Harald Szeemann, cr¨ªtico renovador del arte
Conoc¨ª a Harald Szeemann poco despu¨¦s de asumir el cargo del director general de Relaciones Culturales y Cient¨ªficas del Ministerio de Asuntos Exteriores, en el a?o 2001. Fue en Venecia, con motivo de la Bienal Internacional de Arte en la que el pabell¨®n espa?ol, comisariado por Estrella de Diego, presentaba a Javier P¨¦rez y a Ana Laura Al¨¢ez, una de las que despu¨¦s llamaron "las chicas de Szeemann". Su prestigio y su aura de enfant terrible del arte internacional hac¨ªan que todos los artistas y comisarios espa?oles presentes en la bella ciudad italiana le tuvieran un respeto y una admiraci¨®n que te generaba la sensaci¨®n de estar conociendo y hablando con un mito viviente.
Meses despu¨¦s formamos en el Ministerio de Asuntos Exteriores un entusiasta y joven equipo de profesionales del arte que puso en marcha el programa Arte Espa?ol para el Exterior. Este proyecto surg¨ªa de la constataci¨®n de que nuestro arte necesitaba un impulso decidido para darse a conocer fuera de Espa?a. Necesitaba mostrarse en el exterior como una potencia contempor¨¢nea, moderna y creativa, no s¨®lo basada en grandes valores hist¨®ricos. Surgi¨® entonces la idea de mostrar una exposici¨®n colectiva de lo m¨¢s contempor¨¢neo de nuestra creaci¨®n en una gran capital del mundo, en particular en Nueva York. Pensamos que s¨®lo de la mano de una gran figura internacional podr¨ªa suscitar inter¨¦s en alguno de los principales centros de arte internacional, en particular, del m¨ªtico PS1 de Nueva York.
Se nos ocurri¨® hablar con Harald Szeemann, no sin mucho escepticismo sobre las posibilidades de que una figura como ¨¦l pudiera siquiera interesarse por el proyecto, y menos a¨²n de que pudiera encontrar tiempo en su agenda infernal y aceptar nuestras magras retribuciones de la Administraci¨®n P¨²blica. Cu¨¢l fue nuestra sorpresa cuando su respuesta fue entusiasta e inmediata. Szeemann puso en marcha un fascinante proyecto que ¨¦l mismo titul¨® The Real Royal Trip (el aut¨¦ntico viaje real). Alud¨ªa al cuarto viaje de Col¨®n, el Viaje Real, que ¨¦l afirmaba fue la v¨ªa para introducir enfermedades como la s¨ªfilis en Am¨¦rica que afirmaba hab¨ªan contribuido a diezmar la poblaci¨®n ind¨ªgena de las nuevas tierras. Con este nuevo viaje a la nueva Am¨¦rica, quer¨ªa traer la nueva Espa?a del siglo XXI, la de los j¨®venes y creativos artistas que aportaban su particular discurso al arte internacional, acompa?ados de tres artistas iberoamericanos. Simbolizaba para ¨¦l la plena incorporaci¨®n de nuestro arte al debate contempor¨¢neo, en pie de igualdad con los mejores, haciendo del mestizaje con creadores latinoamericanos e internacionales nuestra singularidad y nuestra fuerza innovadora.
Harald Szeemann hab¨ªa tenido una larga y brillante biograf¨ªa en el mundo del arte internacional: nacido en Suiza en 1933, historiador del arte, pintor, actor, empez¨® a organizar exposiciones en 1957. Dirigi¨® s¨®lo un museo, la Kunsthalle de Berna, entre 1961 y 1969. Su esp¨ªritu rebelde le condujo a ser comisario independiente desde entonces, dirigiendo las principales citas internacionales del arte: la Documenta de Kassel, la Bienal de Venecia. En todos sus trabajos supo imprimir su esp¨ªritu visionario en la creaci¨®n art¨ªstica. Descubridor incansable de nuevos talentos, trabaj¨® con todos los principales artistas de la segunda mitad del siglo XX. Fue sin duda el primer gran curator, el pionero de los nuevos protagonistas del arte actual, los comisarios, una nueva figura que rivaliza con los propios artistas y les hace protagonistas del discurso conceptual en el que el arte de nuestros d¨ªas se debate. Y Szeemann fue sin duda el gran pionero en este campo. Pero Harald fue adem¨¢s una gran persona, una persona de extrema inteligencia y sensibilidad para comprender la psicolog¨ªa individual de los artistas, para aunar en una fuerza colectiva las vanidades individuales y los intereses a veces contrapuestos. Y los espa?oles, sin ser conscientes hasta ahora de ello, tenemos una gran deuda de gratitud con este personaje irrepetible. Al margen de mezquinas pol¨¦micas, ¨¦l hizo mucho por la proyecci¨®n de nuestro arte en el exterior y nosotros, en la hora de su muerte, de lo que algunos ya denominan como el fin de una ¨¦poca, tenemos que expresar nuestro agradecimiento a este gran visionario, amante de nuestro pa¨ªs, de sus artistas, de sus mujeres, de su vino y de su jam¨®n. Gracias, Harald; gracias, maestro visionario.
[Harald Szeeman falleci¨® en la madrugada del viernes a los 71 a?os en el cant¨®n suizo de Ticino, donde se encontraba hospitalizado a causa de una dolencia pulmonar]
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.