13 muertos y 22 supervivientes tras una semana sin agua en una patera que iba a El Hierro

Una semana sin beber ni probar bocado y m¨¢s de 300 kil¨®metros de traves¨ªa desde la costa africana, con el resultado de 13 muertos. Los 22 supervivientes, todos subsaharianos, de la patera hallada ayer 140 millas (unos 250 kil¨®metros) al sur de la isla de Hierro, la m¨¢s occidental del archipi¨¦lago canario, explicaron que s¨®lo permanec¨ªa un cad¨¢ver a bordo porque los otros 12 hab¨ªan sido arrojados al agua. Los cinco en peor estado fueron rescatados en helic¨®ptero y el resto navegaba anoche en el pesquero que les encontr¨®.

El pesquero Nuevo Carmen Nieves avist¨® la embarcaci¨®n de madera a unos 252 kil¨®metros al sur de El Hierro, de modo que si hab¨ªan partido de las costas del S¨¢hara habr¨ªa recorrido m¨¢s de 300 kil¨®metros. Entre El Hierro y Cabo Bojador, antigua Villa Cisneros, hay 333 kil¨®metros.

Tras comunicar el barco a Salvamento Mar¨ªtimo, entidad dependiente del Ministerio de Fomento, el hallazgo, las autoridades activaron a las cinco de la tarde un servicio de rescate v¨ªa helic¨®ptero. El Helimer Canarias despeg¨® del aeropuerto de Tenerife Sur y rescat¨® a los cinco varones, cuatro j¨®venes de unos 20 a?os y un anciano, que presentaban peor estado de salud. Un m¨¦dico y un enfermero del Servicio de Urgencias Canario (SUC) se unieron a los cinco tripulantes de Salvamento (piloto, copiloto, dos rescatadores y un gru¨ªsta) y fueron los primeros en atenderlos. "Su debilidad es extrema, pero su vida no corre peligro", asegur¨® Carlos Ramos, un m¨¦dico de 28 a?os que los atendi¨® durante la evacuaci¨®n.

Ramos mantiene grabada en su mente la conversaci¨®n que mantuvieron las tripulaciones del helic¨®ptero y del pesquero mientras la gigantesca lib¨¦lula que hab¨ªa partido desde Tenerife se acercaba en un atardecer de cielo despejado, mar en calma y nada de viento. "El patr¨®n [del Nuevo Carmen Nieves] estaba abatido", relata el m¨¦dico.

"Les hab¨ªan dado toda la ropa, agua y mantas de que dispon¨ªan". Seg¨²n su relato, los 22 hombres rescatados reconocieron en franc¨¦s que llevaban al menos ocho d¨ªas sin comer ni beber (dato que corroboraron los m¨¦dicos) y que, durante su naufragio, hab¨ªan lanzado al mar a 12 personas, seg¨²n iban muriendo, entre ellas varias mujeres. En ning¨²n caso hablaron de ni?os o beb¨¦s.

Los 17 supervivientes y el otro fallecido fueron embarcados en el atunero Nuevo Carmen Nieves (con base en Santa Cruz de Tenerife), que ten¨ªa prevista su llegada a las cinco de la madrugada de hoy al puerto de La Restinga (el punto m¨¢s al sur de El Hierro).

Ni mover los p¨¢rpados

Cuando el helic¨®ptero lleg¨® a la altura del pesquero, inici¨® la peligrosa maniobra de mantenerse a menos de 15 metros del buque, donde se encontraban los n¨¢ufragos, ya m¨¢s tranquilos. De la gr¨²a baj¨® un rescatador hasta la cubierta. Sus brazos tuvieron que despegar del suelo a los dos primeros subsaharianos que no pod¨ªan ni mover los p¨¢rpados. Los enganch¨® por las piernas y la cintura y subi¨® el pulgar para que comenzara su ascenso. "Vest¨ªan muy poca ropa, una camiseta, una camisa y una sudadera, que no tuvimos dificultad en quitarles para cubrirlos con nuestras mantas", asegur¨® el m¨¦dico del SUC.

El diagn¨®stico sorprendi¨® a los propios rescatadores. Tras los ocho d¨ªas que aseguran haber estado en alta mar sin probar alimentos, los facultativos s¨®lo se encontraron unos cuerpos muy d¨¦biles, desnutridos, pero sin afecci¨®n de ¨®rganos vitales. "Temblaban un poco, pero ni gem¨ªan de lo d¨¦biles que estaban y, si lo hac¨ªan, no pod¨ªamos escucharles por el ruido de las aspas y de las comunicaciones".

Luego subieron otros dos y un anciano con el rescatador. Entonces, la nave, impregnada del caracter¨ªstico fuerte olor corporal de los n¨¢ufragos, emprendi¨® vuelo a m¨¢s de 200 kil¨®metros a la hora hacia el muelle de Santa Cruz de Tenerife, donde un dispositivo de emergencias les esperaba para evacuarlos a los hospitales de la isla (tres al Universitario de La Candelaria y dos al Hospital Universitario de Canarias).

En pleno vuelo, Carlos Ramos les quit¨® la ropa, los cubri¨® con mantas t¨¦rmicas, les suministr¨® los primeros sueros y los cinco subsaharianos le agradecieron su entrega con una enorme sonrisa.