B¨¦lgica tropieza con su propio plan soberanista
Los pol¨ªticos negocian la reorganizaci¨®n del territorio bajo la amenaza flamenca de romper el pa¨ªs
En B¨¦lgica no existe el temor a que una peque?a parte de su poblaci¨®n abrace la independencia, sino a que el propio pa¨ªs desaparezca. Porque los planes soberanistas suelen llegar de los flamencos, que suman el 60% de la poblaci¨®n, y sin ellos los franc¨®fonos de Valonia dif¨ªcilmente pueden mantener vivo un pa¨ªs nacido hace s¨®lo 175 a?os de la suma de dos. La reorganizaci¨®n pol¨ªtica del territorio, que pasa por decidir a qu¨¦ comunidad pertenecen varias comunas perif¨¦ricas de Bruselas, ha vuelto a desenterrar el hacha de guerra.
La nueva crisis no lleva el apellido de un pol¨ªtico. Se la ha bautizado como BHV, las iniciales de las comunas perif¨¦ricas de la capital de Europa, conocidas como Bruselas-Hal-Vilvorde (BHV).
Todos en este pa¨ªs pueden presumir de una cosa: la ¨²nica violencia que existe es la verbal
El asunto en s¨ª mismo es un embrollo jur¨ªdico de dif¨ªcil seguimiento que ha tenido la virtud o la inoportunidad de despertar el eterno enfrentamiento entre flamencos y franc¨®fonos. Esta vez, sin embargo, el primer asalto se lo han adjudicado, sorpresivamente, los franc¨®fonos.
Las comunas de BHV est¨¢n enclavadas, como en origen la propia Bruselas, en territorio de Flandes, pero una parte importante de su poblaci¨®n (120.000 de un total de 700.000 habitantes) es franc¨®fona, lo que, seg¨²n el r¨¦gimen imperante, permite a los vecinos de seis comunas votar en las elecciones a candidatos flamencos o franc¨®fonos, como ocurre en la biling¨¹e Bruselas-capital. Tal situaci¨®n debe revisarse por mandato de la Corte de Arbitraje y los flamencos no s¨®lo proponen que BHV pase a pertenecer a Flandes como circunscripci¨®n electoral s¨®lo flamenca, sino que amenazan con hacer estallar B¨¦lgica si no se acepta.
Los partidos franc¨®fonos han respondido contraatacando. Proponen ampliar Bruselas-capital (una de las tres autonom¨ªas del pa¨ªs, junto a Flandes y Valonia) con varias comunas de la discordia, y lejos de apaciguar los ¨¢nimos de los flamencos, han demostrado que la eterna amenaza flamenca quiz¨¢ no sea tan mala idea, una vez visto el ejemplo de Checoslovaquia, que ahora son dos pa¨ªses integrados en la UE. "Si no hay voluntad de seguir juntos", ha dicho el liberal Jacques Simonet, "los franc¨®fonos de Valonia y de Bruselas deben reflexionar sobre un destino com¨²n en el seno de un Estado com¨²n".
"Los franc¨®fonos ahora rechazan el fascismo creciente del otro lado", dice Marc Uyttendale, constitucionalista de la Universidad Libre de Bruselas. Las estad¨ªsticas demuestran que los flamencos ganan a los franc¨®fonos en casi todo: en nivel de renta, en nivel educativo, en productividad, en empleo, en conocimiento de idiomas...
Pero tambi¨¦n en un extremismo pol¨ªtico representado por el Vlaams Belang (antiguo Vlaams Blok, condenado por racista en noviembre pasado, con el 22,4% de los votos en Flandes) que trae de cabeza a toda la clase pol¨ªtica, y que no existe en el lado franc¨®fono. Uyttendale considera que esta crisis la magnifican los pol¨ªticos, mientras los ciudadanos la contemplan con distancia y escepticismo. "Sin embargo, la amenaza de ruptura es real", advierte la senadora verde franc¨®fona Marie Nagy.
En una reuni¨®n mantenida el mi¨¦rcoles pasado, los partidos de un lado y de otro decidieron crear una comisi¨®n paritaria que propondr¨¢ soluciones el pr¨®ximo 23 de febrero. Tal acuerdo ha sido tachado de traici¨®n y "maniobra dilatoria" por social cristianos y nacionalistas, dos de las cinco formaciones flamencas, lo que puede desembocar en una crisis del Gobierno tripartido de Flandes, pero ha evitado una crisis del Gobierno federal, presidida por el liberal flamenco Guy Verhosftadt.
Mientras tanto, se sigue negociando. Es la especialidad de los belgas: negociar hasta el ¨²ltimo detalle. Todos los pol¨ªticos de un lado o del otro pueden presumir de una cosa: en este pa¨ªs la ¨²nica violencia que existe es la verbal.
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