Respuesta a Juan Goytisolo

Era de esperar que Juan Goytisolo hiciera su intervenci¨®n estelar en el llamado caso Echevarr¨ªa. Y era de esperar que lo hiciera como suele: sac¨¢ndose en procesi¨®n a s¨ª mismo y citando de paso, mira por d¨®nde, a Cernuda y a Aza?a (la ocasi¨®n no daba esta vez para mentar a Am¨¦rico Castro y a Blanco White).

Da pereza refutar su gastada cantinela de quejumbres y de alusiones insidiosas, siempre veladas. Pero conviene puntualizar un par de cosas: al cr¨ªtico le corresponde hacer cr¨ªtica, y hacerla, mientras le dejen, en los l¨ªmites que le imponen lo que Goytisolo llama "los intereses empresariales" y "las consideraciones de correcci¨®n pol¨ªtica". Las denuncias abstractas y las jeremiadas imprecisas, a que tan propenso es Juan Goytisolo, de poco sirven en este punto. S¨®lo la concreta denuncia de una situaci¨®n determinada contribuye a un debate real del estado de las cosas, y tal ha sido mi contribuci¨®n al mismo. Que no la haya hecho antes quiz¨¢ sea debido a que mi obligaci¨®n como cr¨ªtico consist¨ªa, antes que nada, en perseverar hasta el m¨¢ximo en mi tarea, pudiendo ocurrir que esos l¨ªmites de los que hablamos se hayan entretanto estrechado.

Por lo dem¨¢s, y por mucho que le pese al se?or Goytisolo (autor, por cierto, muy bien blindado para las cr¨ªticas adversas, y muy dado a rese?ar los libros de sus amigos), no veo de qu¨¦ otro modo puede un cr¨ªtico cumplir con su oficio como no sea elogiando a los escritores que admira y dando palos a los que no aprecia. El fundamento con que haga una cosa o la otra es lo que determinar¨¢, en ¨²ltima instancia, la calidad del cr¨ªtico, condenado por decisi¨®n propia a realizar esa fatigosa tarea en el exiguo espacio de un folio y medio.