El prestigio de Catalu?a como "bien p¨²blico"
No parece arriesgado afirmar que la econom¨ªa catalana est¨¢ viviendo uno de los momentos m¨¢s delicados de su historia. La especializaci¨®n en la producci¨®n de manufacturas de baja o media sofisticaci¨®n, que durante el ¨²ltimo siglo ha sido su fuente principal de riqueza y empleo, est¨¢ ahora amenazada por la aparici¨®n de nuevos competidores y por la desaparici¨®n de las restricciones que en las ¨²ltimas d¨¦cadas la han protegido. El textil es, quiz¨¢, el caso m¨¢s paradigm¨¢tico, pero otras actividades, como la industria electr¨®nica, ya han desaparecido pr¨¢cticamente. Adem¨¢s, otras manufacturas tradicionales, como la metalurgia o el autom¨®vil, est¨¢n amenazadas de deslocalizaci¨®n. Por otro lado, su especializaci¨®n en turismo vacacional de masas y de bajo precio ha llegado a una fase de rendimientos decrecientes; y hasta la producci¨®n agr¨ªcola y ganadera se ve amenazada por la competencia de los nuevos miembros de la UE.
Por lo tanto, nos estamos jugando la posibilidad de mantener las actividades productivas que hasta ahora han sido la base de nuestro crecimiento y bienestar. S¨®lo con un enorme esfuerzo orientado a la mejora de la productividad, de la innovaci¨®n y de la competitividad ser¨¢ posible sostener esas fuentes de riqueza en el nuevo escenario de fuerte movilidad productiva que trae la ampliaci¨®n europea y la globalizaci¨®n.
Coincidiendo con este agotamiento del modelo de crecimiento econ¨®mico, se est¨¢ produciendo un cambio tecnol¨®gico como no hab¨ªamos visto desde la aparici¨®n del ferrocarril, el barco de vapor, la electricidad, la telegraf¨ªa, la qu¨ªmica industrial o el motor de combusti¨®n interna, que dio lugar al autom¨®vil. Ahora las nuevas tecnolog¨ªas de la informaci¨®n, las telecomunicaciones, la nanotecnolog¨ªa o las ciencias de la vida est¨¢n alterando las bases de la econom¨ªa y abriendo nuevas ventanas de oportunidad a los pa¨ªses m¨¢s din¨¢micos. La historia econ¨®mica nos dice que esas ventanas se cierran muy r¨¢pidamente, y que s¨®lo aqu¨¦llos que han sido capaces de aprovechar la oportunidad se benefician despu¨¦s, durante d¨¦cadas, de las ventajas de haber sido pioneros en la aclimataci¨®n de lo nuevo.
Paralelo a este cambio econ¨®mico, el modelo social, construido trabajosamente durante los ¨²ltimos 25 a?os de democracia, se est¨¢ viendo amenazado por la llegada de distintos e intensos flujos de inmigraci¨®n que son promesa de nuevo dinamismo y riqueza, pero traen tambi¨¦n retos para la convivencia y la cohesi¨®n social, especialmente en aquellos lugares o zonas en las que se concentran los nuevos inmigrantes.
Si aceptamos este an¨¢lisis de la situaci¨®n econ¨®mica y social catalana, se hace evidente que es necesario concentrar todas las energ¨ªas de las que dispone el pa¨ªs en definir la agenda de problemas urgentes y poner en marcha pol¨ªticas p¨²blicas y empresariales orientadas a la b¨²squeda de soluciones creativas a estos retos.
Sin embargo, esta agenda de problemas econ¨®micos y sociales urgentes se est¨¢ viendo distorsionada por la agenda pol¨ªtica. Las prioridades de los pol¨ªticos y sus reyertas est¨¢n distrayendo la atenci¨®n y las energ¨ªas de lo que realmente es importante para el futuro. Viven encerrados en sus propios problemas y percepciones, aparentemente incapaces de comprender que el anem per feina que necesita el pa¨ªs no es la reforma pol¨ªtica, ni menos a¨²n arreglar sus diferencias.
Pero el peor de los efectos de esta distorsionada agenda pol¨ªtica catalana es, en mi opini¨®n, que est¨¢ dilapidando uno de los capitales m¨¢s preciosos que tiene un pa¨ªs peque?o para competir: su prestigio. Este prestigio es un ejemplo de lo que los economistas denominan "bienes p¨²blicos", es decir, los que pueden ser disfrutados por cualquier miembro de la comunidad sin por ello privar a otros de su uso, y cuya existencia favorece el crecimiento y el bienestar. Un clima benigno, la lengua, la cultura propia o un buen sistema educativo son ejemplos de bienes p¨²blicos. Y tambi¨¦n lo es el prestigio como pa¨ªs serio, honesto, din¨¢mico, creativo, complejo y abierto.
Catalu?a, en particular Barcelona, se benefici¨® de la existencia de este prestigio a lo largo del ¨²ltimo medio siglo. Su imagen de dinamismo, de modernidad, de pa¨ªs de oportunidades para todos aquellos que estaban dispuestos a ser emprendedores ha sido un bien p¨²blico de incalculable valor. Por encima de los celos que siempre provoca la riqueza, la mayor¨ªa de espa?oles han admirado y valorado este prestigio. Y atra¨ªdos por ¨¦l, llegaron capitales y personas que han mejorado su condici¨®n material personal y han contribuido al progreso y dinamismo del pa¨ªs.
Sin embargo, ahora, la pol¨ªtica est¨¢ deteriorando ese bien p¨²blico tan preciado para un pa¨ªs peque?o. Catalu?a se est¨¢ transformando en crecientemente antip¨¢tica a los ojos de muchos de los que antes la admiraban. Y deja de ser vista como tierra de acogida, como pa¨ªs de oportunidades. Un ejemplo: cuando el Banco Sabadell adquiri¨® el Banco Atl¨¢ntico, ninguno de los directivos de este ¨²ltimo quiso venir a Barcelona.
En contra de lo que se suele pensar, esta p¨¦rdida del prestigio atractivo para los emprendedores no viene de la complejidad social y cultural, del hecho de tener una lengua propia. Al contrario, en la complejidad reside el atractivo de los pa¨ªses peque?os. Barcelona es la ciudad europea que m¨¢s estudiantes erasmus atrae. El problema surge de c¨®mo las fuerzas pol¨ªticas utilizan esa complejidad en beneficio propio, deteriorando ese precioso capital inmaterial que es el prestigio como pa¨ªs. ?sta es en mi opini¨®n la principal responsabilidad de los pol¨ªticos catalanes actuales. Est¨¢ bien cultivar las ra¨ªces, pero sin olvidar que tambi¨¦n se necesitan alas para volar m¨¢s all¨¢ del propio corral y afrontar la movilidad del mundo que viene.
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