Las constructoras y la direcci¨®n de obra se acusan mutuamente del hundimiento del Carmel

La causa inmediata del hundimiento del t¨²nel del Carmel fue la actuaci¨®n para construir una solera (base de sost¨¦n entre las dos paredes del t¨²nel para evitar movimientos). Al realizarla, se toc¨® una falla lateral no detectada y se produjo el hundimiento al no resistir la b¨®veda del t¨²nel. Pero ?qui¨¦n dio la orden de realizar la citada solera? La direcci¨®n de obra asegura que no dio instrucciones para ello, mientras que la constructora, una UTE (uni¨®n temporal de empresas) formada por Fomento de Construcciones y Contratas, Copisa y Comsa, asegura que los resultados de los an¨¢lisis le permit¨ªan realizar esa actuaci¨®n. Es decir, la direcci¨®n de obra pone a la constructora en el disparadero y ¨¦sta se defiende se?alando que el director de la obra no le impidi¨® expresamente realizar la citada solera. As¨ª se desprende de un informe elaborado por el Departamento de Pol¨ªtica Territorial y Obras P¨²blicas presentado ayer en el Parlamento.

El documento fue utilizado por el diputado de ERC Oriol Amor¨®s en sus preguntas a Jordi Juli¨¤, director general dimisionario de Transportes, quien reconoci¨® las divergencias sobre este aspecto de la obra entre la ingenier¨ªa y las constructoras. Juli¨¤, que compareci¨® ayer en la comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria, fue muy cr¨ªtico con el proyecto constructivo, que calific¨® de "justito" y "cojo". El proyecto fue realizado por una UTE integrada por Geocontrol y Tec-4, empresas que luego obtuvieron la direcci¨®n de obra. Juli¨¤ adujo que el estudio de ingenier¨ªa geol¨®gica en el que se basa el proyecto no hab¨ªa acertado ni el tipo de terreno en el que se realizaba el t¨²nel ni, en consecuencia, en los refuerzos que instalar ni en el ritmo de avance de las obras.

Responsabilidad compartida

La UTE, se?alada en el informe como responsable por realizar la solera sin autorizaci¨®n de la direcci¨®n de obra, sostiene que hizo "una propuesta de sost¨¦n diferente" en el t¨²nel donde se produjo el hundimiento y fue rechazada por la direcci¨®n de obra, que hizo otra distinta. Las constructoras sostienen que la suya era "m¨¢s conservadora y s¨®lida" que la finalmente impuesta por la ingenier¨ªa que asumi¨® la direcci¨®n del proyecto.

El informe relata que, en opini¨®n de GISA, la empresa que encarga y supervisa la obra, "la responsabilidad" del hundimiento es compartida entre "la direcci¨®n de obra y el contratista". Las divergencias entre ambas compa?¨ªas quedan bien reflejadas. La UTE constructora se queja de que la direcci¨®n de obra le regatea dinero para refuerzos y, dice el informe, "indica que los rendimientos del proyecto original eran excesivamente elevados y no se consiguieron en ninguna fase de la obra", ya que part¨ªa de "unos c¨¢lculos demasiado optimistas", al igual que los realizados sobre los movimientos en el t¨²nel.

La UTE propuso en octubre de 2003 una modificaci¨®n con un incremento del precio en el que la obra fue adjudicada y GISA respondi¨® negativamente justificando la negativa en que "los rendimientos y precios b¨¢sicos son a riesgo y ventura del contratista". M¨¢s tarde se alcanz¨® una soluci¨®n en la que estuvieron de acuerdo las constructoras y la direcci¨®n de obra. No obstante, la constructora explic¨® al Gobierno catal¨¢n que "las soluciones del proyecto no eran v¨¢lidas".

La informaci¨®n aportada por las dos empresas a Pol¨ªtica Territorial, cuyo titular es Joaquim Nadal, son "heterog¨¦neas e incompletas" y no permiten establecer con precisi¨®n las responsabilidades de cada una de ellas. La compa?¨ªa p¨²blica se?ala que en los libros de ¨®rdenes no figura, respecto al asunto de la solera, ni la "orden de comenzar ni la de continuar ni la de parar". Esta ¨²ltima habr¨ªa debido producirse si la constructora hubiera actuado sin autorizaci¨®n.