Un pasito

El borrador de la nueva forma del Estado que se filtra ya antes de tener una forma clara es poco alucinante. Se trata de la clasificaci¨®n de las comunidades en tres clases; de que las hembras puedan suceder en la Corona; que el Senado sea una c¨¢mara de esas autonom¨ªas y la aceptaci¨®n de la Constituci¨®n europea. Zapatero, con su vieja costumbre, se lo consultar¨¢ al PP con vistas a un pacto, y al Consejo de Estado, aunque no tiene por qu¨¦ aceptar lo que le digan uno ni otros. No parece gran cosa si luego no va m¨¢s all¨¢. Y ya se sabe, claro, que mucho m¨¢s all¨¢ no puede ir: la supresi¨®n del Senado, c¨¢mara in¨²til, siempre m¨¢s conservadora, costosa, no llegar¨¢ probablemente nunca; y la sustituci¨®n de la monarqu¨ªa por una rep¨²blica que pueda presidir una mujer sin cambiar tradiciones tardar¨¢ todav¨ªa. Hoy seguimos en el "arte de lo posible".

Tampoco este Gobierno ha tenido una adhesi¨®n popular tan fuerte como para que se permita volcar el pa¨ªs hacia horizontes m¨¢s despejados, o m¨¢s capaces de responder a la realidad y desprenderse de las cargas que el franquismo sostuvo. Ni creo que est¨¦ en su voluntad: lo hubiera planteado as¨ª en su programa, y tengo la sensaci¨®n de que Zapatero no abandonar¨¢ el camino de lo posible. La sensaci¨®n que me da es la de que va permitiendo que se infiltren temas reales en la vida cotidiana, temas sociales que estaban en el ambiente pero que todav¨ªa tienen mucho tab¨² encima. Lo m¨¢s visible y lo que parece que tiene m¨¢s adhesi¨®n popular consiste en deso¨ªr ¨®rdenes arcaicas de la Iglesia, aquellas en que ten¨ªa colusi¨®n con el r¨¦gimen anterior -el de Aznar- y el del anterior al anterior, el de Franco, aunque no tanto: Franco tuvo enfrente a Taranc¨®n, y los que luego ser¨ªan aznaristas pintaban entonces "Taranc¨®n, al pared¨®n". Rouco sostiene a¨²n el nacionalcatolicismo frente a ideas y realidades que lo superan. Ah, hay quien dice que muy bien podr¨ªa ser el pr¨®ximo Papa, si consiguen los suyos que el continuismo permanezca. No lo creo. Pienso, por mi vejez consuntiva que me mantiene en ciertos temas, que el Papa nuevo ser¨¢ el que desee Estados Unidos, como pas¨® con el que todav¨ªa respira. Suele haber coincidencias en el tono de una ¨¦poca: la anterior fue la de Juan XXIII, Kennedy y Jruschov. Estamos todav¨ªa en la de Juan Pablo II, Bush y Putin; s¨®lo se descolg¨®, o le descolgaron, a Aznar, como pececillo de escolta.