"Casi nada se puede explicar sin la presencia de la civilizaci¨®n romana"
El catedr¨¢tico de Historia Antigua de la Universidad Complutense de Madrid, Domingo Pl¨¢cido, analiza las grandezas y debilidades de los romanos, que dieron al mundo un gran legado.
Pregunta. Tenemos la idea, trasmitida sobre todo a trav¨¦s de las pel¨ªculas, de que Roma era un imperio pr¨¢ctico y la cultura estaba en Grecia.
Respuesta. A los romanos les ha perjudicado ese prejuicio. Roma fue una esponja para absorber la historia griega, pero la cultura latina es excelente y da gusto leer a Virgilio, a Horacio o a Marcial (Bilbilis, Calahorra, siglo I), o ver c¨®mo el conocimiento agr¨ªcola de Columela (C¨¢diz, siglo I) no es puramente t¨¦cnico, sino que de ¨¦l se desprende un amor por la vida rural que se plasma en los mosaicos de las villas.
"Una gran civilizaci¨®n no se destruye desde fuera hasta que ella misma no se ha destruido desde dentro"
P. ?Qu¨¦ ten¨ªa de particular la ciudad de Roma que dio origen a un gran imperio?
R. En la historia una sola causa no explica todo lo que vino. Roma en un primer momento fue un n¨²cleo urbano como cualquier otro del siglo VII antes de Cristo. Se dan enfrentamientos en los que unos vencen y se van haciendo con un poder mayor. Roma llega a ser la ciudad hegem¨®nica de una Liga Latina de una serie de comunidades en principio iguales, primero en el Lazio y luego en Etruria.
P. ?Ah¨ª comienza la vocaci¨®n imperialista?
R. S¨ª. Cuando los romanos derrotan a los etruscos se encuentran con que otros pueblos no permanecen inactivos y se produce un fuerte movimiento expansivo de los galos que llegan hasta Roma. Por razones de seguridad, los romanos tienen que seguir expandi¨¦ndose, al mismo tiempo que fundan colonias para satisfacer con tierras a sus combatientes.
P. ?Qu¨¦ se encuentran en Hispania?
R. Se encuentran con una gran variedad de pueblos, algunos de ellos con estructuras dignas de tenerse en cuenta, sobre todo en toda la costa mediterr¨¢nea. Luego hay zonas de desarrollo intermedio y en el norte se encuentran otras que entonces apenas presentan elementos culturales dignos de menci¨®n. Llegan los romanos y se produce una cierta transformaci¨®n.
P. ?Ha habido descubrimientos arqueol¨®gicos recientes?
R. Lo m¨¢s espectacular han sido los hallazgos epigr¨¢ficos, muchos de ellos clandestinos, gracias a los detectores de metales con los que algunas personas buscan monedas u objetos. Las inscripciones encontradas en Andaluc¨ªa han sido muy importantes para el conocimiento de la Espa?a romana y de la propia Roma. Son textos referidos a leyes municipales, fundaci¨®n de ciudades, funcionamiento del Gobierno, asuntos fiscales.
P. ?C¨®mo surgieron los emperadores hispanos?
R. En las ciudades promovidas por Augusto se desarrollaron sectores sociales cultos que proced¨ªan o bien de los emigrantes romanos o de los propios pueblos abor¨ªgenes. Esto dio lugar a que desde entonces se desarrollaran clanes hispanos, alguno muy influyente en la corte romana. Todos tienen su origen en la costa mediterr¨¢nea desde C¨¢diz hasta Catalu?a, de donde procede, por ejemplo, la familia de Licinio Sura, padrino de Trajano (53-117) que, a su vez, proced¨ªa de It¨¢lica.
P. Es el primer emperador que no es romano ni de Italia.
R. Cierto. Ya Trajano padre ten¨ªa una carrera pol¨ªtica antes de que su hijo fuera emperador. Le sucedi¨® Adriano (76-138), que refund¨® It¨¢lica como residencia para personas ilustres, aunque la capital sigui¨® siendo Hispalis (Sevilla). Finalmente, Teodosio (Coca, Segovia, 346-395) corresponde a otra ¨¦poca de dispersi¨®n.
P. ?Fueron C¨¦sar y Augusto las m¨¢ximas figuras del imperio?
R. Hay un problema en dar un protagonismo demasiado activo a las figuras hist¨®ricas; otra cosa es reconocer sus m¨¦ritos. Leyendo las fuentes del siglo I da la impresi¨®n de que era inevitable la aparici¨®n de un poder personal. Pero despu¨¦s de la muerte de C¨¦sar hay un periodo en el que no se sabe por d¨®nde se van a dirigir los acontecimientos. Cicer¨®n propon¨ªa un princeps [emperador] que fuera un hombre nuevo, no lastrado por las luchas pol¨ªticas, no implicado en los conflictos que hab¨ªan empa?ado el ambiente; ped¨ªa un puer (ni?o) y, en efecto, luego Augusto, que casi lo era, es quien va a generar un encauzamiento de los problemas que hab¨ªan sido resultado de la fuerte expansi¨®n; al integrarse tantas zonas hac¨ªa falta una reglamentaci¨®n, y eso comienza con C¨¦sar y se consolida con Augusto. Fueron figuras capaces de asimilar la cultura de los enemigos, sobre todo de los griegos.
P. ?Por qu¨¦ cae el imperio?
R. Individualizar las causas es dif¨ªcil. La crisis del siglo II se refleja en la inflaci¨®n de entonces, consistente en que se quita oro y plata a las monedas. Hay s¨ªntomas de que la producci¨®n econ¨®mica se hab¨ªa basado en la mano de obra esclava. Hay una restauraci¨®n con Diocleciano que se consolida con Constantino y se reafirma con el cristianismo, no como oposici¨®n al sistema, sino dentro de ¨¦l. Coincide con que los b¨¢rbaros est¨¢n en un momento muy din¨¢mico; el Mediterr¨¢neo se llena de poblaciones incontroladas que hacen que la pax romana desaparezca. Pero una gran civilizaci¨®n no se destruye desde fuera hasta que ella misma no se ha destruido desde dentro.
P. El legado es inmenso.
R. Casi nada se puede explicar sin la presencia de la civilizaci¨®n romana. Las lenguas latinas, la cultura, el derecho, las obras p¨²blicas; en religi¨®n, el cristianismo que triunfa es el romano, no el jud¨ªo.
P. Aparte de todo eso, ?qu¨¦ han hecho los romanos por nosotros?
R. Ja, ja. Todo lo que nos han legado no nace de la nada, pero con los romanos el conjunto adquiere una entidad coherente y constituye una unidad muy vertebrada que justifica la existencia de un imperio estable, en el que no todo es id¨ªlico, pero que goza de una capacidad de supervivencia a pesar de estar gobernado por un Cal¨ªgula o un C¨®modo.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.