Una nueva versi¨®n de 'La monta?a m¨¢gica' recupera textos suprimidos
Con la traducci¨®n de Isabel Garc¨ªa Ad¨¢nez, Edhasa celebra los 50 a?os de la muerte de Thomas Mann
"La monta?a m¨¢gica es una obra fundamental del siglo XX y todos los problemas que plantea siguen vigentes en el XXI", afirm¨® ayer Marisa Sigu¨¢n, catedr¨¢tica de Filolog¨ªa Alemana de la Universidad de Barcelona. "La traducci¨®n de Garc¨ªa Ad¨¢nez devuelve toda la claridad al texto de Thomas Mann". "Le ha aportado modernidad y ha recuperado fragmentos y p¨¢ginas enteras eliminadas en la traducci¨®n de 1934", a?adi¨® Daniel Fern¨¢ndez, director de Edhasa. "No he simplificado nada, he querido que en espa?ol suene tan natural y fresco como en alem¨¢n", dijo Isabel Garc¨ªa Ad¨¢nez.
La monta?a m¨¢gica se public¨® en 1924, aunque Thomas Mann (1875-1955) "empez¨® a escribirla en 1913, poco antes de la I Guerra Mundial y despu¨¦s de La muerte en Venecia", explic¨® Sigu¨¢n. "La traducci¨®n al espa?ol apareci¨® en 1934, en dos vol¨²menes, publicada por la editorial Apolo", cont¨® Fern¨¢ndez. "El traductor fue Mario Verdaguer y se dec¨ªa expl¨ªcitamente en el libro que 'hab¨ªa sido vertida directamente del alem¨¢n'. Yo no s¨¦ alem¨¢n, pero cuando la le¨ª me son¨® muy decimon¨®nica, oscura, llena de galicismos. Los fil¨®logos ya sab¨ªan que no se trataba de una buena versi¨®n". El director de Edhasa anunci¨® que en seis meses lanzar¨¢n una edici¨®n de bolsillo.
Es probable que la traducci¨®n de Verdaguer se inspirara en la francesa porque "todos esos galicismos no aparecen en el original alem¨¢n", seg¨²n Garc¨ªa Ad¨¢nez. Ni ella ni Marisa Sigu¨¢n saben por qu¨¦ decidi¨® suprimir algunos fragmentos, si lo hizo por decisi¨®n propia, si se debi¨® a censura o a autocensura. En cualquier caso, los cortes son significativos, en especial la descripci¨®n de la guerra al final del libro, parte que, seg¨²n Garc¨ªa Ad¨¢nez, "es fundamental". "Verdaguer resume en una p¨¢gina lo que en el texto de Mann ocupa tres o cuatro; son de una gran violencia. No sabemos por qu¨¦ las elimin¨®. Tambi¨¦n recort¨® la secuencia en que Hans Castorp asiste a una sesi¨®n de espiritismo o la parte en que se dispone a entrar en un burdel. Hay, adem¨¢s, otros cortes peque?os".
"Con esta traducci¨®n se ha restaurado la magia de la monta?a. Su lectura resulta mucho m¨¢s amena y clara", afirm¨® Fern¨¢ndez.
Invisible
"He adaptado estructuras que en alem¨¢n son normales, pero no en espa?ol, pero, sobre todo, lo que he intentado es que la traducci¨®n sea invisible, que no suene como a traducido. Si la traducci¨®n chirr¨ªa, la obra no aguanta la lectura", explic¨® Isabel Garc¨ªa Ad¨¢nez. Profesora de Lengua y Literatura Alemana de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, ha trabajado en la traducci¨®n "todas las horas, incluidos los fines de semana", durante 14 meses.
"He seguido fielmente sus meandros y cuando el autor ha escrito partes m¨¢s farragosas, las he respetado, as¨ª como su tono ir¨®nico a veces, otras l¨ªrico, o sus juegos con el lenguaje cient¨ªfico y sus juegos de palabras".
La traductora cont¨® c¨®mo ha resuelto algunos de los problemas que le planteaba el texto. Por ejemplo, la figura del psiquiatra. "Habla con acento b¨¢varo. ?C¨®mo reflejas eso en castellano? Afortunadamente, hay muchos estudios sobre la obra de Mann y comprend¨ª que el escritor hac¨ªa un retrato sat¨ªrico, una caricatura, del m¨¦dico. Para m¨ª, la soluci¨®n en castellano era darle un pronunciamiento gangoso, un habla peculiar que desmonta su discurso", tal como ocurre en el original. "El propio Mann da muchas pistas y claves. Es un texto prodigioso. En la primera p¨¢gina da el c¨®digo gen¨¦tico de la novela. Son como hilos que conducen a la obra entera de Mann, al proceso de narrar y de leer".
Garc¨ªa Ad¨¢nez ya hab¨ªa traducido para la misma editorial El volc¨¢n, de Klaus Mann, el hijo de Thomas Mann.
"Muchas veces se nos ha querido hacer ver que Thomas Mann es un autor dif¨ªcil, que La monta?a m¨¢gica es una novela de reflexi¨®n, cuando es una novela de aventuras", asegur¨® Fern¨¢ndez.
La conciencia del tiempo
"Es la aventura de un h¨¦roe ingenuo y sencillo [Hans Castorp], que parte hacia el mundo sin saber apenas nada. Es de familia pudiente y tiene la vida muy organizada", explic¨® Sigu¨¢n. "Ese viaje desde Hamburgo hasta el sanatorio en los Alpes, adonde va a ver a su primo enfermo, es toda una aventura. Deja atr¨¢s la vida organizada y entra en un mundo desordenado donde encuentra el erotismo, el amor, la enfermedad, la muerte. En principio debe estar tres semanas, pero se queda siete a?os. ?Qu¨¦ es lo que le hechiza en esa monta?a? El lenguaje de Mann es hermos¨ªsimo, en la mejor tradici¨®n del siglo XIX, y la novela est¨¢ construida con una l¨®gica impecable, aspectos que no se pod¨ªan apreciar en la farragosa traducci¨®n anterior".
?Qu¨¦ es lo que atrapa a Castorp en la monta?a?
Marisa Sigu¨¢n se apasion¨® explic¨¢ndolo a los periodistas. "Lo primero que aprende Castorp es la conciencia del tiempo. En la monta?a el tiempo es subjetivo, no pasa por los relojes, la vida compartimentada, las pr¨¢cticas repetidas le da la sensaci¨®n de que el tiempo no pasa. Es la conciencia de la eternidad".
"Luego descubre el erotismo y se enamora de madame Chauchat. Decide estar enfermo. Ella representa el desorden y su amor est¨¢ ligado a la experiencia de la enfermedad".
"El tercer ¨¢mbito de su hechizo reside en las discusiones intelectuales de sus dos mentores, tambi¨¦n enfermos. Settembrini representa la tradici¨®n del humanismo, la civilizaci¨®n, la democracia. En Naphta re¨²ne Mann la fuerza de lo religioso, lo totalitario, el comunismo, todo en una sola figura. Discuten continuamente y Castorp les escucha sin inclinarse por ninguno. Ninguno de los problemas intelectuales se resuelve. El tiempo hist¨®rico irrumpir¨¢ en ese tiempo hechizado: la I Guerra Mundial. Castorp partir¨¢".
"Mann quer¨ªa que de su novela quedara un canto a la vida, una vida que sabe mucho de la muerte", concluy¨® Sigu¨¢n.
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