Historia urbana de Valencia
Un CD patrocinado por dos universidades recoge mapas y textos de la ciudad desde 1608
La Cartograf¨ªa hist¨®rica de la ciudad de Valencia (1608-1929), editada en CD, es, entre otras cosas, una compilaci¨®n de mapas. 24 planos que funcionan como fotos fijas de la evoluci¨®n de la ciudad, y que incluyen proyectos que no se materializaron. Y tiene de este lado un valor notable para especialistas.
Pero la obra -elaborada por tres arquitectos y publicada por Faximil ediciones digitales- es a la vez una historia de la ciudad de Valencia. Una historia contada desde el urbanismo, con mapas y textos, que abarca desde la fundaci¨®n de Valencia, en el a?o 138 A.C., por 2.000 colonos romanos, hasta el primer tercio del siglo XX. Lo que la hace atractiva para cualquiera.
El CD, subtitulado volumen I, viene a sustituir a un libro, publicado en 1985 por los mismos autores: Amando Llopis, vinculado a la Polit¨¦cnica de Catalunya; Luis Perdig¨®n y Francisco Taberner, profesores de la Polit¨¦cnica de Valencia. Esta ¨²ltima, junto a la Universitat de Valencia y al Ayuntamiento, son patrocinadores de la obra.
"La ciudad debi¨® crecer hacia el oeste, hacia el secano, en lugar de hacia la huerta"
El soporte digital permite una ampliaci¨®n de los planos a escala de un solo edificio, sin perder calidad, lo que en cierta forma es una revoluci¨®n. En papel, se?alan los tres arquitectos, resulta imposible; A partir de un punto, las lupas mezclan la imagen con la trama de impresi¨®n.
Los textos del CD comienzan por el principio de la ciudad. Y en algunos mapas se recogen los contornos que debi¨® tener la poblaci¨®n romana seg¨²n el estudio de su muralla.
La poblaci¨®n, fundada sobre una peque?a isla del r¨ªo Turia, no empez¨® a crecer hasta el siglo III, despu¨¦s de la destrucci¨®n de Sagunto, que ostentaba la capitalidad del ¨¢rea.
Se desarroll¨® con los ¨¢rabes, llegados en torno al 718, que imprimieron unas caracter¨ªsticas perfectamente reconocibles a principios del siglo XVIII (y en menor medida hoy, explica Taberner), cuando el padre Vicente Tosca grab¨® su famoso mapa. As¨ª, el centro de la ciudad estaba formado por calles estrechas y sinuosas y segu¨ªa un "esquema de anillos superpuesto" y "un cierto trazado radial" que un¨ªa el centro c¨ªvico con las puertas" de acceso.
M¨¢s tarde, los textos repasan la ¨¦poca medieval; el Renacimiento, y el Barroco, momento en el que alcanza su esplendor la llamada ciudad conventual: A finales del XVII exist¨ªan en Valencia 42 conventos, que ocupaban una sexta parte del recinto intramuros.
El primer mapa es de 1608 y corresponde a Antonio Mancelli. Es m¨¢s art¨ªstico y algo menos fiable que el del padre Tosca, acabado en 1704. Tosca emple¨® cuatro a?os en documentarse y en terminar su grabado, seg¨²n la documentaci¨®n de la ¨¦poca. Y su exactitud ha sido contrastada por estudios topogr¨¢ficos.
La mayor parte de los planos son del siglo XVIII. Momento hist¨®rico en el que la nueva clase dominante, la burgues¨ªa, intentar¨¢ imponer su modelo de ciudad: Un espacio "nuevo, sano y decoroso".
Casi lo contrario de lo que ven¨ªa a ser por entonces el n¨²cleo de Valencia. Una ciudad ahogada por las murallas que arrastrar¨ªa durante d¨¦cadas cuatro grandes problemas: "Escasez y encarecimiento progresivo de los solares urbanos"; "insana agrupaci¨®n de viviendas e industrias"; hacinamiento e insalubridad de las casas, y la falta de un sistema viario eficaz y sencillo.
La desamortizaci¨®n de los bienes eclesi¨¢sticos y el derribo de la muralla (iniciado en 1865), fueron una oportunidad, se?alan los autores, para haber planteado un gran proyecto de ciudad.
Y en cierto modo fue una oportunidad perdida. Pudo haberse convertido lo que hoy son las calles de Col¨®n y de Guillem de Castro en un gran cintur¨®n verde. "Si hubieran visto un mapa de Viena quiz¨¢ hubieran hecho las cosas de otra manera", se?ala Taberner. La capital de Austria procedi¨® al derribo de la muralla en la misma ¨¦poca, dando lugar a una c¨¦lebre reforma urbana.
Los planes del Ensanche fueron posponi¨¦ndose, o se acometieron s¨®lo parcialmente. El ¨¦xito m¨¢s importante correspondi¨® a la parte comprendida hoy entre la calle de Russafa y la de Navarro Reverter; y desde la calle Col¨®n a la avenida del Marqu¨¦s del Turia. Junto a las dificultades pol¨ªticas y administrativas, indican los arquitectos, hay que contar con las relativos a la propiedad de la tierra y las parcelas. Cada acci¨®n urban¨ªstica chocaba con los intereses de multitud de peque?os propietarios. Y s¨®lo una manzana, en la Valencia intramuros, fue erigida de una vez: La del teatro Olympia, en la calle de San Vicente.
La otra gran laguna consisti¨® en un plan "bien pensado", que englobara la gran Valencia. Sin ¨¦l, la periferia fue creciendo de forma desordenada. Y "debi¨® hacerlo hacia el oeste, hacia el secano", en lugar de eliminar "el valor paisaj¨ªstico de la huerta". Para analizarlo en profundidad habr¨¢ que esperar al Volumen II.
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