Por el miedo a la docilidad
Conviene observar c¨®mo en poco tiempo los Gobiernos democr¨¢ticos han invertido su papel. Antes eran proveedores de seguridad, ahora prefieren ser instigadores del miedo. Pero el cambio obedece a una l¨®gica estricta porque inocular el miedo facilita la manipulaci¨®n de la ciudadan¨ªa a favor de los propios objetivos. "Nos prefieren asustados", como ha declarado a La Vanguardia Craigh Calhoun, profesor de la Universidad de Nueva York y presidente del SCRC, la mayor instituci¨®n de investigaci¨®n social americana, financiada por las fundaciones Rockefeller y Ford. Conviene, pues, estar alerta porque cunden en muchos pa¨ªses las leyes derogatorias de los derechos c¨ªvicos y parecen extinguidos los ecos de aquel lema aznarista de que "contra el terrorismo no hay atajos". Quien piense que buscar las causas subyacentes del terrorismo es justificarlo debe hacerse mirar el IQ.
Estamos en la cuenta atr¨¢s de las conmemoraciones programadas con ocasi¨®n del primer aniversario de la matanza terrorista del 11-M. Desde la comparecencia en la Comisi¨®n Parlamentaria de Pilar Manj¨®n se expandi¨® una atm¨®sfera de respeto a las v¨ªctimas a partir del cual parec¨ªa presagiarse un gran acuerdo en la forma m¨¢s cuidada para rendir tributo a quienes perdieron su vida en trenes y estaciones o siguen bajo las secuelas de diversas heridas y mutilaciones.
Pero avanzan los d¨ªas y ni siquiera bajo esa presi¨®n ambiental va a ser posible el consenso. Ha prevalecido el enfrentamiento al que anduvimos abonados, antes, durante y despu¨¦s de las elecciones del 14-M. Algunas manifestaciones convocadas por asociaciones de damnificados derivaron hacia inmediatos objetivos partidistas. Responsables pol¨ªticos de primer rango se dejaban vitorear durante una marcha en la que sus rivales eran agredidos y la pronta identificaci¨®n de los agresores s¨®lo sirvi¨® para que la organizaci¨®n partidaria de la que proced¨ªan ardiera en indignaci¨®n.
Enseguida los irreductibles la emprendieron contra el rector Gregorio Peces-Barba, a quien el Gobierno hab¨ªa nombrado como defensor de las v¨ªctimas y reclamaban en p¨²blico su dimisi¨®n que como queda bien averiguado es una forma muy acreditada de hacerla imposible. En la Comisi¨®n Parlamentaria se trataba de consensuar unas recomendaciones que pudieran aparecer en la fecha del aniversario, sin prejuzgar las conclusiones finales a las que m¨¢s adelante habr¨¢ de llegarse. Todos los grupos, salvo el del PP, acordaron un texto y se manifestaron dispuestos a estudiar las enmiendas o alternativas que los populares quisieran presentar.
Han concluido los plazos de la Comisi¨®n y ahora sabemos que el PP renuncia a intentar cualquier texto transaccional. El portavoz del grupo parlamentario, Eduardo Zaplana, ya hab¨ªa adelantado con toda probabilidad esa actitud de rechazo, que fue confirmada ayer por ?ngel Acebes, secretario general del aznarismo, quien amanec¨ªa diciendo que "no se puede pedir al PP que aporte sus propias conclusiones cuando no se le ha permitido ni una sola de las comparecencias que ha pedido en solitario". O sea que ya vuelve la burra al trigo. De nuevo estamos en aquel nacimiento con sus figuritas de pastores, de soldados, de adoradores y de confidentes, que Jota Pedro colocaba cada d¨ªa en diferentes posiciones en las p¨¢ginas de su peri¨®dico. Al mismo tiempo, ese Acebes que era quien estaba al cargo cuando se fraguaban y ocurr¨ªan los atentados de la matanza ha descalificado las recomendaciones suscritas por todos los dem¨¢s grupos parlamentarios alegando que a su entender "son muy precipitadas y tienen enormes lagunas". Lagunas que por supuesto el PP se abstiene de colmar como se le hab¨ªa solicitado si ese era el caso. Otros desacuerdos se han sumado, por ejemplo, sobre el ta?ido de las campanas, que ese d¨ªa 11-M deb¨ªan tocar a muerto, sobre el Bosque de los Ausentes que se quer¨ªa inaugurar con toda solemnidad en el madrile?o parque de El Retiro y sobre el tratamiento en im¨¢genes que se esperaba por parte de los medios de comunicaci¨®n. Veremos tambi¨¦n si la presencia en esa fecha en Madrid del rey Mohamed VI de Marruecos, con el que los populares tienen querellas pendientes por una entrevista aparecida en EL PA?S donde se manifestaba en t¨¦rminos cr¨ªticos con algunas decisiones del presidente Aznar, sirve de pretexto para ir a la bronca.
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