Amargar un concierto
Cuando un director de orquesta trabaja con una diva famosa tiene dos opciones: adoptar una postura servil para facilitar su lucimiento sin robar protagonismo, o limitarse a hacer m¨²sica. Leopold Hager, que es un buen director de orquesta, escogi¨® la segunda, es decir, hizo bien su trabajo. La diva en esta ocasi¨®n era la soprano Barbara Hendricks y, como es una diva sensible e inteligente, tambi¨¦n escogi¨® la misma opci¨®n: en lugar de amargar la vida al director y a la orquesta con caprichos insoportables -que es lo que hacen todav¨ªa algunas divas-, se limit¨® a hacer m¨²sica. Adem¨¢s de hacer bien su trabajo, los dos int¨¦rpretes demostraron tener una paciencia infinita, soportando -y con ellos la mayor¨ªa del p¨²blico- las sonoras toses de muchos espectadores que amargaron el concierto.
Orquestra Simf¨°nica de Barcelona i Nacional de Catalu?a (OBC)
Barbara Hendricks, soprano. Leopold Hager, director. Obras de Haydn, Mozart y Mahler. Temporada de la OBC. Auditori, Barcelona, 14 de enero.
Para prevenir los ruidos molestos, el Auditori barcelon¨¦s recibe al p¨²blico con una contundente bater¨ªa de avisos por megafon¨ªa: apagar m¨®viles, desactivar alarmas de reloj, no hacer grabaciones ni fotos, guardar silencio .....y controlar las toses. De nada sirvi¨® la recomendaci¨®n en el caso de las toses, pero el ¨²ltimo aviso, antes de la interpretaci¨®n de los cinco lieder de Gustav Mahler sobre textos de Friedrich R¨¹ckert, surti¨® efecto: se inform¨® al p¨²blico de que no deb¨ªa aplaudir entre las canciones, y nadie aplaudi¨®. Tiene m¨¦rito, porque con tantas instrucciones, los nuevos mel¨®manos necesitar¨¢n un manual de instrucciones para recordar todo lo que no se debe hacer durante un concierto.
Buen gusto
El programa se abri¨® con una aseada versi¨®n de la Sinfon¨ªa n. 100 en sol mayor, 'Militar', de Haydn. Lo mejor, el sonido transparente y limpio de las cuerdas de la OBC, a las que se le pod¨ªa pedir, no obstante, m¨¢s calidez. Hendricks apenas calde¨® el ambiente en su primera intervenci¨®n, dos arias de concierto de Mozart con su pertinente recitativo: Basta vincesti-Ah non lasciarmi, no, KV 486a y Misera dove son!- Ah! Non son io che parlo, KV 369 . Las cant¨® con musicalidad y buen gusto, pero su voz, que ha ganado peso y ha adquirido un color m¨¢s oscuro, muestra acentos m¨¢s vigorosos de los que conviene a la delicada y transparente l¨ªnea mozartiana.
Los momentos m¨¢s emocionantes de la velada vinieron con Mahler, con el canto sensible y comunicativo de Hendricks, el acompa?amiento delicado de Hager y la excelente respuesta del conjunto sinf¨®nico barcelon¨¦s. Fue un Mahler sin arrebatos ni histerias, plagado de detalles primorosamente realzados por Hager. Lamentablemente, las toses se cebaron en los instantes m¨¢s delicados del hermosos ciclo lieder¨ªstico sobre textos de R¨¹ckert. Una intensa versi¨®n del primer movimiento de la Sinfon¨ªa n¨²mero 10 de Mahler -el ¨²nico que pudo completar el compositor antes de morir- cerr¨® el concierto, ¨²nico momento en que las toses dejaron de molestar.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.