Abu Mazen ofrece a Israel una paz negociada y pide el alto el fuego a los radicales palestinos

Mahmud Abbas, alias Abu Mazen, se convirti¨® ayer en el segundo presidente de la Autoridad Palestina. Jur¨® su cargo sobre el Cor¨¢n ante los miembros del Parlamento en una ceremonia celebrada en la Mukata, el cuartel general de Ramala, en el que vivi¨® asediado durante cuatro a?os Yasir Arafat. En su discurso de toma de posesi¨®n, Abu Mazen se reafirm¨® en los objetivos nacionales, es decir, la proclamaci¨®n del Estado de Palestina con Jerusal¨¦n Este como capital, pero se?al¨® que ello deb¨ªa ser fruto de una negociaci¨®n con los israel¨ªes y de la aplicaci¨®n de la Hoja de Ruta.

"Extendemos nuestra mano hacia los israel¨ªes para hacer la paz", asegur¨® el nuevo presidente palestino ante una sala repleta de p¨²blico, en la que coincid¨ªan a la vez los diputados del Parlamento, representantes del cuerpo diplom¨¢tico, l¨ªderes de las diferentes confesiones religiosas y un ej¨¦rcito de periodistas venidos de todas las partes del mundo. En la calle, el juramento de Abu Mazen fue acogido con absoluta indiferencia, hasta el punto que nadie, ni siquiera sus m¨¢s fieles seguidores de Al Fatah, se acercaron a la Mukata para vitorearle o felicitarle.

En un tono en¨¦rgico, Abu Mazen se dirigi¨® desde el estrado a los dirigentes israel¨ªes y tambi¨¦n a su pueblo, a quienes record¨®, una vez m¨¢s, que estaban destinados a "vivir uno junto a otro" y "compartir esta tierra entre nosotros", pero al mismo tiempo alert¨® a sus lejanos interlocutores que para alcanzar esta paz es necesario poner fin a "los asesinatos, al asedio de nuestras ciudades, a los arrestos, a las confiscaciones de tierras, a la construcci¨®n de asentamientos y del muro".

El nuevo presidente de la Autoridad Palestina reclam¨® la aplicaci¨®n inmediata de la Hoja de Ruta, el plan de pacificaci¨®n dise?ado por la comunidad internacional y apadrinado por Estados Unidos, y pidi¨® a continuaci¨®n el apoyo de todos los pa¨ªses del mundo para ponerlo en pr¨¢ctica, sin condiciones previas y sin caer en los actos de sabotaje del periodo anterior.

"Comencemos a aplicar la Hoja de Ruta y al mismo tiempo empecemos a aplicar las cuestiones vinculadas al Estatuto Permanente [la capitalidad palestina en Jerusal¨¦n Este, el regreso de los refugiados y la fijaci¨®n de las fronteras] con el objetivo de poner de una vez por todas fin al conflicto hist¨®rico que nos enfrenta", recalc¨® Abu Mazen, en medio de un discurso-r¨ªo, en el que abord¨® todos los aspectos y conflictos internos y externos pendientes de soluci¨®n, sin olvidar la "rebeli¨®n" de las facciones armadas palestinas, a las que conmin¨® a decretar un alto el fuego.

Abu Mazen, sin embargo, no hizo ni una simple referencia o alusi¨®n a la decisi¨®n del Gobierno de Ariel Sharon de congelar los contactos con las nuevas autoridades palestinas y suspender la cumbre que ambos hab¨ªan pactado para dentro de dos semanas, como represalia por la muerte de seis ciudadanos israel¨ªes en el paso fronterizo de Karni durante la madrugada del viernes, en una operaci¨®n perpetrada por un comando de palestinos radicales de Gaza.

Silencio

El nuevo presidente tampoco se dign¨® contestar las acusaciones insidiosas de los portavoces israel¨ªes, que en aquel mismo momento le acusaron de conocer la identidad de los autores del ataque al paso fronterizo, sembrando as¨ª dudas sobre su posible colaboraci¨®n con los radicales.

A pesar de esta actitud de silencio, el nuevo presidente palestino se trasladar¨¢ en las pr¨®ximas horas a Gaza, donde se encontrar¨¢ con los dirigentes de las organizaciones radicales para tratar de consensuar con ellos una declaraci¨®n de alto el fuego. A su lado tendr¨¢ un amigo y confidente: el coronel Mohamed Dahlan, ex responsable de la Seguridad Preventiva de Gaza, l¨ªder militar bien valorado por los pa¨ªses occidentales y especialmente por EE UU, quien se vanagloria de poseer las claves para declarar una tregua en la Intifada.

Sin embargo, esta primera misi¨®n pol¨ªtica del nuevo presidente palestino amenaza con convertirse en su primer gran fracaso, sobre todo si se tiene en cuenta la situaci¨®n delicada surgida sobre el terreno en la franja de Gaza; cerrada a cal y canto por orden de los israel¨ªes, cortados los suministros y la entrada de v¨ªveres, y donde, en las ultimas horas el Ej¨¦rcito israel¨ª ha desencadenado una dura ofensiva que se ha saldado hasta ahora con siete muertos y decenas de heridos.