Plaguicidas: ?Un riesgo para la salud de la poblaci¨®n?
El t¨¦rmino plaguicida incluye gran variedad de sustancias qu¨ªmicas con diversas acciones sobre las plagas (animales o vegetales) que afectan, principalmente, a los cultivos agr¨ªcolas. Los plaguicidas tienen aplicaciones en otros ¨¢mbitos: hogar, parques p¨²blicos, mantenimiento de arcenes y v¨ªas de circulaci¨®n, el tratamiento industrial de materiales como el papel o la madera. Son sustancias ampliamente utilizadas. Se ha afirmado que no se permitir¨ªa a ning¨²n otro producto qu¨ªmico (medicamentos o sustancias qu¨ªmicas de uso industrial) una utilizaci¨®n tan libre y general.
La principal utilizaci¨®n de los plaguicidas se da en la agricultura. Debido a las formas de producci¨®n agr¨ªcola modernas (monocultivos, cultivos intensivos, cosechas aceleradas), estas sustancias contaminan habitualmente los alimentos, aguas, suelos y aire de las zonas agr¨ªcolas.
Las caracter¨ªsticas de su uso han cambiado mucho. Hasta casi la mitad del siglo XX, su utilizaci¨®n era relativamente poco frecuente, y sol¨ªa recurrirse a productos naturales (la nicotina o el cobre), conocidos desde tiempos ancestrales. Con la aparici¨®n de los primeros plaguicidas de s¨ªntesis, la fabricaci¨®n y el consumo creci¨® exponencialmente. Su utilizaci¨®n aumenta hoy muy notablemente en zonas como ?frica, Asia, o Latinoam¨¦rica, mientras que est¨¢ m¨¢s estabilizado en Europa y Norteam¨¦rica.
Seg¨²n datos de Aepla (Asociaci¨®n Empresarial para la Protecci¨®n de las Plantas), la tendencia del mercado espa?ol de plaguicidas es estable o ligeramente al alza. El mayor volumen de ventas se da en Andaluc¨ªa (34% del mercado nacional) y la Comunidad Valenciana (16%). Los plaguicidas m¨¢s utilizados son los herbicidas, seguidos de insecticidas y fungicidas.
Es dif¨ªcil obtener datos sobre el consumo de las diferentes familias qu¨ªmicas de plaguicidas. Una informaci¨®n importante, ya que la actividad biol¨®gica y el comportamiento t¨®xico var¨ªa mucho de unas a otras. El DDT, insecticida de la familia de los organoclorados, fue muy utilizado en la segunda mitad del siglo XX hasta que se puso de manifiesto su tendencia a acumularse en el medioambiente y sus efectos t¨®xicos sobre las aves y otras especies salvajes. Estudios recientes han relacionado la exposici¨®n a DDT con c¨¢nceres humanos y otros efectos negativos sobre la salud. Desde hace m¨¢s de 20 a?os, el DDT est¨¢ prohibido en Espa?a.
Posteriormente se fueron retirando los insecticidas de la familia qu¨ªmica de los organoclorados (aunque todav¨ªa se utilizan algunos) para ser reemplazados por los plaguicidas organofosforados, familia con menos capacidad de acumulaci¨®n en el medio ambiente (y, por tanto, menos contaminantes a largo plazo) pero no exentos de efectos negativos sobre las personas: los organofosforados pueden producir alteraciones agudas o cr¨®nicas del sistema nervioso. La Uni¨®n Europea los est¨¢ retirando poco a poco; ser¨¢n reemplazados por nuevas combinaciones.
A principios de los 90 realizamos un estudio en la Comunidad Valenciana con cerca de 100 agricultores aplicadores de plaguicidas, recogiendo informaci¨®n detallada sobre los productos que utilizaban normalmente y las pr¨¢cticas de uso. Los agricultores refirieron la utilizaci¨®n de 93 marcas comerciales de plaguicidas (correspondientes a 78 ingredientes activos y 28 familias qu¨ªmicas). Las familias qu¨ªmicas de plaguicidas m¨¢s utilizadas fueron los insecticidas organofosforados (38%), los herbicidas derivados pirid¨ªlicos (12%) y los insecticidas organoclorados (7%). Como media, los trabajadores estaban utilizando casi 6 productos diferentes, variando el n¨²mero de plaguicidas distintos utilizados por cada agricultor entre uno y veintisiete. Los trabajadores no estaban lo bastante protegidos frente al uso de los t¨®xicos (desconocimiento del riesgo, uso de ropa de protecci¨®n personal insuficiente...). Muchos de los productos utilizados por nuestros agricultores son sospechosos de causar alteraciones de salud en las personas. Algunos, son sospechosos de producir o facilitar la aparici¨®n de distintos tipos de c¨¢ncer. Muchos plaguicidas se incluyen tambi¨¦n en el listado de los llamados disruptores hormonales, sustancias qu¨ªmicas que simulan o antagonizan el comportamiento de las hormonas humanas y por tanto interfieren con muchos de los procesos fisiol¨®gicos que se producen en el organismo. Los disruptores hormonales se han relacionado con trastornos de la reproducci¨®n (alteraciones menstruales, infertilidad, alteraciones del embarazo) y enfermedades como las afecciones tiroideas.
Los alimentos llegan muchas veces al mercado con residuos de plaguicidas, lo que puede producir una exposici¨®n generalizada en la poblaci¨®n. Disponemos de pocos datos, pero el agua puede ser otra v¨ªa de exposici¨®n general. Sabemos que se hacen evaluaciones de los niveles de determinados plaguicidas en determinados alimentos, y que se controlan los denominados L¨ªmites M¨¢ximos de Residuos (LMR) o cantidades m¨¢ximas de cada plaguicida permisible en alimentos. Existen LMR establecidos por la Uni¨®n Europea y tambi¨¦n por cada pa¨ªs. Pero no sabemos si se controla sistem¨¢ticamente la presencia de plaguicidas en el agua de consumo. Algunos estudios puntuales han observado contaminaci¨®n por plaguicidas de los acu¨ªferos de las zonas agr¨ªcolas, como se mostraba en un reciente informe sobre los invernaderos agr¨ªcolas de Almer¨ªa realizado por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud.
Respecto a la presencia de plaguicidas en alimentos, la Uni¨®n Europea public¨® recientemente el informe de 2002, basado en datos procedentes de 18 pa¨ªses miembros. De las muestras analizadas (frutas, verduras, cereales), el 37% presentaban residuos de plaguicidas (para 170 plaguicidas diferentes incluidos en los an¨¢lisis) y el 5% presentaban residuos de plaguicidas por encima de los LMR establecidos. Los datos correspondientes a Espa?a no difer¨ªan sustancialmente de los globales: El 35% de las muestras conten¨ªan plaguicidas y el 4% niveles por encima de los LMR. No ha sido posible obtener informaci¨®n espec¨ªfica sobre la Comunidad Valenciana. Hasta donde sabemos, ser¨ªan los servicios de salud p¨²blica los encargados de controlar los niveles. Recientemente, la Agencia de Salud P¨²blica de Barcelona publicaba en la revista Gaceta Sanitaria el art¨ªculo Plaguicidas en la dieta: aportando piezas al rompecabezas con informaci¨®n muy interesante sobre los residuos de diferentes plaguicidas en muestras de alimentos consumidos en esta ciudad. Quiz¨¢s la administraci¨®n valenciana deber¨ªa animarse a analizar y difundir sus datos sobre ¨¦ste y otros importantes aspectos de la vigilancia de la salud p¨²blica en nuestra comunidad.
Seg¨²n la informaci¨®n disponible, la Comunidad Valenciana destaca en el conjunto nacional en uso de plaguicidas y sus agricultores utilizan habitualmente m¨²ltiples productos, algunos con efectos sobre la salud.Existen evidencias de riesgos derivados de la exposici¨®n a plaguicidas en los trabajadores. Sin embargo, desconocemos el impacto real sobre la salud de la poblaci¨®n general. Falta informaci¨®n sobre la presencia de los plaguicidas m¨¢s t¨®xicos en los alimentos y aguas de consumo humano en la Comunidad Valenciana. El principio de precauci¨®n indicar¨ªa la necesidad de racionalizar al m¨¢ximo las pr¨¢cticas de aplicaci¨®n de plaguicidas en agricultura, reduciendo los productos y cantidades utilizados y potenciando decididamente en nuestro medio alternativas para una producci¨®n agr¨ªcola m¨¢s respetuosa con el medioambiente y la salud.
Ana M. Garc¨ªa, departamento de Medicina Preventiva y Salud P¨²blica de la Universitat de Val¨¨ncia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.