Los m¨¦dicos empiezan a alimentar a Juan Pablo II a trav¨¦s de una sonda
El Papa intenta infructuosamente pronunciar unas palabras ante los fieles
Karol Wojtyla ser¨¢ alimentado en adelante a trav¨¦s de una sonda nasog¨¢strica. El portavoz papal, Joaqu¨ªn Navarro-Valls, anunci¨® que la colocaci¨®n de la sonda servir¨ªa "para favorecer una recuperaci¨®n v¨¢lida de las fuerzas" del Pont¨ªfice. Juan Pablo II hab¨ªa sido incapaz de tragar en los ¨²ltimos d¨ªas y perd¨ªa peso de forma apreciable. Ayer apareci¨® cinco minutos en su ventana sobre la plaza de San Pedro e intent¨® infructuosamente, como el pasado domingo, dirigir alguna palabra a la multitud expectante. Fue una nueva escena dram¨¢tica del crep¨²sculo del Papa.
La sonda, un tubo de pl¨¢stico introducido por la nariz, permitir¨¢ hacer llegar una papilla hasta el est¨®mago y ayudar¨¢ a paliar las dificultades digestivas de Juan Pablo II, que eran m¨¢s o menos conocidas por la prensa pese al hermetismo con el que el Vaticano gestionaba la enfermedad papal. Los m¨¦dicos, en conversaciones privadas, admit¨ªan desde el fin de semana que el pont¨ªfice ten¨ªa grandes dificultades para ingerir alimentos l¨ªquidos (los s¨®lidos ya fueron descartados tras la traqueotom¨ªa del 23 de febrero) y que sufr¨ªa v¨®mitos frecuentes.
El problema ten¨ªa su ra¨ªz, como casi todos los dem¨¢s males de Karol Wojtyla, en la enfermedad de Parkinson, que hab¨ªa anulado la capacidad funcional de los nervios de la laringe y la tr¨¢quea y bloqueaba el mecanismo de la degluci¨®n. Tambi¨¦n los pulmones (cuya rigidez fue comparada por un m¨¦dico con la del cart¨®n) y el est¨®mago se ve¨ªan afectados por la enfermedad degenerativa.
La insuficiencia respiratoria se hizo evidente de nuevo en la inesperada aparici¨®n de ayer, en la que el Papa boque¨® ostensiblemente.
Las pantallas gigantes instaladas en la plaza de San Pedro, convertidas en ¨²ltimo medio de comunicaci¨®n de un pontificado cada vez m¨¢s virtual, emitieron desde las diez de la ma?ana el anuncio de que, a las once, el Papa se dejar¨ªa ver en su ventana. Una peque?a multitud de turistas, fieles y curiosos se congreg¨® en la plaza, y a la hora prevista, con un par de minutos de retraso, se descorrieron las cortinas y la silla de ruedas del pont¨ªfice fue aproximada a la ventana. La escena, agrandada por las pantallas de la televisi¨®n, fue acogida con un aplauso.
El arzobispo Leonardo Sandri, sustituto de la Secretar¨ªa de Estado, ley¨® desde el interior de la habitaci¨®n un mensaje de bendici¨®n en italiano, alem¨¢n y polaco, cuyas frases el Papa subrayaba con gestos, como si quisiera demostrar que, pese a su aspecto doliente y a sus movimientos espasm¨®dicos, estaba l¨²cido. Luego se rez¨® un padrenuestro. Al fin le acercaron un micr¨®fono, pero sus labios s¨®lo emitieron un lev¨ªsimo sonido ronco, indistinguible, y de inmediato el propio Wojtyla constat¨® que su cuerpo no daba m¨¢s de s¨ª y con un gesto orden¨® que apartaran el aparato. Se despidi¨® haciendo la se?al de la cruz y la silla de ruedas fue desplazada hacia el interior. La escena fue vivida con gran emoci¨®n en la plaza y, como el domingo, hubo ovaciones y l¨¢grimas.
La sonda fue colocada, poco despu¨¦s de la breve aparici¨®n, en el dispensario-hospital habilitado en los apartamentos de Juan Pablo II para evitar en lo posible los desplazamientos al Policl¨ªnico Gemelli.
Minutos despu¨¦s de la una de la tarde, el portavoz Joaqu¨ªn Navarro-Valls emiti¨® un comunicado que dec¨ªa lo siguiente: "El Santo Padre prosigue su lenta y progresiva convalecencia. El Papa transcurre muchas horas de la jornada en su butaca, celebra la santa misa en su capilla privada y mantiene contactos de trabajo con sus colaboradores, siguiendo directamente la actividad de la Santa Sede y la vida de la Iglesia. Para mejorar la aportaci¨®n de calor¨ªas y favorecer una recuperaci¨®n v¨¢lida de sus fuerzas, se ha iniciado una nutrici¨®n por v¨ªa enteral mediante la colocaci¨®n de una sonda nasog¨¢strica. Las audiencias p¨²blicas permanecen suspendidas. La asistencia sanitaria corre a cargo del personal de la Direcci¨®n de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, bajo la direcci¨®n del doctor Renato Buzzonetti, m¨¦dico personal del Santo Padre".
Resultaba dif¨ªcil, sin embargo, imaginar c¨®mo pod¨ªa el Papa desempe?ar alg¨²n tipo de trabajo, vista su debilidad. Desde el martes permanec¨ªa especialmente aislado, ya que el arzobispo Stanislas Dziwisz, su secretario personal y hombre de confianza durante 40 a?os, hab¨ªa tenido que apartarse de su lado. Dziwisz hab¨ªa contra¨ªdo un resfriado y los m¨¦dicos le ordenaron un alejamiento temporal para evitar que contagiara al Papa una infecci¨®n que pod¨ªa resultar fatal.
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