Rumsfeld teme a los jueces
El secretario de Defensa de EE UU no asistir¨¢ a la cumbre sobre seguridad en Alemania para evitar problemas con la justicia
La cita anual de M¨²nich que re¨²ne a expertos internacionales en seguridad y defensa no va a contar, ma?ana y pasado, con la presencia de Donald Rumsfeld, secretario de Defensa. En su lugar estar¨¢ Paul Wolfowitz, n¨²mero dos del Pent¨¢gono, seg¨²n informaron ayer los organizadores de la conferencia. La raz¨®n que explica que, en pleno deshielo entre EE UU y los aliados europeos contrarios a la intervenci¨®n en Irak, no est¨¦ presente Rumsfeld es de pura prudencia por su parte; se trata de evitar posibles problemas relacionados con una querella criminal presentada el pasado 30 de noviembre ante la justicia alemana. Al tiempo, Rumsfeld presiona al Gobierno de Berl¨ªn para que paralice la querella.
Aunque los intermediarios son alemanes, el instigador es el Centro para los Derechos Constitucionales, con sede en Nueva York, que acusa a Rumsfeld y a otros nueve altos responsables pol¨ªticos y militares de EE UU de cr¨ªmenes de guerra y de complicidad en los casos de torturas de la c¨¢rcel iraqu¨ª de Abu Ghraib. El nuevo c¨®digo alem¨¢n relacionado con estos asuntos -en vigor desde hace tres a?os- permite la tramitaci¨®n de la querella. Es posible que no llegue a ninguna parte, pero todo depende de la fiscal¨ªa alemana, con lo que existe la posibilidad de una escena harto inc¨®moda para Rumsfeld. Su no asistencia "es una demostraci¨®n de fuerza de cara al Gobierno alem¨¢n, para que sepa que esta querella le molesta y para que la anule", dijo a EL PA?S Peter Weiss, vicepresidente del Centro.
?Qu¨¦ le podr¨ªa ocurrir a Rumsfeld si estuviera en M¨²nich? "T¨¦cnicamente, podr¨ªa ser retenido en Alemania, como parte de la investigaci¨®n sobre la querella; en el caso m¨¢s extremo, y desde luego totalmente improbable, podr¨ªa ser detenido", seg¨²n Weiss.
La ley a la que se acoge la querella da al fiscal la oportunidad de investigarla y, si la encuentra justificada, la capacidad de hacer una acusaci¨®n formal contra la persona implicada, "lo que, en ¨²ltima instancia, podr¨ªa acabar en una detenci¨®n, pero naturalmente eso es algo que no va a ocurrir". "Aunque siempre correr¨ªa un riesgo, es m¨ªnimo: no me imagino al Gobierno alem¨¢n deteniendo a Rumsfeld".
En todo caso, para Peter Weiss y su organizaci¨®n el objetivo est¨¢ cumplido: "Nos anima el hecho de que la querella no haya sido sobrese¨ªda, e incluso que la fiscal¨ªa nos haya pedido m¨¢s informaci¨®n, que le hemos enviado; y nos anima el impacto que est¨¢ teniendo todo el asunto".
El secretario de Defensa ha declarado en el pasado que la pol¨ªtica oficial del Gobierno de EE UU es que la tortura est¨¢ prohibida. La comisi¨®n independiente -aunque nombrada por el Pent¨¢gono- que investig¨® lo ocurrido en Abu Ghraib concluy¨® que los mandos no eran directamente responsables de lo ocurrido, y se est¨¢ juzgando en consejos de guerra a los soldados y mandos inferiores que protagonizaron las torturas. En la querella figuran, adem¨¢s de Rumsfeld, el ex director de la CIA, George Tenet; el ex jefe de las tropas de la Coalici¨®n en Irak, general Ricardo S¨¢nchez, y otros altos cargos militares y pol¨ªticos del Pent¨¢gono.
El propio Rumsfeld fue preguntado la semana pasada si, despu¨¦s de asistir en Niza a la reuni¨®n de ministros de Defensa de la OTAN, ir¨ªa a M¨²nich, con la espada de Damocles de la querella. Su respuesta fue: "Es algo que tenemos que tener en cuenta. No s¨¦ si acabar¨¦ asistiendo o no". Paul Wolfowitz, que es uno de los principales art¨ªfices de la pol¨ªtica exterior de EE UU que condujo a la guerra con Irak, ya sustituy¨® a Rumsfeld en M¨²nich hace tres a?os. En principio, se hab¨ªa apuntado la posibilidad de que acudiera a la reuni¨®n Douglas Feith, subsecretario para Asuntos Pol¨ªticos del Pent¨¢gono y otro importante ide¨®logo neoconservador. Feith -en el centro del hurac¨¢n de la pol¨ªtica sobre interrogatorios que desemboc¨® en los desmanes de Abu Ghraib- acaba de comunicar que dejar¨¢ su puesto en verano.
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