Condenados a la hipoteca perpetua
En 2035, la humanidad, seg¨²n las previsiones de la NASA, contar¨¢ con una base habitada en la Luna. Ese mismo a?o, en junio, seg¨²n las previsiones del banco, Mario Ruiz acabar¨¢ de pagar la hipoteca de su piso en Gines, a 10 kil¨®metros de Sevilla. Para entonces, Mario habr¨¢ cumplido 62 a?os, pensar¨¢ m¨¢s en su jubilaci¨®n que en su puesto de trabajo -si es que hay jubilaci¨®n y puesto de trabajo- y habr¨¢ tenido mucho tiempo de cansarse de un piso que todav¨ªa no ha podido ni estrenar. Porque ¨¦sa es otra: como paga ahora 420 euros de cuota mensual y gana 900 como profesor de ingl¨¦s en una universidad privada, a¨²n no ha podido inaugurar su vivienda, de 70 metros cuadrados y 90.000 euros de precio. "Desde que lo compr¨¦, en junio, un mes pongo el sof¨¢ y otro la cocina, estoy con mis padres, ahorrando". Mario vivi¨® en Amherst (Massachusetts) durante varios a?os, de alquiler, pero al volver a su tierra, en 2003, decidi¨® comprarse una casa: "Hab¨ªa como una fiebre por comprar, por invertir, qu¨¦ s¨¦ yo, todo el mundo de mi edad me lo dec¨ªa: 'compra, compra, pero ahora, pero ya, no se lo des al casero'; el mercado hab¨ªa pegado un subid¨®n, y yo, pues compr¨¦, para no d¨¢rselo al casero. Ahora se lo doy al banco. El piso se ha revalorizado. Pero yo he vuelto con mis padres. He ido para atr¨¢s, porque ahora dependo m¨¢s de ellos que antes, aunque espero irme en primavera", asegura.
La ebullici¨®n del mercado provoca que algunos j¨®venes recurran a malabarismos propios de tibur¨®n financiero para conseguir un piso
"Me da mucha rabia saber que voy a estar siempre pagando, que no voy a tener un momento de alivio, que siempre voy a estar ahogada", dice Ana
Mario no es el ¨²nico que pasar¨¢ de treinta?ero a prejubilado pagando hipoteca. La escalada mete¨®rica de los precios de la vivienda, unida a la competencia asesina de los bancos y las cajas de ahorro por ofrecer cr¨¦ditos inmobiliarios factibles a base de estirar el plazo, ha dado a luz una nueva generaci¨®n: los hipotecados a perpetuidad. Seg¨²n el Banco de Espa?a, sobre el 47% de los hogares compuestos por menores de 35 a?os pende una hipoteca. Y se dan con un canto en los dientes. Porque muchos no tienen ni eso: el Consejo de la Juventud alert¨® en diciembre de que, de media, una persona entre 18 y 35 a?os que quisiera independizarse en ese momento deber¨ªa dedicar m¨¢s del 50% de su salario a pagar la hipoteca. "Una ratio inalcanzable", prosegu¨ªa el informe. La consecuencia la saca Luisa Sala, presidenta del Consejo de la Juventud: "El 30% de los espa?oles que tienen entre 30 y 35 a?os a¨²n vive con sus padres; de los que tienen entre 25 y 29 a?os, el 63%, y entre los de 18 y 25, el 93%. As¨ª que el que tiene una hipoteca, sea como sea, es un afortunado. Por ejemplo, yo, que tengo 26 a?os y no tengo contrato indefinido, no podr¨ªa tenerla".
La ebullici¨®n del mercado, unida a las ganas de independizarse, propicia que algunos j¨®venes recurran a malabarismos inmobiliarios propios de tibur¨®n financiero para conseguirse un piso. ?ste es el caso de M¨®nica Pozo, una enfermera malague?a de 26 a?os: "Trabajo desde los 21. Y desde entonces me puse a buscar piso. En 2003 vi uno que me gust¨®: de 100 metros cuadrados, con dos plazas de aparcamiento; me costaba 120.000 euros. Era barato. Y lo compr¨¦. Ped¨ª una hipoteca a 30 a?os, a 450 euros al mes. Por entonces yo no cobraba mucho. As¨ª que lo alquil¨¦. Y mientras tanto he vivido con mis padres. Ahora ya cobro m¨¢s, y dentro de un a?o podr¨¦ irme a vivir a mi piso, sin apreturas".
El estiramiento de la vida de las hipotecas es un fen¨®meno reciente. Seg¨²n datos de la Asociaci¨®n Hipotecaria Espa?ola, en 1990, el plazo medio que se daban los espa?oles para saldar su deuda era de 12 a?os; en 2004, de 25 a?os. Y para los j¨®venes menores de 35 a?os, lo normal son los 30, los 35 o hasta los 40 a?os. El l¨ªmite lo pone la biolog¨ªa: los bancos, por lo general, consideran que la vida crediticia, por as¨ª decir, del ser humano acaba a los 70 a?os. De ah¨ª en adelante, nada. As¨ª, una persona de hasta 35 podr¨¢ solicitar una hipoteca a 35 a?os. No m¨¢s.
Y como todo fen¨®meno nuevo, genera un tipo de cuestiones de imposible respuesta: "?Qu¨¦ va a ser de mi vida en 30 a?os?, ?y yo qu¨¦ s¨¦?", se pregunta y se responde Ana Crespo, de 34. Su hipoteca le acompa?ar¨¢ hasta 2034. A raz¨®n de 630 euros al mes. Su piso, de 70 metros cuadrados, en el centro de Madrid, a un paso de la estaci¨®n de Atocha, le cost¨® 174.000 euros. "Tuve suerte", repite. Trabaja de profesora de Derecho Internacional Privado en la Universidad Juan Carlos I y cobra 1.800 euros al mes. No cree que su situaci¨®n laboral var¨ªe con los a?os. No prev¨¦ ascensos. Cobrar¨¢ m¨¢s o menos lo mismo a?o tras a?o, con la variaci¨®n del IPC. La conclusi¨®n es obvia: "No me agobia tener que pagar durante tantos a?os, pero s¨ª me da mucha rabia. No s¨¦ qu¨¦ ser¨¢ de mi vida, pero s¨ª s¨¦ que voy a estar siempre pagando, que no voy a tener un momento de alivio, siempre voy a estar igual de ahogada". Esta mujer cuenta asombrada que hay amigos suyos "que tienen piso, que no tienen que pagar hipoteca, que en 1997 compraron en Lavapi¨¦s por ocho millones de pesetas una casa que ahora vale m¨¢s de 30 y que ya han conseguido pagar". Dibuja una sonrisa algo enigm¨¢tica y concluye: "En 30 a?os pueden pasar muchas cosas buenas y malas. Y una de las malas es que suban los tipos de inter¨¦s. Yo ya s¨¦ que el a?o que viene no van a subir mucho y que voy a poder pagar la hipoteca, pero, ?y en 2010, o en 2020? ?Qui¨¦n lo sabe? La verdad, no me explico c¨®mo la gente se puede comprar pisos, c¨®mo me lo puedo comprar yo...".
Los tipos de inter¨¦s: la base sobre la que gira y descansa todo este entramado enorme de miles de euros, decenas de a?os, metros cuadrados y recibo mensual. En 1977 se encaramaban al 20%. En 1990 se reencontraban al 16%. Hoy flotan en torno al 2,3%. Bastar¨¢ una variaci¨®n de dos puntos para que la hipoteca de Ana Crespo pase de 630 a cerca de 780 y su vida se complique. Y la de Mario Ruiz, con lo que se ver¨ªa abocado a seguir con sus padres, y la de M¨®nica Pozo, y la de tantos otros que llegan a fin de mes andando sobre la cuerda floja. ?Sobrevivir¨¢n?
Alfonso Garc¨ªa Mora, economista de Analistas Financieros Internacionales, resume que "la situaci¨®n es preocupante, pero no de riesgo". "Hay que tener en cuenta que los inmuebles sobre los que se hipoteca el ciudadano se revalorizan de continuo, que la gente paga religiosamente y que son los j¨®venes los que se hipotecan, con lo que su sueldo ser¨¢ cada vez mejor", a?ade. S¨®lo dos temores ensombrecen el futuro: "Que suban mucho los tipos de inter¨¦s o que suba mucho el paro. Lo primero no creo que ocurra debido al euro. Lo segundo es impredecible. En el fondo, nadie puede prever lo que ocurrir¨¢ en 20 o 30 a?os". Hay otro dato que, a juicio de este experto, est¨¢ relacionado con la generaci¨®n-hipoteca y que afecta de manera negativa a la econom¨ªa de Espa?a: "La tasa global de ahorro est¨¢ al l¨ªmite. En 1995 se encontraba al 8%; ahora roza el 2% Y esto repercute en el resto de las inversiones...".
Pero que le digan a Cristina Pleguezuelos, de 30 a?os, que la tasa de ahorro espa?ola est¨¢ al 2%. Cobra 1.400 euros al mes por su trabajo en una aseguradora. Y paga 550 de hipoteca por una coqueta y cuidada buhardilla en el centro de Madrid de 35 metros cuadrados y en la que s¨®lo en 10 de ellos puede un ser humano no pigmeo mantenerse en pie. El piso cost¨® 117.000 euros. Dispone de 25 a?os para pagarlo y coincide con los expertos en dos cosas: "Me considero una afortunada por poder vivir sola, y no tengo ni idea de lo que pasar¨¢ en 20 a?os". Y luego a?ade: "Mi idea no es quedarme aqu¨ª, en el futuro espero encontrar pareja, tener una familia y mudarme a otra casa m¨¢s grande".
Porque el pr¨ªncipe azul puede esperar; la hipoteca, no. El reloj biol¨®gico corre. Pero el reloj crediticio (recuerden: hipotecas hasta los 70 a?os) tambi¨¦n. Y si uno no se sube a la burbuja inmobiliaria pronto, corre el riesgo de perderla de vista para siempre. Porque, lejos de explotar, ¨¦sta sube y sube. Para muchos j¨®venes, la ¨²nica forma de alcanzar la casa deseada es comprar una vivienda diminuta o lejos del barrio perseguido para luego, como en el juego de la oca, saltar de piso en piso, revendiendo y comprando hipotecas, hasta lograr el objetivo. Es el caso de Jos¨¦ Mar¨ªa Cavero, de 34 a?os, profesor de inform¨¢tica, que vive en un piso de M¨®stoles, con una hipoteca a 30 a?os. All¨ª espera agazapado la oportunidad de volver a Madrid a base de recortar cuotas al pr¨¦stamo confiando en que su vivienda se revalorice.
Relaciones de pareja
El futuro hipotecado tambi¨¦n influye en las relaciones de pareja. En Huarte, a pocos kil¨®metros de Pamplona, espera el piso de Adriana Mend¨ªvil, de 26 a?os. Tiene 77 metros cuadrados. Y una hipoteca que Adriana terminar¨¢ de pagar cuando cumpla 55. Ahora tiene novio. Pero el piso es s¨®lo suyo. "Nos mudaremos en unos meses. En principio, ¨¦l, que lleva mucho con contratos temporales, pagar¨¢ una parte, vendr¨¢ conmigo a vivir, pero con tantos a?os por delante, ?qui¨¦n sabe lo que pasar¨¢? A lo mejor lo hacen fijo, o a lo mejor lo echan, a lo peor cortamos, o a lo mejor tenemos tres hijos...". Y a?ade: "No me agobia pensar en el futuro. El agobio es ahora, saber que voy a pagar hasta que empiece el declive de mi vida, que s¨®lo entonces me liberar¨¦". La amiga de Adriana, Nora, tambi¨¦n tiene novio, un piso en Pamplona al que se ir¨¢ a vivir en breve (a¨²n no sabe si sola o con ¨¦l) y una hipoteca a su nombre que acabar¨¢ de pagar a los 57 a?os. Trabaja de arquitecto y est¨¢ a punto de independizarse. "Me hab¨ªa planteado alquilar el piso y seguir con mis padres. Pero me he decidido", dice.
No todo el mundo practica la t¨¢ctica del conejo (saltar de piso en piso hasta lograr la casa ideal). David Nicol¨¢s Mag¨¢n, madrile?o de 31 a?os, ha visto dos pisos en su vida. El segundo le convenci¨®. A ¨¦l y a su novia. Costaba 28 millones. Se decidieron. Corr¨ªa agosto de 2000. Desde entonces lleva pagando hipoteca. Y el a?o que viene conf¨ªa en estrenar la casa. Hasta esa fecha no podr¨¢, debido a que necesita ahorrar para dar el paso. Este gerente de consultor¨ªa inform¨¢tica asegura que no llegar¨¢ a los 60 pagando. Piensa amortizar. Su optimista actitud ante el mercado inmobiliario se resume as¨ª: "El que no se mete, no sale".
Varios de los hipotecados a perpetuidad hacen el mismo chiste: "Pagaremos hipoteca hasta que empecemos a pagar plan de pensiones". A la presidenta del Consejo de la Juventud, Luisa Sala, la broma no le hace gracia. "Muchos de nosotros no habremos cotizado mucho, dados los contratos temporales que tenemos. As¨ª que lo que nos quedar¨¢ de la Seguridad Social no va a ser mucho. Adem¨¢s, nosotros vamos a ser muchos jubilados y durante mucho tiempo, porque estaremos muy sanos y viviremos m¨¢s que nuestros padres. Y como pagaremos hipoteca hasta los 60 o los 70, pues no habremos podido pagar planes de pensiones. As¨ª que no tendremos jubilaci¨®n".
Ella misma aventura una salida: "Siempre podremos vender de viejos el piso que nos ha costado la vida entera comprar".
?Subir¨¢n los tipos de inter¨¦s?
TODOS LOS HIPOTECADOS A LARGO plazo tienen la misma pregunta: ?subir¨¢n los determinantes tipos de inter¨¦s? O mejor, ?subir¨¢n de modo que causen una reacci¨®n en cadena de la econom¨ªa que se pueda resumir en la ecuaci¨®n: subida de tipos-falta de liquidez-impagos-desahucios-...?
El Banco de Espa?a ya ha alertado varias veces del peligro que se esconde detr¨¢s de las hipotecas con inter¨¦s variable, el 90% de las que se contratan en Espa?a: "[Los que poseen un cr¨¦dito hipotecario] deben ser conscientes de los riesgos de que los tipos de inter¨¦s suban hasta situarse en niveles m¨¢s en consonancia con los niveles hist¨®ricos".
Todo hace pensar que los tipos de inter¨¦s subir¨¢n. Y con ello los pr¨¦stamos. La Asociaci¨®n Hipotecaria Espa?ola, a principios de marzo, asegur¨® que estos pr¨¦stamos se incrementar¨¢n entre 78 y 204 euros al mes en los pr¨®ximos seis a?os. Los cr¨¦ditos que m¨¢s subir¨¢n, seg¨²n esta asociaci¨®n, ser¨¢n los firmados entre 2002 y 2004.
?Implicar¨¢ esta m¨¢s que posible subida de tipos un batacazo en la econom¨ªa? Xavier Segura, jefe de servicios de estudios de Caixa Catalu?a, considera que la perspectiva, incluso a un plazo m¨¢s largo, "es fiable", y no ve en el futuro ninguna sombra que empa?e el porvenir del hipotecado a perpetuidad. Seg¨²n este experto, el paraguas econ¨®mico de la Uni¨®n Europea y del euro sirven de contenci¨®n. Y los tipos de inter¨¦s, sujetos a una din¨¢mica europea, oscilar¨¢n menos de lo que se piensa. "Eso no quiere decir que no suban; pero no de manera brusca ni muy elevada", explica Segura. Para este experto, el alargamiento del plazo de las hipotecas s¨®lo acarrea ventajas. "Se dice que estar¨¢n toda la vida pagando una hipoteca; pero los que viven de alquiler tambi¨¦n, y no tienen una casa para vender si las cosas vienen mal dadas", explica. Segura recuerda que el Banco de Espa?a recomend¨® al resto de bancos hace a?os que se hicieran con un fondo especial para posibles emergencias que se desataran debido a la escalada de los pr¨¦stamos. No ha hecho falta utilizarlo. La tasa de impagos se mantiene bajo m¨ªnimos: el 0,03%. Es decir, de cada 1.000 hipotecados, s¨®lo tres dejan de pagar. Adem¨¢s, a?ade este experto de Caixa Catalu?a, la gente amortizar¨¢ el pr¨¦stamo antes de que se cumpla el plazo. Aunque le perjudique econ¨®micamente. Aunque los tipos est¨¦n bajos y le convenga prolongar el pago. "Psicol¨®gicamente, da placer liquidar la hipoteca. Antes, cuando estaban a 20 a?os, se liquidaban de media en 12. Y ahora pasar¨¢ igual", asegura. A juicio de este especialista, la base sobre la que se asienta el sistema es estable: "Aunque, claro, si sobreviene una cat¨¢strofe?, una gran crisis econ¨®mica o algo as¨ª? Pero, bueno, entonces lo de menos ser¨¢ pagar la hipoteca".
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