El Nacional de Arquitectura reconoce la rigurosa trayectoria de Fern¨¢ndez Alba
El jurado destaca la labor de "creaci¨®n de las ciudades" desarrollada por el artista salmantino
Antonio Fern¨¢ndez Alba (Salamanca, 1927) consigui¨® ayer el Premio Nacional de Arquitectura al conjunto de su obra, dotado con 30.000 euros, en reconocimiento, seg¨²n el jurado, "a una vida profesional dedicada a la arquitectura; por una labor que ha venido creando ciudad para que los ciudadanos dispongan de calidad en las edificaciones". El arquitecto, vinculado siempre a las vanguardias, es acad¨¦mico de Bellas Artes y miembro electo de la Real Academia Espa?ola, y ha desarrollado una intensa actividad docente, cr¨ªtica y te¨®rica paralela a la creaci¨®n de espacios.
Huye permanentemente de los estrellatos, de los focos que, seg¨²n ¨¦l, "nublan la visi¨®n y la necesaria tranquilidad para la reflexi¨®n que necesitan las ciudades", dec¨ªa ayer, antes de entrar a su sesi¨®n de todos los lunes en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Ya consigui¨® otros premios nacionales, como el de Arquitectura en 1963, por el proyecto y la construcci¨®n del Convento del Rollo de Salamanca, aparte del de Restauraci¨®n en 1981 por su labor en el Observatorio de Madrid. Son frutos de una labor constantemente comprometida con los entornos, con la ciudad, preocupada por la innovaci¨®n permanente y concienciada por el respeto leal a una tradici¨®n, a un legado hist¨®rico.
"Estoy muy contento, qu¨¦ voy a decir, sobre todo porque es un reconocimiento a quienes estamos alejados del star-system", asegura. Y tambi¨¦n a quienes van por ah¨ª comprometi¨¦ndose con visiones cr¨ªticas y poco complacientes. "Estoy por la vida tranquila precisamente para ejercer un pensamiento razonable que se anteponga a las im¨¢genes del artificio", asegura.
Fern¨¢ndez Alba ha desarrollado una labor intensa de creaci¨®n, con obras destacad¨ªsimas y ejemplares que van desde las restauraciones del pabell¨®n Villanueva del Jard¨ªn Bot¨¢nico de Madrid, la plaza Mayor de Salamanca o la remodelaci¨®n de la sede del Museo Reina Sof¨ªa y la plaza de Atocha a los tanatorios de la M-30 y Granada.
No entiende la arquitectura como actividad desvinculada, ciega y adversa a los entornos. Desde finales de los a?os cincuenta -se licenci¨® en 1957- ha dedicado tambi¨¦n parte de su carrera a la actividad docente como catedr¨¢tico de Elementos de Composici¨®n, una disciplina que ense?a desde 1970. Si se alegra de que le lluevan premios y le den algunas alegr¨ªas m¨¢s, como la de su reciente admisi¨®n en el sill¨®n o de la Real Academia Espa?ola, hace tres meses, es porque se reconozca esa discreci¨®n de la que est¨¢n tan necesitados los espacios del futuro. "Me gusta por lanzar ese mensaje y convencer a los j¨®venes de que debe ser un camino, lo malo es que los estudiantes de arquitectura conf¨ªan cada vez m¨¢s en el estrellato y los que se comprometen con una mayor sencillez est¨¢n en paro", se lamenta.
Se lo comunic¨® ayer la ministra de Vivienda, Mar¨ªa Antonia Trujillo, que presidi¨® el jurado. Le cogi¨® por sorpresa, "porque a estas cosas yo no s¨¦ qui¨¦n te presenta", dice, y a final de la tarde todav¨ªa no se lo hab¨ªa contado a nadie: "Por pudor", confesaba.
Pero el de ayer fue un reconocimiento importante a este artista, vinculado en sus or¨ªgenes al grupo El Paso, muy cr¨ªtico con sus colegas de finales del XX, autor de obras como Dise?o, entre la teor¨ªa y la praxis, La crisis de la arquitectura contempor¨¢nea en Espa?a, La ciudad herida, Domus aurea. Di¨¢logos en casa de Virgilio o Cr¨®nicas del espacio perdido, y que ha sido reconocido tambi¨¦n con las medallas de oro del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de Espa?a, la de la Ciudad de Salamanca o la de la Universidad Internacional Men¨¦ndez y Pelayo.
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