El a?o clave de Francisco Camps

"Os pido que (grabado) a fuego, teng¨¢is claro que 2005 es un a?o clave para una comunidad clave del arco mediterr¨¢neo". Francisco Camps reuni¨® el pasado viernes 21 a los altos cargos de su Administraci¨®n para advertirles de la importancia del a?o en curso. El presidente areng¨® a sus cuadros directivos: "Tenemos las ideas absolutamente claras. Nosotros tenemos la clave para crecer, para prosperar, la clave del modelo institucional y la clave del arco mediterr¨¢neo. (...) No hay ning¨²n espacio territorial que tenga una capacidad de futuro semejante. (...) Es dif¨ªcil encontrar un territorio que tenga tanto atractivo para vivir como para ser visitado". Al concluir su discurso, Camps hab¨ªa enumerado las ideas claras para conquistar ese futuro. Fueron dos: el trasvase del Ebro y la reforma del Estatuto de Autonom¨ªa.

Desde su gobierno se echa en falta una estrategia global y homog¨¦nea

Las ideas para conquistar el futuro son el trasvase del Ebro y la reforma del Estatuto

Este ¨²ltimo punto conecta con el debate pol¨ªtico m¨¢s intenso que se vive en Espa?a en los ¨²ltimos a?os: la organizaci¨®n territorial del Estado. Pero m¨¢s all¨¢ de incorporar la consideraci¨®n de nacionalidad hist¨®rica, la capacidad del presidente para disolver las Cortes y convocar elecciones anticipadas, as¨ª como las prisas por cerrar la reforma estatutaria, poco m¨¢s se sabe de las intenciones de los populares valencianos, plasmadas en un documento redactado por el director del gabinete jur¨ªdico de la Presidencia de la Generalitat, Jos¨¦ Mar¨ª. La falta de iniciativa pol¨ªtica se ha traducido en ausencia de aportaciones al debate sobre la organizaci¨®n del Estado. El PP valenciano, sin embargo, no ha estado solo en su invisibilidad; el PSPV tampoco ha generado idea alguna.

Fuentes cercanas al presidente Camps apelan al cambio pol¨ªtico que se produjo en las ¨²ltimas elecciones generales y a la crisis interna del PP para justificar el quietismo presidencial: "Nada le ha salido bien desde que lleg¨® al Palau de la Generalitat. Primero, Aznar guillotin¨® la impronta valencianista de los primeros meses; luego vino la derrota electoral y la derogaci¨®n del PHN y, a continuaci¨®n, la guerra civil en el partido. No ha tenido un d¨ªa de respiro". Desde el zaplanismo no se ven as¨ª las cosas. Un diputado en Madrid pr¨®ximo al ex presidente analiza de este modo al Consell que debe gestionar el a?o clave: "Es un buen gobierno, con alguna excepci¨®n, si se analiza a los consejeros individualmente; pero es incapaz de generar ilusi¨®n, de convertir, por ejemplo, la Copa del Am¨¦rica en un proyecto de cohesi¨®n social y de liderar a la sociedad. No tiene proyecto". Y remata: "Un l¨ªder, como Bono o Rodr¨ªguez Ibarra, lo hubiera conseguido". Un juicio tan duro se subraya a¨²n m¨¢s con la opini¨®n de una persona que se sienta en la mesa del Consell: "Parecemos un gobierno de ocurrencias". ?Lo es?

Los mensajes lanzados por el consejero portavoz tras los plenos del Consell en las ¨²ltimas semanas y recogidos de titulares de prensa han sido: "El portavoz del Consell critica que Moratinos no le reciba y s¨ª se re¨²na con Mas y Dur¨¢n" (10/12/04); "Gonz¨¢lez Pons reitera a la AVL que debe acatar el informe del Consejo Jur¨ªdico" (17/12/04); "El Consell afirma que la Ley de Publicidad del Gobierno busca amordazar a las autonom¨ªas" (7/01/05); "El Consell anuncia que cerrar¨¢ las televisiones ilegales antes de agosto" (15/01/05); "El Consell acusa al Gobierno de abandonar a grupos de inmigrantes en Valencia y Alicante sin avisarle" (21/01/05). Todo apunta a que la clave para prosperar y del modelo institucional que dice tener Camps consiste en una sistem¨¢tica campa?a de ataque al Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero. El mensaje que se traslada es claro: "Si no vamos mejor es por culpa del PSOE de Madrid".

Pero esta estrategia tampoco es compartida por todo el PP. El sector cr¨ªtico con Camps apunta que el verdadero problema se encuentra en "un gobierno que no es capaz de presentar acciones en positivo, que no act¨²a proactivamente. El enfoque del PHN es paradigm¨¢tico. Est¨¢ claro que el Gobierno no nos va a dar agua; pero si nosotros no hacemos algo por nuestra cuenta para conseguirla, desaladoras, lo que sea, va a a quedar claro que no nos hac¨ªa falta". Una persona identificada con el zaplanismo llega a preguntarse: "?Qui¨¦n gobierna? Las consejer¨ªas son reinos de taifas".

El diagn¨®stico es compartido por un miembro del Gobierno. "No existe una estrategia definida", asegura. "Y ahora se nota m¨¢s porque ya no tenemos la excusa de las peleas internas. Las consejer¨ªas, unas mejor y otras no tan bien, funcionan; pero no existe una estrategia homog¨¦nea y global", concluye.

?La pol¨¦mica con la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua se produce para ocultar esa falta de estrategia, es una ocurrencia o responde a una convicci¨®n pol¨ªtica? Hay interpretaciones para todos los gustos, desde quien piensa que Francisco Camps se neg¨® para no pasar a la historia como el primer presidente que reconoc¨ªa la unidad del idioma de forma tan manifiesta, hasta quien ve una maquiav¨¦lica operaci¨®n dise?ada para aparentar una ruptura con Catalu?a cuando en realidad lo que se busca es una mayor autonom¨ªa respecto de Madrid, acercando posiciones bajo cuerda con los catalanes.

Una fuente del Consell opina que la confrontaci¨®n se produjo por la confluencia de tres elementos: la crisis interna del PP, la postura de la Generalitat catalana, y singularmente del PSC, de buscar una posici¨®n dominante sobre la Comunidad Valenciana y, por ¨²ltimo, la voluntad de los acad¨¦micos de aprobar el dictamen con la doble denominaci¨®n catal¨¢n/valenciano. Todo ello provoc¨® el estallido del 22 de diciembre con el consejero Font de Mora actuando de "autoridad civil, por supuesto", como ha escrito un polit¨®logo. Pese a todo, desde presidencia de la Generalitat se opina que no hay mal que por bien no venga y se apunta que la crisis de la Acad¨¨mia ha obligado a conversaciones al m¨¢s alto nivel con los catalanes para buscar acuerdos y desbloquear la situaci¨®n. En esa l¨ªnea hay que interpretar la presencia de Jordi Pujol en Valencia, permanentemente escoltado por el consejero Gonz¨¢lez Pons, o sus declaraciones en Canal 9, reclamando relaciones bilaterales entre Valencia y Barcelona al margen de Madrid, que ya estar¨ªan estableci¨¦ndose de manera exploratoria. En Presidencia, adem¨¢s, se acogieron con satisfacci¨®n las cr¨ªticas de Pujol a Carod-Rovira cuando afirm¨® que "por cada catalanista valenciano, aparecen mil anticatalanistas".

La pol¨¦mica con la Acad¨¨mia, sin embargo, es vista de forma muy diferente desde el zaplanismo: "Fuera de la Comunidad Valenciana hemos hecho el rid¨ªculo y no se entiende para qu¨¦ hemos reabierto la batalla de la lengua. ?Y para qu¨¦ ha servido el valencianismo de Camps? Para alimentar a Coalici¨®n Valencianista", concluye esta fuente.

Los campistas ven la situaci¨®n de otro modo. La batalla de la Acad¨¨mia ha favorecido el acercamiento con Catalu?a y ha ayudado al deshielo con el gobierno de Pasqual Maragall. Las declaraciones de Francisco Camps realizadas en Murcia sobre la eurorregi¨®n, el mismo d¨ªa en que el portavoz del tripartito catal¨¢n, Joaquim Nadal, se pronunciaba en id¨¦ntico sentido, intentaban trasladar la imagen de acercamiento entre ambos gobiernos. "En las conversaciones con Ernest Maragall, hermano del persidente catal¨¢n, se ha hablado de muchas cosas. Probablemente la cuesti¨®n que menos tiempo ha consumido ha sido la del idioma". Lo que no se dice desde Presidencia, aunque se confirme con la boca chica desde el PP, es que la presi¨®n de los empresarios valencianos para reconducir las relaciones con los vecinos del norte ha sido decisiva. "El mundo empresarial est¨¢ satisfecho" es lo m¨¢ximo que se llega a reconocer desde el Consell.

En este contexto de falta de estrategia global y homog¨¦nea, con el PP todav¨ªa dividido, buscando permanentemente la confrontaci¨®n con el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero y un par de ideas, Camps ha proclamado que el 2005 ser¨¢ un a?o clave para la Comunidad Valenciana. Sus seguidores en el PP son quienes m¨¢s desear¨ªan creerle.