La estrategia de la complicidad

Las mesas del nuevo di¨¢logo social presumo que en breve empezar¨¢n a funcionar Y, m¨¢s que presumir, temo que coincida su funcionamiento con el cansino debate sobre la Reforma Laboral. Que si hay mucha temporalidad porque el despido es muy caro, que si lo que hay que hacer para evitarla es reforzar "la relaci¨®n de causalidad", que quien tiene la culpa de todo es la "ultraactividad" de los convenios colectivos.... M¨¢s o menos lo de siempre, y claro, algo habr¨¢ que hacer y para ello nada m¨¢s ingenioso que hacer algo con la ley. Con mayor o menor intensidad, veremos. En fin, el espejismo jur¨ªdico mantiene toda su potencia, y nos sigue costando recordar que aquellos problemas que el derecho no ocasiona dif¨ªcilmente est¨¢ en grado de resolver, o como dec¨ªa el viejo Marx: "El derecho va siempre a la zaga de la realidad". En suma: que aqu¨ª lo de lux fiat no funciona.

Los problemas esenciales son la temporalidad, la segmentaci¨®n y la siniestralidad laboral

Gobierno, sindicatos y empresarios son aliados naturales para lograr los objetivos que importan

Nadie desconoce que los problemas esenciales de nuestro mercado de trabajo son la temporalidad, la segmentaci¨®n y la siniestralidad laboral, pero lo que a estas alturas parece claro es que este mercado -o su precariedad manifiesta, para ser m¨¢s espec¨ªfico- no es una pieza separada de nuestra realidad social. Forma parte indisoluble de una realidad m¨¢s amplia y compleja, realidad ¨¦sta impermeable a medidas aisladas m¨¢xime de naturaleza jur¨ªdica y que si necesita un antibi¨®tico ¨¦ste con toda seguridad debe ser de amplio espectro. Es decir: una acci¨®n global de Gobierno, coordinada y concertada y que, liderada por Econom¨ªa, toque todos los palillos.

Y viene ahora al pelo recordar que coincidiendo con todo esto se acaban de firmar dos acuerdos que en mi opini¨®n son tremendamente importantes y se alejan bastante del anta?¨®n modelo de di¨¢logo con vocaci¨®n de reformar el Estatuto de los Trabajadores. Me refiero al VI Acuerdo de Concertaci¨®n Social de Andaluc¨ªa, firmado el pasado 25 de enero, y al Acord Estrat¨¦gic per a la Internacionalitzaci¨®, la Qualitat de l'Ocupaci¨® y la Competitivitat de l'Economia Catalana, suscrito unos d¨ªas antes. Acuerdos ¨¦stos que creo que indican el camino, y que me da la sensaci¨®n, no s¨¦ por qu¨¦, que han pasado un poco desapercibidos.

Vamos a ver de qu¨¦ estamos hablando.

Se parte, en ambos casos, de una acci¨®n integrada de Gobierno que considera en primer lugar que los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales, y tal como dispone el art¨ªculo 7 de nuestra Constituci¨®n, contribuyen a la defensa y promoci¨®n de los intereses econ¨®micos y sociales.

Son pues los aliados naturales, los c¨®mplices necesarios para alcanzar unos objetivos que a todos importan, que a todos interesan.

Y as¨ª el VI Acuerdo de Concertaci¨®n Social de Andaluc¨ªa, expone en su encabezamiento el objetivo b¨¢sico: "Contribuir a la creaci¨®n de empleo y al desarrollo econ¨®mico de Andaluc¨ªa mediante la negociaci¨®n y la concertaci¨®n". Aqu¨ª se sintetizan las dos l¨ªneas maestras: lo importante es el empleo y el desarrollo econ¨®mico, y como estamos todos de acuerdo, Gobierno, Patronal y Sindicatos, debemos conseguirlo a trav¨¦s del di¨¢logo y la concertaci¨®n. Es m¨¢s, vamos a institucionalizar esta forma de trabajar.

?Qu¨¦ significa para nosotros empleo y desarrollo econ¨®mico? Bueno, pues significa que en el horizonte del a?o 2008 haya en Andaluc¨ªa 3.000.000 de personas ocupadas, y que seamos capaces de alcanzar el 75% del PIB per c¨¢pita de la UE. Algo tangible, concretito. Est¨¢ bien, ?pero esto c¨®mo se consigue? Se intenta conseguir utilizando y desarrollando siete instrumentos b¨¢sicos: la sociedad de la informaci¨®n y el conocimiento, la productividad e innovaci¨®n en la econom¨ªa, la cultura de la calidad en el empleo, la promoci¨®n de los sectores productivos espec¨ªficos (agroalimentario, tur¨ªstico, aeron¨¢utico, energ¨¦tico...), las pol¨ªticas de cohesi¨®n y, en ¨²ltimo lugar, una herramienta fundamental de trabajo, el di¨¢logo social permanente.

Se me antoja conveniente recordar que por importante que sea la poes¨ªa, estamos tambi¨¦n hablando y comprometi¨¦ndonos a otras cosas. Y no parece que se trate como a menudo sucede de simples "pactos de legitimaci¨®n". As¨ª, por ejemplo, en torno a los siete instrumentos citados se articulan 276 medidas concretas. Y da la sensaci¨®n de que lo del "di¨¢logo social permanente" va a ser algo m¨¢s que una caritativa declaraci¨®n de buena voluntad; se crea la Comisi¨®n General de Seguimiento ("a m¨¢ximo nivel de representaci¨®n"), la Mesa Permanente de Seguimiento, cuatro Comisiones B¨¢sicas (Sociedad del Conocimiento, Innovaci¨®n y Productividad, Calidad en el Empleo y Capacidad Emprendedora) y se institucionalizan, adem¨¢s, 49 grupos y comisiones de trabajo. Se trata en verdad de una nueva organizaci¨®n social andaluza. La cosa, en verdad, no tiene mala pinta, veremos a partir de ahora c¨®mo se desenvuelve en ¨¦l la vida.

Y tampoco tiene mala pinta, ni mucho menos, el Acord Catal¨¢n, si bien hay que matizar que s¨®lo contamos con el Document de la Comissi¨® de Treball. El esp¨ªritu, el sistema de trabajo y la estructuraci¨®n del acuerdo es muy similar:

I. Mejora de las condiciones b¨¢sicas de competitividad: 1, Infraestructuras y movilidad; 2, Infraestructuras energ¨¦ticas y medioambientales; 3, Dotaci¨®n de capital humano; 4, Infraestructuras y pol¨ªtica de Telecomunicaci¨®n; 5, Investigaci¨®n, desarrollo e innovaci¨®n; 6, Financiaci¨®n de la actividad empresarial, y 7, Otras medidas para fomentar la competitividad.

II. Internacionalizaci¨®n: 1, Atracci¨®n de inversiones, y 2, Fomento de las exportaciones y proyecci¨®n internacional.

III. Cohesi¨®n social y mejora de la calidad del empleo: 1, Fomento de la cohesi¨®n; 2, Pol¨ªticas activas de ocupaci¨®n, y 3, Relaciones Laborales.

IV. Desarrollo y seguimiento.

Y en lo que a concreci¨®n se refiere, el acord se inicia con la sucinta descripci¨®n de 24 propuestas prioritarias.

No s¨¦ cual de los dos acuerdos es m¨¢s o menos ambicioso, y lamentablemente carezco de capacidad para vaticinar el ¨¦xito o el fracaso, pero el esfuerzo, sin duda, ya ha valido la pena.

Puestos a buscar diferencias, es obvio que en el Acuerdo Catal¨¢n destaca la terminolog¨ªa nacionalista que no oculta la pretensi¨®n de un marc catal¨¢ de relacions laborals. Considero un error y un error grave, o m¨¢s que un error una desgracia, la fragmentaci¨®n del mercado laboral espa?ol, y toda la m¨²sica del acuerdo que estamos comentando parece acompa?ar a este baile. Asunto ¨¦ste propio de otro comentario, distinto al que nos ocupa, pero que no viene mal decirlo ahora aqu¨ª, aunque sea de pasada, para no dejarnos cautivar por las realidades ineluctables, pues bien dec¨ªa William de Occam: "No se debe presuponer la existencia de m¨¢s cosas reales que las absolutamente necesarias". Y no me dice el cuerpo que tal fragmentaci¨®n sea "absolutamente necesaria".

Marcos Pe?a es inspector de Trabajo y fue secretario general de Empleo.