucho seg¨²n las distintas proyecciones de poblaci¨®n que se escojan. Las proyecciones del INE a partir del censo de 1991 nos presentaba tres escenarios de poblaci¨®n (alto, medio y bajo) de aqu¨ª a 2050, con una variaci¨®n de resultados impresionante: La poblaci¨®n total en 2050, seg¨²n el escenario alto o bajo, oscila entre 35,5 y 46,7 millones de personas (el 32%). En el m¨¢s alto, la poblaci¨®n en 2050 habr¨¢ crecido respecto a la actual en 5,8 millones de personas; en el m¨¢s bajo, se habr¨ªa reducido en 5,4 millones. La nuevas proyecciones del INE a partir del censo de 2001 desbaratan estos datos y dan una poblaci¨®n de hasta 53 millones en la parte alta. Es mucha diferencia. Las proyecciones de los datos de Euroestat, OCDE, OIT, ONU tienen como fuente el INE. Sin embargo, los datos utilizados casi nunca est¨¢n al d¨ªa, y m¨¢s desde que la fuerte entrada de inmigrantes, que ha desbaratado las proyecciones m¨¢s optimistas. As¨ª, en 2001 se calculaban 170 inmigrantes/a?o. Pero en 2004 nos situamos en torno a los 300.000/a?o. Esto nos presenta un cambio demogr¨¢fico muy importante.
Es poco responsable que se busquen los peores escenarios sobre crecimiento, empleo o evoluci¨®n demogr¨¢fica
Lo mismo sucede con una de la variables claras para calcular el peso relativo de las pensiones en el largo plazo: la relaci¨®n entre poblaci¨®n en edad de trabajar (entre 20 y 65 a?os) y jubilada (mayor de 65 a?os). De la primera depender¨¢ el volumen y evoluci¨®n del empleo, y de la otra, el volumen de pensiones. El fen¨®meno generalmente aceptado es el inevitable aumento del peso de la poblaci¨®n jubilada sobre la que trabaja, de cuya relaci¨®n y de la evoluci¨®n estimada de la productividad se deriva el volumen de recursos del PIB que requerir¨¢ el gasto en pensiones. De hecho, entre 2025 y 2050 se producir¨¢ un fen¨®meno hist¨®rico: un gran aumento de la poblaci¨®n de mayor edad, junto a los efectos sobre el mercado laboral de la actual ca¨ªda hasta niveles desconocidos de la tasa de natalidad. El primero de los factores es, sin duda, perfectamente previsible y predeterminado, pero el segundo no lo es tanto.
Y aqu¨ª entran las posibles pol¨ªticas para corregir, al menos parcialmente, la futura tendencia a la baja de la mano de obra. El que hoy Francia y algunos pa¨ªses n¨®rdicos tengan una mayor tasa de fecundidad obedece principalmente a la fuerte inversi¨®n en pol¨ªticas de apoyos a las familias. Si cualquier medida de tipo natalista surte efectos a largo plazo, la demora en aplicar estas pol¨ªticas, juega tambi¨¦n en contra de la estabilidad en el sistema p¨²blico de pensiones. El gasto en estas pol¨ªticas deber¨ªa considerarse con perspectiva inversora: lo que ahora se gasta proporcionara un mayor crecimiento econ¨®mico futuro.
A esto hay que a?adir la capacidad de los inmigrantes para variar las previsiones demogr¨¢ficas. Su revisi¨®n al alza retrasa el momento en que la evoluci¨®n de la poblaci¨®n en edad de trabajar comienza a reducirse y amortigua el efectos de la ca¨ªda del empleo. As¨ª, m¨¢s poblaci¨®n en edad de trabajar, junto a una elevada tasa de empleo elevar¨ªan el crecimiento econ¨®mico y, a igual aumento de la productividad, reducen el peso de las pensiones en el PIB o, alternativamente, aumentan la cuant¨ªa de las pensiones que se podr¨ªa atender.
Los rotundos fracasos en las predicciones a corto plazo sobre la evoluci¨®n del gasto en pensiones, empleo, poblaci¨®n e, incluso, en la variable m¨¢s predecible de todas, el n¨²mero de pensionistas, deber¨ªan moderar las permanentes previsiones para dentro de cuatro o cinco d¨¦cadas. Me parece poco responsable que en ciertos estudios -como el ¨²ltimo de la Consejer¨ªa de Trabajo, en su diagn¨®stico para justificar el Plan de Previsi¨®n Social complementaria- se busquen los peores escenarios posibles sobre crecimiento, empleo o evoluci¨®n demogr¨¢fica. Como conclusi¨®n a los argumentos demogr¨¢ficos, me parece muy negativo su concepci¨®n de fondo, que hace a los pensionistas futuros responsables de hacer frente y soportar la ca¨ªda actual de la tasa de natalidad. El reparto social e intergeneracional de sus consecuencias no aparece en el an¨¢lisis. Adem¨¢s, si se considera transitorio el problema de la baja natalidad, no deber¨ªa amparar cambios estructurales o permanentes del sistema de protecci¨®n social. ?Por qu¨¦ las proyecciones se detienen en 2050? Si se extienden, se ver¨ªa que el problema tiene un car¨¢cter transitorio porque, si se aborda ya la recuperaci¨®n de la natalidad, sus consecuencias habr¨ªan desaparecido a partir de 2050.
Cuanto m¨¢s se estudia en detalle el problema demogr¨¢fico, y sus implicaciones econ¨®micas asociadas, menos se entiende el determinismo, que s¨®lo se explica ante la unilateralidad de las reformas que se proponen (siempre en las pensiones p¨²blicas y nunca en las restantes variables), y m¨¢s se percibe el margen de maniobra en muchas otras pol¨ªticas. El Informe conjunto de la Comisi¨®n Europea y del Consejo sobre la adecuaci¨®n y la viabilidad de las pensiones (03-03-2003), recoge una nueva proyecci¨®n de gasto del 15,8% ante los nuevos datos aportados por Espa?a, que sin embargo hace unas proyecciones de gasto del 16,6% del PIB (pensiones de funcionarios incluidas). Pero ambas proyecciones son sobre una previsi¨®n de poblaci¨®n de 42 millones y no sobre la reciente de 53 millones. Es una cifra perfectamente asumible que nos sit¨²a en el volumen de gasto que dedican varios pa¨ªses de la UE a este cap¨ªtulo. Este es el reto de la convergencia social. Que no se utilice la demograf¨ªa para alejarnos de ella.
Carlos Trevilla Acebo es representante de UGT en el CES vasco.
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