El jaque de Reikiavik
Jap¨®n estudia la deportaci¨®n de Fischer a Islandia, y no a EE UU
El duelo diplom¨¢tico entre Islandia y Estados Unidos, con Jap¨®n de ¨¢rbitro y el futuro del ex campe¨®n Bobby Fischer como premio, es ahora muy favorable al pa¨ªs n¨®rdico, cuyo Parlamento concedi¨® el lunes la nacionalidad islandesa al ajedrecista estadounidense, encarcelado desde julio cerca de Tokio. La ministra de Justicia de Jap¨®n, Chieko Noono, admiti¨® ayer que la deportaci¨®n a EEUU pierde fuerza.
"Si tiene la nacionalidad islandesa, la Oficina de Inmigraci¨®n debe elegir cu¨¢l de los dos pa¨ªses
es el m¨¢s apropiado para la deportaci¨®n. Y los deseos del recluso deben ser prioritarios", dijo Noono, quien tiene ahora la excusa legal que necesitaba para negar la extradici¨®n a EEUU. Hace dos semanas, el Parlamento island¨¦s concedi¨® a Fischer un pasaporte de ciudadano extranjero, pero eso fue in¨²til ante la justicia japonesa, y puso muy nervioso a Fischer, quien cumpli¨® 62 a?os el pasado d¨ªa 9 encerrado en una celda de aislamiento por zarandear a un funcionario que le hab¨ªa negado un huevo duro para desayunar. Ante el feo cariz que tomaba el caso, el Gobierno de Islandia decidi¨® apostar muy fuerte por un hombre al que en ese pa¨ªs veneran desde el Mundial de 1972, cuando, en plena guerra fr¨ªa entre EEUU y la URSS, destron¨® a Bor¨ªs Spasski en Reikiavik, termin¨® con la hegemon¨ªa sovi¨¦tica en ajedrez y dio mucha publicidad a Islandia.
Tras veinte a?os de vida misteriosa, Fischer derrot¨® otra vez a Spasski en el duelo de revancha de 1992, en Sveti Stefan (Montenegro) y Belgrado, donde cobr¨® tres millones de d¨®lares. Washington le acus¨® de violar el embargo internacional contra Yugoslavia y emiti¨® una orden de busca y captura que no se ejecut¨® hasta julio de 2004, cuando el legendario ajedrecista fue detenido en el aeropuerto de Tokio, donde acababa de visitar a su novia, Miyoko Watai.
Ni los doce a?os transcurridos desde el supuesto delito, ni el hecho de que Spasski (nacionalizado franc¨¦s) no haya sido perseguido por el mismo, ni los abundantes indicios de que la salud mental de Fischer est¨¢ muy deteriorada han frenado la presi¨®n del Gobierno de EEUU sobre los de Jap¨®n e Islandia. De hecho, la pr¨®xima jugada le corresponde a un tribunal de Filadelfia, que a primeros de abril decidir¨¢ sobre la acusaci¨®n contra Fischer de evadir impuestos. Pero sus abogados preparan el contraataque: una demanda contra Washington de 200 millones de d¨®lares por "prisi¨®n ilegal y da?os morales", anunci¨® ayer John Bosnitch, presidente del Comit¨¦ de Liberaci¨®n de Bobby Fischer. Mientras tanto, ¨¦ste comienza a ver la luz al final del t¨²nel desde una celda japonesa.
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