Mar afuera

No hubo heridos. El patr¨®n de la embarcaci¨®n s¨ª hubo de ser atendido por facultativos sanitarios pero, principalmente, por el shock nervioso que le produjo el ver c¨®mo el barco que dirig¨ªa hab¨ªa quedado encallado frente a la costa de Pe?¨ªscola, a apenas un kil¨®metro de su punto de destino, el puerto pesquero de esta localidad del Baix Maestrat. Sus dos compa?eros, que completaban la tripulaci¨®n, tambi¨¦n pudieron abandonar el barco sin sufrir lesi¨®n alguna.

La jornada hab¨ªa acabado y el pesquero se dirig¨ªa de vuelta al puerto. Dedicado a la pesca de arrastre, el Blai es un barco de fibra de vidrio, de dieciocho metros de eslora y 37 toneladas, que apenas llevaba seis meses en el agua. Pero algo fall¨®. Algo que todav¨ªa no se hab¨ªa aclarado a la hora del cierre de esta edici¨®n y, probablemente, seguir¨¢ sin aclararse durante los pr¨®ximos d¨ªas.

Se hizo de noche y el Blai segu¨ªa encallado. Junto a la costa. A escasos metros de tierra firme. Junto al paraje natural de la Serra d'Irta. Mientras, una docena de personas trataban de ganarle al mar. El plan consist¨ªa en intentar rellenar los huecos existentes entre las rocas con arena y tierra con el fin de "crear" un camino que permitiera el acceso hasta la embarcaci¨®n. Una vez junto a ella, los responsables de la misma pretend¨ªan empujarla hasta conseguir que otro barco, desde el mar, la alcanzara con un cable y as¨ª poder remolcarla hacia dentro del agua. En cualquier caso, a esa hora, frente al pesquero accidentado ya se encontraba una embarcaci¨®n de Salvamento Mar¨ªtimo, procedente de la localidad tarraconense de Sant Carles de la R¨¤pita. Junto a ella, durante varias horas, fondearon tambi¨¦n hasta m¨¢s de una docena de pesqueros, con base en Pe?¨ªscola, a la espera de poder contribuir, de alguna manera, al salvamento.

Ante la delicada situaci¨®n se pens¨® en una segunda opci¨®n, en el caso de un fallo en la primera o la imposibilidad de llevarla a cabo. As¨ª, el salvamento desde tierra previsto plante¨® el traslado de una gr¨²a de grandes dimensiones que enganchara el Blai y lo levantara hasta tierra firme para, desde all¨ª, cargarlo en un veh¨ªculo especial y transportarlo a los astilleros. Las hip¨®tesis sobre la causa de lo ocurrido fueron diversas. Por una parte, se baraj¨® la posibilidad de una rotura de alg¨²n mecanismo de control de direcci¨®n del tim¨®n. Tambi¨¦n se plante¨® la posibilidad de que el motor se enganchara con alg¨²n elemento que le hizo perder rumbo y navegar a la deriva hasta quedar encallado. La tercera opci¨®n apuntaba a la posibilidad de que los tripulantes, en el momento del suceso, estuvieran clasificando el pescado y un golpe de mar arrastrara hasta cerca de la costa la nave sin poder evitar el accidente. Quiz¨¢ un despiste...

A la hora del cierre de esta edici¨®n, el barco segu¨ªa encallado, mientras m¨¢s de un centenar de curiosos, con muchas ganas de proponer alternativas, se acercaban hasta el lugar. Unos focos de gran potencia hicieron del Blai protagonista principal de la escena. Un protagonista que, seg¨²n las previsiones, pasar¨ªa la noche encallado para que hoy, con luz natural, se determine la soluci¨®n m¨¢s adecuada. Protegido y amarrado, qued¨® mar afuera.