Bandas y banderas
Estuve el domingo pasado en Torre del Mar, al este de M¨¢laga, en la carretera hacia Motril y Almer¨ªa. Faltaban exactamente 24 horas para que se cumplieran 68 a?os de la conquista de M¨¢laga por tropas italianas, el 7 de febrero de 1937. Se inauguraba un monumento sin aires de monumento, en memoria de los que huyeron hacia Almer¨ªa cuando M¨¢laga iba a caer en manos de Franco. El artista Rogelio L¨®pez Cuenca y el arquitecto Santiago Cirugeda no quieren hacer un monumento grandilocuente, y proponen un lugar de cita y descanso, un jard¨ªn, pero un jard¨ªn disperso por los distintos pueblos que los fugitivos hallaron en su huida.
El suceso que record¨¢bamos fue una fuga y matanza en masa. La noche del primer domingo de febrero de 1937, abandonada M¨¢laga por sus defensores en cuanto aparecieron en las cercan¨ªas tanques italianos, la mitad de la poblaci¨®n huy¨® de la ciudad. Mientras avanzaba por la carretera de la costa, hacia el Este, gente de todas las edades fue ca?oneada desde el mar y ametrallada desde el aire. Y, seg¨²n cuenta el amigo franc¨¦s de los nazifascistas Robert Brasillach, "la ma?ana del d¨ªa 8 de febrero la flota nacionalista ancl¨® frente a Torre del Mar para cerrarles el paso".
Rogelio L¨®pez Cuenca quiere ir creando, en la vieja carretera entre M¨¢laga y Almer¨ªa, sitios para la memoria y la conversaci¨®n, altos en el camino para paseantes y viajeros. El primero de esos lugares est¨¢ en Torre del Mar, cerca de una estaci¨®n de ferrocarril de v¨ªa estrecha, de 1908, ahora parada de autobuses. En la explanada de la estaci¨®n han plantado un almendro y han puesto una placa: "M¨¢laga 1937 / Nunca m¨¢s". All¨ª se reunieron el domingo pasado autoridades de la Diputaci¨®n y del Ayuntamiento de V¨¦lez-M¨¢laga, del que depende Torre del Mar, m¨¢s unas 150 personas, y la banda de m¨²sica del municipio, que interpret¨® el Himno de Andaluc¨ªa. Entre los asistentes hab¨ªa banderolas del partido IU, una bandera del sindicato CNT y cuatro banderas de la Rep¨²blica Espa?ola. Hablaron muy bien los representantes pol¨ªticos, se ley¨® el poema de un superviviente de la fuga, y Rogelio L¨®pez Cuenca explic¨® sucintamente su proyecto.
Al final son¨® el himno de la Rep¨²blica, el Himno de Riego. La banda municipal se hab¨ªa disgregado ya, las autoridades se esfumaban, cuando misteriosamente son¨® el Himno republicano interpretado por una banda invisible, casi fundida con la gente, entre la tribuna de oradores y el p¨²blico, cuatro o cinco m¨²sicos sin uniforme, como si estuvieran paseando y se hubieran puesto a tocar el saxof¨®n en la plaza, clandestinos. ?No es esto una inconsistencia? Se honra a los que sufrieron por su conexi¨®n con la Rep¨²blica, pero se rechazan los s¨ªmbolos que los representaron hist¨®ricamente. La banda del Ayuntamiento que los honra no se siente con fuerzas para tocar el que fue himno de los homenajeados y hoy s¨®lo es una antig¨¹edad, un documento hist¨®rico. No entiendo por qu¨¦ no aparec¨ªa en la tribuna la bandera de la Rep¨²blica. Ni entiendo por qu¨¦ la bandera constitucional no acompa?aba y amparaba a la bandera que fue de los ciudadanos a quienes las instituciones rend¨ªan homenaje.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.