Molotov presenta sus irreverentes versiones del rock

Tras dos a?os de ausencia, Molotov regresa a Espa?a para presentar su ¨²ltimo trabajo, Con todo respeto (Surco / Universal). En este disco, el m¨¢s alborotador de los grupos mexicanos hace lecturas irreverentes de temas lanzados originalmente por Falco, Trio o Gil Scott-Heron. La gira les lleva por locales de Madrid (hoy, sala Arena), Barcelona (ma?ana, Razzmatazz), M¨¢laga (viernes 11), Huetor Tajar (s¨¢bado 12) y Santa Pola (domingo 13).

Para Molotov, venir a Europa supone alejarse del estigma que les condena entre ciertos c¨ªrculos musicales de M¨¦xico: que son una banda fresa (pija) que busca el esc¨¢ndalo barato. Seg¨²n el bajista del cuarteto, Paco Ayala, ¨¦sa es una visi¨®n miope: "No pensamos que se deba exigir un certificado de pobreza para hacer letras cr¨ªticas". Cierto que tambi¨¦n a ellos les gusta meter el dedo en el ojo, como cuando proclamaban "si el rock es cultura / el ska es agricultura". Es un sarcasmo justificado, explica Ayala: "Hay mil bandas de ska que tocan una m¨²sica simplona, con unos mensajes chatos. Si conoces la carrera de Madness, lo que hacen sus imitadores es descorazonador".

Con todo respeto se entendi¨® como un proyecto l¨²dico cargado de intenci¨®n: "Se trataba de revisitar rolas (canciones) que nos marcaron cuando crec¨ªamos. Est¨¢ un tema de los Beastie Boys, que es uno de los modelos para Molotov, a la vez que canciones tropicales como La boa. No cont¨¢bamos con nuestro productor habitual, Gustavo Santaolalla, as¨ª que lo asumimos como un proceso de aprendizaje, decidimos autoproducirnos y nos gust¨® esa experiencia de grabar sin filtros ajenos. El punto era crear versiones que sonaran bien Molotov, pero dejando los temas reconocibles. Aunque parezca sencillo, hubo muchos temas que quedaron desechados, nunca amarraron". Sucedi¨® tambi¨¦n alg¨²n incidente: "Admiramos tanto a Charly Garc¨ªa que quer¨ªamos que ¨¦l cantara con nosotros su Nos siguen pegando abajo, pero nuestra reuni¨®n termin¨® con mala onda. Demasiado alcohol".

Los temas for¨¢neos han sido traducidos con mordacidad; los cantados en espa?ol se transformaron en texto y, a veces, en m¨²sica. Ayala espec¨ªfica: "Hemos endurecido Mi ag¨¹ita amarilla, de Toreros Muertos, que ahora es una pieza metalera. En Ag¨¹ela hemos respetado el rap original

[del puertorrique?o Wilfred], pero la base es The magnificent seven, de The Clash". Sorprendentemente, no han recibido cr¨ªticas de los autores: "Como es preceptivo cuando hay modificaciones, les enviamos adelantos de lo que pretend¨ªamos hacer y nadie protest¨®".

Puede que Molotov, con sus constantes provocaciones, haya elevado el list¨®n de lo tolerable. No es el caso en M¨¦xico, asegura Ayala: "Todav¨ªa hay zonas del norte de la Rep¨²blica donde sencillamente no podemos tocar. Ni nos sentir¨ªamos seguros yendo all¨ª: estoy hablando de ciudades donde hay impunidad para violar o asesinar mujeres. Y son muchas las emisoras donde nuestros discos suenan con pitidos que tapan lo que consideran palabras malsonantes. Si la misi¨®n de Molotov era crear un espacio para la libertad de expresi¨®n, no lo hemos logrado". Pero ?no se hab¨ªa liberalizado el pa¨ªs con la presidencia de Vicente Fox? "Personalmente, me cuesta encontrar algo positivo en su mandato. De todos modos, no debemos escudarnos en Fox. Hasta que los cien millones de g¨¹evones (gilipollas) que formamos el pa¨ªs no decidamos tomar el tim¨®n de nuestro destino, seremos el juguete de los gobernantes. Mientras tanto, seguimos condenados a quedarnos en el Tercer Mundo".