"Corea del Norte sabe que tiene que dar marcha atr¨¢s"
Dos ojos felinos contemplan el techo rosa. Condoleezza Rice pierde por un instante el aire relajado y un poco cansado del final de su gira europea. Los tonos y las sonrisas de conversaci¨®n de caf¨¦ desaparecen de pronto: "Por supuesto que estamos preocupados. Muy preocupados. Pero Corea del Norte no tiene m¨¢s remedio que volver inmediatamente a las negociaciones". Es decir, nada de opciones militares, al menos por ahora. "Ni ataques ni invasiones. El r¨¦gimen norcoreano sabe que tiene que dar marcha atr¨¢s. Sabe perfectamente por qu¨¦". El anuncio de Pyongyang sobre el arsenal de armas at¨®micas ha pillado por sorpresa a la secretaria de Estado estadounidense en la ¨²ltima etapa de su viaje de reconciliaci¨®n con el Viejo Continente. Cita a Bush siempre que puede y le gusta poner gran ¨¦nfasis cuando dice "el presidente de Estados Unidos de Am¨¦rica".
"He comprobado que los europeos entienden la necesidad de tener una agenda com¨²n"
"En Irak no hablamos ya de coalici¨®n militar. Se trata de volver a poner un pa¨ªs en pie"
Pregunta. ?Verdaderamente no se esperaba un desaf¨ªo semejante de Corea del Norte?
Respuesta. Hace 10 a?os, por lo menos, que Estados Unidos es perfectamente consciente de la capacidad tecnol¨®gica del r¨¦gimen. Sabemos desde hace mucho que poseen materiales y estructuras suficientes.
P. ?Qu¨¦ es lo que no ha funcionado en la pol¨ªtica de disuasi¨®n?
R. Precisamente por eso quer¨ªamos las famosas conversaciones a seis, porque respetamos las preocupaciones de Corea del Sur, Jap¨®n, Rusia y China. El r¨¦gimen de Pyongyang est¨¢ aislado econ¨®micamente. Sabe que la ¨²nica forma de mejorar su desesperada situaci¨®n econ¨®mica es volver a la mesa de negociaciones. Y s¨¦, por ejemplo, que China ha ejercido enormes presiones para que las conversaciones se reanuden de inmediato.
P. ?No ser¨¢ que les preocupan los m¨¢s de 40.000 soldados estadounidenses estacionados a un paso de la frontera?
R. Es evidente que Estados Unidos es perfectamente capaz de contener cualquier posible amenaza militar que pueda venir del r¨¦gimen de Pyongyang. Tanto si son amenazas contra nuestros soldados como si lo son contra toda la pen¨ªnsula coreana.
P. Mientras tanto, la otra amenaza es la que procede de Teher¨¢n. Ir¨¢n ha sido el tema principal de su viaje europeo. ?Se cree la versi¨®n iran¨ª de que la capacidad nuclear desarrollada hasta ahora no tiene m¨¢s que fines civiles? ?Conf¨ªa en la mediaci¨®n de Francia, Alemania y Gran Breta?a?
R. Hemos hablado mucho de ello, porque la cuesti¨®n nuclear es hoy la m¨¢s importante en Oriente Pr¨®ximo y en todo el mundo. Ir¨¢n sabe que tiene un deber hacia la comunidad internacional: no puede producir armas nucleares a escondidas. Hace ya tiempo que Estados Unidos dispar¨® la alarma. El Gobierno iran¨ª siempre ha intentado eludir la cuesti¨®n y cambiar de tema. Siempre se ha mostrado vago. Por eso estamos muy atentos.
P. Muchas fuentes pr¨®ximas al Gobierno estadounidense han criticado con frecuencia las propuestas pol¨ªticas y econ¨®micas de los pa¨ªses europeos respecto a Ir¨¢n. ?Tiene miedo de que puedan dar legitimidad al r¨¦gimen?
R. Ir¨¢n ha acudido muchas veces a otros para intentar dejar de lado a Estados Unidos. Pero el asunto es muy sencillo: tienen que dar garant¨ªas al OIEA de que no planean fabricar armas at¨®micas. Despu¨¦s podremos tener todas las negociaciones y todos los acuerdos que hagan falta.
P. Desde el Irak liberado siguen llegando cada d¨ªa noticias de sangre y muerte. Muchos aliados europeos piensan en una v¨ªa de salida y alguno ya se ha ido.
R. Ya dije, en la etapa italiana de mi viaje, que los retos siguen siendo numerosos en Irak. No se trata s¨®lo de detener el terrorismo, sino tambi¨¦n de ayudar al nuevo Irak democr¨¢tico, de reconstruir el pa¨ªs en todos los aspectos, econ¨®micos y pol¨ªticos. Para las intervenciones de este tipo estamos intentando contar con nuevas aportaciones. Es decir, ya no estamos hablando meramente de una coalici¨®n militar, aunque sigue siendo necesaria. Se trata de volver a poner un pa¨ªs en pie.
P. Pero el nuevo Irak puede reservar sorpresas embarazosas. El ayatol¨¢ Al¨ª al Sistani, que es el vencedor de las elecciones en la pr¨¢ctica, ha pedido la aplicaci¨®n de las leyes del Cor¨¢n a la nueva Constituci¨®n. ?Qu¨¦ le parece a una secretaria de Estado como usted, tan sensibilizada respecto a los derechos de la mujer?
R. No s¨®lo yo, es el Gobierno de Estados Unidos el que tiene como una de sus grandes preocupaciones los derechos de la mujer. En Irak y en todas las zonas del mundo isl¨¢mico en las que todav¨ªa no ha habido demasiados avances. El caso de Sistani, por supuesto, es especial. Representa a los chi¨ªes, que son la mayor¨ªa de los iraqu¨ªes, ha empujado a los ciudadanos a participar en las elecciones democr¨¢ticas, y antes les hab¨ªa alentado a rebelarse contra el r¨¦gimen de Sadam, que negaba de forma brutal los derechos de todos, no s¨®lo de las mujeres. Adem¨¢s, desempe?a un papel fundamental a la hora de involucrar a la parte sun¨ª de la poblaci¨®n. En cuanto a la Constituci¨®n, estamos comenzando un proceso pol¨ªtico, una discusi¨®n que antes no era posible. Habr¨¢ negociaciones, compromisos, peque?os giros. Desde luego, Sistani ha desempe?ado un papel importante para Irak, y creo que seguir¨¢ haci¨¦ndolo en el futuro.
P. Del norte de Irak no llegan noticias tranquilizadoras. Los kurdos piden m¨¢s autonom¨ªa y se habla de una intervenci¨®n turca.
R. Las minor¨ªas, tanto los kurdos como los turcomanos, sufrieron persecuciones y horrores bajo el r¨¦gimen de Sadam. Es natural que ahora exijan derechos, autonom¨ªas y, sobre todo, garant¨ªas. El ¨²nico camino posible es el de una constituci¨®n que d¨¦ a todos la misma dignidad y la misma responsabilidad. Pero hay una cosa que nunca se ha puesto en duda: la integridad del pa¨ªs.
P. El objetivo principal de este viaje, como preparaci¨®n para el de Bush a fin de mes, era recuperar la sinton¨ªa con Europa, que se hab¨ªa perdido en los ¨²ltimos tiempos. ?Qu¨¦ tal han ido las cosas?
R. Creo que bien. He visto un gran esp¨ªritu de colaboraci¨®n y, sobre todo, he comprobado personalmente que los europeos comprenden la necesidad de tener una agenda com¨²n. Todos sabemos que Europa, como tal, es todav¨ªa una estructura abierta, una obra en construcci¨®n. Pero he visitado Gran Breta?a, Alemania, Polonia, Italia y Francia antes de ir a la Comisi¨®n Europea y el Parlamento Europeo, y he descubierto que, incluso en los llamados encuentros bilaterales, las posturas de los diversos pa¨ªses son muy similares. La agenda com¨²n es un proyecto que est¨¢ ya muy cerca de hacerse realidad.
P. ?Quiere decir que se puede considerar acabada la pol¨¦mica abierta antes de la guerra, sobre la la vieja y la nueva Europa?
R. Nosotros cooperamos con energ¨ªa para que haya una Europa unida. Creemos en una especie de uni¨®n transatl¨¢ntica. Lo que pedimos, por ejemplo, es m¨¢s participaci¨®n de la UE en los procesos de democratizaci¨®n de los pa¨ªses menos libres. Y, en mi opini¨®n, la misma ampliaci¨®n hacia el este est¨¢ ayudando a dar m¨¢s importancia a este aspecto. En cualquier caso, el di¨¢logo es muy intenso. Me parece que vamos por el buen camino.
P. En su viaje ha empleado tonos conciliadores, salvo para el ministro de Exteriores ruso. Bush va a ver a Putin en Eslovaquia, junto a otros l¨ªderes, mientras que, por el contrario, ha vuelto a aplazarse una cumbre prevista en Mosc¨². ?Se puede hablar de tensi¨®n?
R. La cumbre se ha anulado debido a compromisos de los dos presidentes. Sin embargo, Bush y Putin tendr¨¢n ocasi¨®n de verse y hablar en Bratislava. Estamos colaborando con Rusia en muchos ¨¢mbitos. Por ejemplo, hay un intercambio entre los servicios de inteligencia para la lucha contra el terrorismo. Los rusos colaboran con nosotros en los Balcanes y Afganist¨¢n. Ahora bien, no puedo negar que existen muchas preocupaciones. Por ejemplo, sobre el proceso de democratizaci¨®n, que nos parece muy lento, o sobre la libertad de prensa, no siempre garantizada. Y una preocupaci¨®n muy concreta por el desmantelamiento de los arsenales nucleares en desuso, el almacenamiento de los desechos. En otras palabras, hay muchas cosas de las que hablar.
P. ?Pero no teme tambi¨¦n el intento constante de Mosc¨² de controlar los territorios de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica?
R. Conocemos esa costumbre de Mosc¨². Por eso debemos intensificar nuestras relaciones y el di¨¢logo entre los dos.
P. Utiliza mucho la palabra di¨¢logo. ?Hasta qu¨¦ punto ha cambiado Bush en este mandato?
R. Es el mundo el que ha cambiado. No olvide que nosotros tuvimos que afrontar el 11-S. Tuvimos que aprender muchas cosas a toda prisa. Comprendimos que era urgente intervenir en Oriente Pr¨®ximo, eliminar las amenazas concretas contra nosotros y contra todo el mundo. Intervinimos contra Al Qaeda, que dominaba Afganist¨¢n, recuperamos enseguida las relaciones con Pakist¨¢n, que es una llave estrat¨¦gica fundamental. Y despu¨¦s intervinimos contra Sadam.
P. ?Y ahora?
R. Ahora que hemos librado dos guerras y hemos creado condiciones nuevas en aquella zona, podemos usar la diplomacia de manera m¨¢s eficaz. El objetivo es lograr la paz entre Israel y los palestinos.
P.?Opina sinceramente que estamos ante un cambio hist¨®rico?
R. He asistido a cosas que parec¨ªan imposibles, el desmoronamiento del imperio sovi¨¦tico sin violencia, la unificaci¨®n de las dos Alemanias. S¨¦ que ciertas decisiones dif¨ªciles, con el tiempo, pueden desencadenar procesos positivos.
? La Repubblica / EL PA?S
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.