Simone simon, la mujer pantera
"Veinte a?os, sin nariz o muy peque?a, un br¨ªo extraordinario en el movimiento, un vocecita exacta, los ojos muy separados, como un pequin¨¦s de pura raza...". As¨ª describ¨ªa la escritora Colette a la casi debutante Simone Simon cuando la descubri¨® en el teatro, en un espect¨¢culo de opereta. El pasado martes 22 de febrero falleci¨® la actriz en Par¨ªs, a los 93 a?os de edad. Llevaba m¨¢s de treinta retirada.
Era una marsellesa nacida en 1911 y que ten¨ªa ganas de comerse el mundo. En 1931 rod¨® dos pel¨ªculas para Marc All¨¦gret, y en 1934, sin ser a¨²n la protagonista, atrajo la mirada de todos los espectadores en Lac aux dames.
Su magnetismo era tan evidente que Hollywood la reclam¨® y all¨ª trabaj¨® a las ¨®rdenes de Irving Cummings, Henry King, Allan Dwan o William Dieterle, con figuras como James Stewart como compa?eros de reparto.
Algunas de las pel¨ªculas rodadas durante este breve periodo merecer¨ªan una revisi¨®n, pues Seventh heaven (Henry King, 1937) carga con la r¨¦mora de ser un remake de una cinta muda de Borzage y un melodrama desaforado.
Si los de los a?os cincuenta, es decir, los de Douglas Sirk, ya han sido salvados del olvido, los de Stahl y otros cineastas est¨¢n pendientes de un nuevo an¨¢lisis. El musical Josette (Allan Dwan, 1938) explotaba la figura de Simone Simon como la de una seductora a pesar suyo, es decir, jugaba la carta de la ingenuidad. Veinte a?os m¨¢s tarde el mito de Brigitte Bardot se construir¨¢ sobre las mismas bases.
En 1938, Jean Renoir la hizo regresar a Francia para ser la perversa S¨¦verine Roubaud en La b¨ºte humaine y decirle a Jean Gabin: "?No me mire as¨ª, que se le gastar¨¢n los ojos!". Raymond Bernard tambi¨¦n la reclam¨® para una cinta de episodios.
Pero estalla la guerra, apellidarse Simon en la Francia ocupada por los nazis no era aconsejable y la actriz se march¨® de nuevo hacia Hollywood. All¨ª rod¨® la que fue la ¨²nica obra maestra en la que intervino, Cat People (La mujer pantera, de Jacques Tourneur, 1942). Ella nunca admiti¨® que ¨¦sa fuese su mejor pel¨ªcula porque es una cinta de director y de productor, en la que todo se sugiere a base de sombras, de una fotograf¨ªa arriesgad¨ªsima y de dar a la c¨¢mara un protagonismo que no tienen los int¨¦rpretes.
Robert Wise la eligi¨® tambi¨¦n para adaptar a Maupassant -Mademoiselle Fif¨ª (1944)- y el final de la guerra le permiti¨® reincorporarse a la producci¨®n europea, colaborando de nuevo con Marc All¨¨gret -Petrus (1946)- e interviniendo en cintas italianas, alemanas, francesas y brit¨¢nicas.
De entre todas ellas hay que salvar sus dos breves pero muy buenas intervenciones en La ronde (1950), donde era la actriz de tercera fila que va de Serge Regianni a Daniel Gelin, y Le Plaisir (1952), segundo gran t¨ªtulo de Max Ophuls, que la presentaba bajo la luz dram¨¢tica del amor traicionado.
Su ¨²ltima intervenci¨®n importante como int¨¦rprete la tuvo en La femme en bleu (1972), una estupenda cinta de Michel Deville sobre el amor y la eterna insatisfacci¨®n.-
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