Yoshihisa Taira, compositor
Junto con Toru Takemitsu, Yoshihisa Taira pasaba por ser el compositor japon¨¦s que mejor hab¨ªa sabido heredar de la civilizaci¨®n occidental para hermanarla o ponerla en di¨¢logo con la del propio pa¨ªs.
Nacido en Tokio en 1937, Taira se sinti¨® muy pronto atra¨ªdo por la m¨²sica francesa de finales del XIX y principios del XX, con una especial debilidad por Claude Debussy. Esa atracci¨®n ejercida por Debussy pronto descubri¨® que la compart¨ªa con Takemitsu, un compositor nacido siete a?os antes y cuyo ejemplo ser¨¢ determinante.
En Par¨ªs, recientemente, las obras de Takemitsu han comenzado a ser presentadas en el teatro del Chatelet, en montajes oper¨ªsticos de gran calidad.
Taira falleci¨® el pasado domingo en Par¨ªs, ciudad en la que viv¨ªa, con m¨¢s o menos regularidad, desde finales de los a?os sesenta, despu¨¦s de haber realizado un gran viaje atravesando toda Europa para descubrir los or¨ªgenes de las distintas tradiciones.
Primero se instal¨® en Niza, para seguir estudios en el conservatorio. Esta etapa le sirvi¨® tambi¨¦n para reconciliarse, de forma progresiva, con la m¨²sica tradicional nipona, una corriente que se hab¨ªa ido transmitiendo siempre de padres a hijos puesto que no exist¨ªa un m¨¦todo de transcripci¨®n escrita fiable de esa m¨²sica.
Enamorado de la flauta travesera, Yoshihisa Taira comenz¨® a componer en 1969. En el conjunto de toda su obra la flauta tiene una presencia importante; a veces como instrumento solista, en otras oportunidades porque los temas han sido imaginados para ese ¨²nico instrumento o, tambi¨¦n, por la habilidad con que lo integra en grandes conjuntos instrumentales, ya sean orquesta de c¨¢mara o sinf¨®nicas.
Seg¨²n los mejores conocedores de su m¨²sica, como el flautista Pierre Yves Ataud, Taira era un aut¨¦ntico maestro en el arte de instrumentar. Atento a la naturaleza, a una suerte de filosof¨ªa pante¨ªsta que compart¨ªa con Takemitsu -fue Taira quien lo descubri¨® al p¨²blico franc¨¦s, traduciendo tambi¨¦n sus textos y reflexiones-, su m¨²sica se confunde con el aliento vital, con la reflexi¨®n propia de un humanista que hace de la b¨²squeda espiritual el motor de su creatividad.
Si en una primera ¨¦poca la m¨²sica de Taira parece, dice, influida por el decorativismo de la llamada escuela de Darmstadt, muy pronto su capacidad de introspecci¨®n le lleva a la ya citada gran s¨ªntesis entre Oriente y Occidente.
En el progreso de su reflexi¨®n desempe?aron un papel importante tanto Takemitsu como su cicerone en Francia, Andr¨¦ Jolivet, que supo descubrir en ¨¦l todas las facetas de su talento.-
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