Hermosura romana
Estudio de Zalkind. Sidsvenka Dagbladet, 1913
Esta posici¨®n re¨²ne tres caracter¨ªsticas de un buen estudio: la soluci¨®n parece imposible; cuando por fin aparece, es muy bella; y puede ser ¨²til en el ajedrez de competici¨®n. Es uno de los 400 finales art¨ªsticos incluidos en El Cuadrado M¨¢gico (Editorial Jaque XXI), un compendio de placer cuyo autor, Ren¨¦ Mayer, define as¨ª el "tema romano", al que responde esta peque?a joya: "Plantea un sacrificio que tiene como fin la desviaci¨®n, con ganancia de tiempo, de una pieza enemiga". Pero esa idea est¨¢ muy oculta en el diagrama, con los dos alfiles amenazados. El intento m¨¢s l¨®gico no da nada: 1 Ag6, T - b2 2 Rf3, Tb8 3 e8=D+, T - e8 4 A - e8, Rh7, tablas. Es m¨¢s, aunque las blancas conservasen el pe¨®n de h6 al final de esa variante, tambi¨¦n ser¨ªan tablas porque su casilla de coronaci¨®n, h8, es de color opuesto al de alfil; por tanto, el rey negro ser¨ªa inamovible. La soluci¨®n empieza con 1 h7+!!, un lance cuyo significado s¨®lo ser¨¢ cristalino m¨¢s tarde: 1... R - h7 2 Aa4, T - b2+, y todo va seg¨²n lo previsto. Ahora el rey mueve, la torre vuelve a la octava fila y se inmola contra el pe¨®n cuando ¨¦ste corone. Pero aqu¨ª est¨¢ el intr¨ªngulis, la elegante y espectacular idea que justifica la primera jugada de las blancas: 3 Ac2+!!, T - c2+ 4 Rf3, Tc3+ 5 Rf4! (pero no 5 Re4?? porque tras 5... Tc1, ?son las negras quienes ganan!) 5... Tc4+ 6 Rf5, y hay que rendirse. La torre ha quedado presa en una tela de ara?a, no puede evitar la coronaci¨®n y ser¨¢ presa de la dama, tarde o temprano, porque el resto es una mera cuesti¨®n de t¨¦cnica. Como indica Mayer, "?lo que dar¨ªan las negras por no tener el pe¨®n de c5!".
Correspondencia: ajedrez@elpais.es
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